Número 64

38 Huexutla, Tepetlanexco, Tetzcoco, Tezapan, Chiautla, Tepetlaoztoc y Chialatzingo (Ixtlilxó- chitl, 1975: 342). La mayoría de estas primeras migraciones derivan en éxito según muestran las fuentes ya que fueron bien recibidas por los gobernantes que les otorgaron tierras y les dieron en ma- trimonio a sus hijas y nietas a fin de afianzar el liderazgo, enlazar a las familias y darle con- tinuidad al linaje gobernante. A cambio se les impuso una carga tributaria y la consideración de lealtad. Únicamente las últimas se llevaron a cabo de manera obligada, una por ser objeto de despojo por parte del gobernante y otra por los enfrentamientos entre dos grupos antagónicos, que confrontan la posesión del poder político y económico de la región. Consideraciones Finales Al evaluar los resultados de la migración chichi- meca podemos resaltar varios elementos. La in- tención de la primera migración es visiblemente de conquista y apropiación del territorio. Exis- te una estrategia ordenada para la conquista y colonización y establecen una primera capital desde donde se organizan nuevas expediciones. Se delimitan las fronteras entre nómadas y se- dentarios. Se muestra un acentuado interés por mantener el control político a través de una élite dominante. Se imponen alianzas matrimoniales que aseguran lealtad al nuevo régimen y dan continuidad en el poder. Como una estrategia de subsistencia del or- den sociopolítico se contempla el reparto de tierras desde etapas muy tempranas de la ocu- pación y la redistribución de los asentamientos gira en torno al nuevo centro rector. Se incluye dentro de ciertos círculos de poder a los fami- liares y a los jefes leales a quienes se les otorgan cargos públicos. La imposición tributaria a las comunidades dominadas para la acumulación de excedentes se implementa desde los inicios del establecimiento de la capital y el dominio, control y redistribución de los recursos, y los bienes y servicios quedan en manos de los diri- gentes (Boehm, 1986: 209, 261). Es de resaltar dos acciones adicionales que a nuestro parecer manifiestan la visión que tie- nen como gobernantes para alcanzar la unidad e identidad de las diferentes etnias que fueron llegando. En primer lugar Nopaltzin, hijo de Xó- lotl durante su mandato dicta cinco “ leyes ”, a fin de establecer un ordenamiento social y legal en todos los asentamientos del señorío. En segun- do lugar Techotlalatzin (1377-1409), durante su gobierno unifica el idioma e impone el náhuatl 7 con el propósito de cohesionar a los grupos étni- cos asentados dentro del territorio bajo dominio de los chichimecas. Estas acciones están orien- tadas a darle estabilidad política, económica y social al grupo emergente a fin de mantener una hegemonía territorial, tributaria y de linaje. En su conjunto estos factores no coinciden con gru- pos nómadas, sino que son mecanismos a nivel estatal identificados con poblaciones sedenta- rias (Monzón, 2004: 191). Se mencionan poblaciones que serían funda- mentales para el desarrollo de la región, entre las que destacan Tenayuca, Azcapotzalco, Tetz- coco, Tlatelolco y Tenochtitlán. Asimismo, los descendientes de Xólotl ocuparon lugares pri- vilegiados dentro de los linajes dominantes en estas poblaciones hasta la llegada de los españo- les, tiempo en el que se tienen registradas nueve generaciones (Carrasco, 1976: 30). Aunque los mexicas irrumpen en la región, emergen como sociedad altamente militarizada y logran dominar y centralizar el poder político, económico y social, nunca consiguen desplazar totalmente a los chichimecas debido a las po- líticas previamente referidas. Gracias a los en- tramados familiares tejidos tiempo atrás, todos los gobernantes estaban relacionados por lazos consanguíneos, lo que favorece que en 1427 cuando se establece la Triple Alianza, los chi- chimecas mantengan el control de la región tez- cocana bajo la dirección y tutela de su dirigente y poeta Netzahualcóyotl (Martínez, 1975: 24). 7 Mohar (2004: 64-65) sostiene que la lengua materna de Techotlalatzin era el popoloca pero fue educado por una mujer tolteca nacida en Colhua- can que le enseñó el náhuatl, e igualmente le enseñó a vestir con mantas y maxtlatl, dejando de lado la vestimenta chichimeca.

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