Número 64

59 U na conmoción en el mundo del cine comercial sucedió en 2019 provocada por un comentario del cineasta estadounidense Martin Scorsese, cuando declaró que no consideraba a las películas del sello Marvel como cine. Se suscitó una fuerte reacción de repro- che a las palabras del realizador, quien publicó en The New York Times un artículo aclaratorio: “Martin Scorsese: A qué me refiero con que las películas de Marvel no son cine” 1 . Todo el hecho, la declaración del cineasta, la reacción pública y su posterior aclaración, que concluye con un párrafo desconsolado, es manifestación de una condición imperante en el cine contemporáneo, efecto de las actividades de los oligopolios que controlan la cadena producción-exhibición-dis- tribución de cine de ficción y animación en el planeta, repercutiendo de paso en el cine inde- pendiente y en los documentales, y por supuesto en la cultura cinematográfica y la popular. Uno de los polos del debate es la fricción en- tre el cine como arte y el cine como mercancía, asunto que no es novedad en el Séptimo Arte. El señalamiento de Scorsese es el de un cinéfilo-ci- neasta que ve eclipsarse una época y un modo de ver y de idear películas, un desplazamiento de unas prácticas por otras, tampoco ocurrencia nueva en esta industria. Lo que preocupa es que lo que desplaza está siendo impuesto, y que ma- nifiesta un valor inferior a lo desplazado. De Hollywood a Hollyworld “Hacia una cultura globalizada. ¿Hollyworld?”, es el título del último capítulo de Historia del cine. Una introducción , de Kristin Thompson y David Bordwell (2003). El tema principal es el control de la industria del cine, en este caso la de Hollywood, que tienen los oligopolios me- diáticos. El poder de estos mega conglomera- dos (ver recuadro) trasciende a la industria ci- nematográfica, y su influencia es definitiva en los acuerdos económico-políticos neoliberales transnacionales, ”instrumentos (como el Tra- 1 https://www.nytimes.com/es/2019/11/11/espanol/opinion/mar- tin-scorsese-marvel.html 11 de noviembre de 2019 tado entre México, Estados Unidos y Canadá, T-MEC) que salvaguardan los intereses de las grandes corporaciones estadunidenses” 2 , en este caso sus industrias culturales audiovisuales y mediáticas, y son, al mismo tiempo, vehículos de neocolonización y control ideológico, pues- tos en operación por los estados neoliberales va- sallos, como el nuestro. La opinión de Scorsese pesa, tanto en la in- dustria como en el arte cinematográfico, por los exitosos filmes documentales y de ficción que ha realizado y producido, así como por su actividad en la conservación del patrimonio cinematográ- fico y la investigación del proceso histórico del cinema. Su carrera tiene una etapa de filmes in- dependientes transgresores, para más adelante trabajar con los grandes estudios en proyectos de alta inversión que implican compromisos con un cine más comercial. 3 Que Scorsese califique a las películas de Marvel (súper franquicia) como no-cine debió ser, al menos, desconcertante para muchos cinéfilos envueltos en el discurso publicitario del cine dominante, que esperan con expectación el estreno de la próxima de Scorsese, publicitado como un evento fílmico de la mayor importancia, en un extremo superior de consumo del cine de franquicias. Desconcertante, en parte porque Scorsese ha sido promovido por los productores como un auteur que pasa del cine de arte independien- te para minorías al trato con los grandes estu- dios, las superproducciones y los lanzamientos espectaculares, un cine con lo mejor de los dos mundos, del que Alfred Hitchcock es epítome, por poner el ejemplo mencionado por Scorsese. Y en parte también porque Scorsese implícita- mente desecha los valores de producción enten- didos como la aplicación de las tecnologías digi- tales al film y los desvela como enmascaramiento 2 Saxe-Fernández, John,“T-MEC: claudicaciones neoliberales I”, La Jor- nada, 13 de enero 2020. https://www.jornada.com.mx/2020/02/13/ opinion/018a1eco 3 En la programación de Netflix México, al momento de redactar el pre- sente texto hay cinco películas de Scorsese, cuatro ficciones –incluyendo la más reciente, El irlandés , producida y distribuida por esa misma compa- ñía– y un documental. También enlistados aunque no disponibles hay otros dos documentales en los que participa el cineasta, y una serie documental producida por él sobre la historia del blues en EUA

RkJQdWJsaXNoZXIy MTA3MTQ=