Número 64

45 demandan insumos en los hospitales; el periodis- mo de investigación; el Bloque Opositor Amplio (BOA); el FRENAAA; el ala conservadora del ejér- cito; el narco; el gobierno norteamericano; algún expresidente y lo que se sume a la lista. Por otra parte, para López Obrador la inten- tona por desestabilizar su gestión viene de cual- quier argumento que señale su ética falaz por corrupta y corruptora, que evidencie sus incohe- rencias intelectuales y políticas, su incompeten- cia administrativa, y en el peor de los casos su perfil fascistoide. El posible boicot se levanta como argumento para justificar la clausura del Estado de derecho que tanto dice defender. Empero, también es necesario argumentar desde otro ángulo de visión para develar que di- cho fantasma es en realidad un deseo reprimido de los morenistas y del propio López Obrador, que curiosamente emerge en los momentos más álgidos o complicados para ellos. Esto es, ante el profundo temor que pesa sobre sus consciencias por dejar en evidencia que las “tesis” con las que han sostenido su eterna campaña electoral son falaces, intentan desplazar de sí mismos el obje- to del deseo y con ello colocar la responsabili- dad sobre sus errores en alguien más, quien sea, pero nunca ellos mismos. La cuatroté, un gobierno de etiquetas A partir de que López Obrador fuera reconocido como presidente electo de México, las descalifi- caciones hechas de su parte hacia toda aquella posición que a su ver promoviera la desestabi- lización de su gobierno fue reducida a etiquetas a manera de los aforismos promovidos por Goe- bbels durante la guerra de ocupación nazi en la Europa occidental, desde las cuales es posible aplicar el principio del maniqueo eterno: “con- migo o contra mí”. Algunas de las etiquetas desde las que López Obrador ha intensificado la polarización en la sociedad mexicana ya forman parte del discur- so de odio que sin ton ni son se vierte por el lopezobradorismo, por ejemplo, en las redes (Fuente: www.gob.mx)

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