Número 66

9 P resentación del autor por Bolfy Cottom : Refiero algunos datos, sólo algunos datos curriculares del maestro Huer- ta. Él es profesor, periodista, poeta y ensayista. Es premio de poesía “Car- los Pellicer”, el cual se le otorgó en 1990. Premio “Xavier Villaurrutia”, en 2006. Fue becario del Centro Mexicano de Escritores, de la Fundación Guggenheim, y del Fondo Nacional para la Cultu- ra y las Artes del FONCA, que, por cierto, está ex- tinguido prácticamente. Desde 2005 es profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México, y también es profesor de la Universidad Autóno- ma de la Ciudad de México. En 2010 la editorial Cooper Canyon publicó una extensa antolo- gía de sus poemas, preparada y traducida por Mark Schaffer con el título: Befo- re Saying Any of the Great Words . En 2013, el Fondo de Cultura Económi- ca publicó su obra poética reunida en dos volúmenes que suman más de mil páginas, con el título: La mancha en el espejo . Recientemente ha sido nombrado director de la Cátedra Oc- tavio Paz de la Universidad Nacional, que tendrá su sede en el Colegio de San Ildefonso. En noviembre de 2019, le fue otorgado el premio de la Feria Internacional del Libro de Literatura en Lenguas Romances. Querido maestro David, muchas gracias por estar con nosotros y te escuchamos si eres tan amable. David Huerta : Muchas gracias. Voy a leer unas cuartillas que preparé, confiando en que más adelante podamos hablar de algunos de es- tos temas. Comienzo: El deterioro del lenguaje es la primera señal de una crisis latente. En ese largo momento, pues el deterioro es lento, gradual, nadie sabe si la crisis alcanzará el punto en el que un estallido o una ruptura sea inevitable. El estado mismo de laten- cia del proceso impide saberlo. Es posible que las fuerzas contrarias a ese deterioro sean capaces de neutralizar la erosión y el desgaste; pero, por otra parte, puede que el deterioro destruya irrepara- blemente enclaves esenciales de convivencia, co- municación y productividad. Todo esto es más o menos sabido, pero en México, vivimos ahora en medio de una circunstancia singular. La creciente erosión del lenguaje está rodeada por una ausen- cia espectral. Es la ausencia de un interlocutor. En las esferas principales del poder político, se ha re- nunciado a la interlocución. No se trata de que el interlocutor esté ausente, es decir, que físicamen- te no esté ahí, donde haría falta para que hubiese un diálogo, un debate, una serie de planteamien- tos que permitan avanzar o poner sobre la mesa ese deterioro lingüístico del que hablo, así como sus consecuencias. Lo que ocurre en nuestro país es más grave. Es la renuncia voluntaria a esa in- terlocución, interlocución necesaria para evitar el deterioro irreparable del lenguaje. La ausencia voluntaria de un interlocutor socava de entrada, o parece socavar de entrada, las intenciones de una reunión como esta. ¿Cómo decir lo que queremos decir, si hablamos para nadie?; mejor dicho, para el que no quiere escucharnos, darnos un mínimo de crédito, tomar en serio lo que decimos. Estas palabras no son en absoluto una queja o un lamen- to, son una denuncia. Si hablo del deterioro del lenguaje, tengo que explicar un par de cosas para que ese planteamiento tenga algún sentido. Presentación del Maestro David Huerta en el Semina- rio Patrimonio Cultural: Antropología Historia y Legisla- ción, coordinado por Bolfy Cottom, de la Dirección de Estudios Históricos del INAH. Mesa de análisis, Ciencia y Cultura: balance de la política pública a dos años de la llegada del actual gobierno federal (8 de diciembre de 2020). Publicación autorizada por su autor.

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