Número 64

65 límites del cine; siendo Scorsese un conocedor de la historia del cinema, su trabajo de esa época es una manera de enriquecer el patrimonio que había recibido de otros cineastas 13 . La última tentación de Cristo recibe un tratamiento fílmico –leal a la novela de Kazantzakis– que marca un distanciamiento radical con las escenificaciones anteriores y posteriores de la pasión de Cristo, repeticiones de lugares comunes que cambian apenas ciertos detalles o que se recargan en el sadismo. Romper las reglas condujo a la censu- ra implícita y explícita de La última tentación de Cristo por muchos años. Este filme, el hecho ci- nematográfico, y las repercusiones que provoca en su entorno social y fílmico, el fenómeno ci- nematográfico, ilustran de muchas maneras las esferas que comprende la institución cine. Las franquicias del cine no quieren romper las reglas, al menos no en el sentido de correr riesgos. “Por supuesto, un artista individual es el factor más riesgoso”, concluye Scorsese después de describir el proceso de producción de una cinta de franquicia, “producto perfecto” para el consumo inmediato “realizado por equipos de personas talentosas”, pero que carece de “algo esencial: la visión unitaria del artista individual”. El punto de vista creativo es el de los inversionis- tas y productores, no el del artista individual al que se refiere Scorsese. Los ejemplos de cineas- tas contemporáneos que menciona en su artículo son consistentes con la idea de artista: Paul Tho- mas Anderson, Claire Denis, Spike Lee, Ari As- ter, Kathryn Bigelow y Wes Anderson. La institución cinematográfica en sentido am- plio, el star system, la espectacularización pro- funda de las historias, el despliegue tecnológico, el control de los mercados, la posesión de todo tipo de medios de información y difusión, se con- jugan para crear un producto destinado a públicos sensibilizados para consumir lugares comunes, determinados estereotipos, mitos, convencio- 13 Un viaje personal con Martin Scorsese a través del cine estadunidense (1995) y Mi viaje a Italia (1997), son documentales que dejan constancia del conocimiento y reflexión del cineasta sobre las influencias cinemato- gráficas que recibe y la manera en que las asimila como herencia y cultu- ra cinematográfica, algo que asimismo caracteriza a sus contemporáneos John Cassavetes, Francis F. Coppola y Woody Allen, todos neoyorkinos nes, estímulos audiovisuales. El descomunal en- granaje industrial se construye bajo la coartada de ofrecer lo que el espectador estándar exige, cuando ese espectador ha sido meticulosamente creado por los medios desde la infancia, en todo el mundo, merced al control oligopólico de la in- dustria mediática; la televisión, la radio, prensa, internet son canales de difusión global de su ma- siva producción de películas, series animadas y de acción viva, cómics, juegos de video y otros productos audiovisuales. El modo de producción Fuente: Rita Molnár, CC BY-SA 2.5 https://commons. wikimedia.org/wiki/File: MartinScorsese(cannes).jpg

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