2018

¿Por qué ese principio recurrente de “El ser humano primero”? Porque el ser humano es la base del botho-ubuntu

 
Departamento de Psicología Clínica
Sefako Makgatho Health Sciences University Ga-Rankuwa, Sudáfrica

[1][2]

Nota introductoria

El profesor Mogobe Ramose ha tenido la gentileza de compartir en este número de El Volcán Insurgente el texto de la conferencia magistral impartida por él el nueve de noviembre de 2018 en la Universidad de Coimbra, Portugal, a propósito del cuarenta aniversario del prestigiado Centro de Estudios Sociales, fundado en dicha universidad en 1978 por el profesor Boaventura de Sousa Santos.

 

Resumen

El principio de que el bienestar del ser humano debe tener preminencia porque el ser humano es la base del ubuntu es tan antiguo como la humanidad en el planeta Tierra. La pregunta es: ¿Por qué este principio es tan recurrente en las relaciones humanas?  Uno de los objetivos del presente ensayo es sugerir que esa regla constituye un problema ético, incluso virtualmente incesante. Un estudio cuidadoso de ese principio como imperativo ético muestra que en la práctica a menudo es pasado por alto y de hecho rara vez se aplica. Somos testigos de la amplia extensión actual del sufrimiento humano, de la desconfianza, la guerra y la intriga. Podemos dar testimonio del balance prevaleciente de terror que amenaza a los seres humanos y a todo ser que vive en el planeta Tierra ante la eventualidad de un omnicidio nuclear. La amenaza alimenta la ilusión de que, desde la Segunda Guerra Mundial, la paz en el planeta supuestamente se ha sostenido gracias al balance de terror proveniente de las armas nucleares estratégicas. Dada esta condición humana, la tesis defendida en este ensayo es que la justicia y la paz no pueden perdurar, a menos que la humanidad opte por la veracidad como el fundamento que permita la construcción continua de esa justicia y esa paz. La memoria es una guía crucial hacia la verdad en el proceso de búsqueda de la justicia y la paz en el mundo.

Palabras clave: ser humano, ética, justicia, paz, veracidad, ubuntu.

 

Introducción

A aquellos que se encuentran fijados irremediablemente a un solo sentido del concepto de filosofía, me gustaría señalarles que no tengo razón ética alguna para disculparme con ellos por apartarme de ese significado, y aún afirmar con firmeza que lo que sigue es filosofía. Coincido con el filósofo latinoamericano Bondy cuando afirma que:

Sin embargo, estoy convencido también de que el estricto carácter teórico, que es el requisito contemplativo indispensable para toda filosofía fructífera, es simplemente otra forma de condenarnos a la dependencia y la sujeción. En filosofía, como en la ciencia, solo quien tiene la clave de la teoría puede apropiarse de los avances y poderes de la civilización. Nuestra filosofía debe ser, entonces, tanto teoría como aplicación, concebida y ejecutada a nuestra manera, de acuerdo con nuestros propios estándares y cualidades. Al igual que la ciencia, la cual a pesar de su pretendida objetividad, tolera particularmente en las disciplinas sociales un ingrediente de interpretación y de ideología, también debemos elaborar la filosofía como teoría de acuerdo con nuestros propios estándares y aplicarla de acuerdo con nuestros propios fines

(Bondy, 1986: 243)

 

Un luchador por la libertad no suplica, en piadosa genuflexión, estrategia y tácticas al dueño de esclavos.

 


Fuente: https://www.filosofie.nl/ubuntu.html

 

La Madre Tierra – la canasta de pan ontológica de todos los seres humanos

Sin que medie nuestra elección previa o nuestro deseo, todos somos hijos de la Madre Tierra. El derecho a existir y a razonar existe de manera contingente e igual para todo ser humano (Gutiérrez, 1983: 101). Un extranjero, un extraño o un refugiado son un fenómeno cultural, pero no natural. La Madre Tierra no es solo un lugar. Ella es el hogar de todo ser humano, dondequiera que estemos o deseemos estar.

La Madre Tierra es la canasta de pan, el granero de todo ser humano. Las generaciones pasadas de seres humanos se han alimentado de la Madre Tierra, nosotros nos alimentamos de la Madre Tierra y las generaciones futuras se alimentarán de ella si es que por la irracionalidad definitiva de la MAD (Mutua y Asegurada Destrucción)[3] las armas nucleares estratégicas no convierten a la Madre Tierra en escombros radiactivos.

Todos los seres humanos hemos de alimentarnos de la Madre Tierra. Debemos reconocer que la alimentación de la Madre Tierra no puede ser exitosa si se realiza puramente como un esfuerzo individual, solitario y aislado. La Madre Tierra enseña, en el idioma Akan, por ejemplo, que obra ye nnoboa, es decir, que “la vida es ayuda mutua” (Wiredu, 2003: 93).

Aceptar esta máxima ética africana significa asegurar una alimentación continua mediante el uso de letsema (idioma SeSotho), debo (Oromifa), guza (Amahric), tsima (IsiNguni), que significan “trabajar juntos para promover y proteger la vida y el bienestar de todos”. Esto incluye erigir seshego o inqolobane yesiszwe para almacenar y preservar alimentos, con el fin de entregarlos a los necesitados y compartirlos colectivamente en caso de sequía prolongada u otros desastres naturales imprevistos.


Fuente: https://www.amazon.es/Ubuntu-Stroom-van-bestaan-levensfilosofie/dp/9025906060

 

La Madre Tierra no puede ser propiedad de nadie

La Madre Tierra es anterior en lógica y en tiempo a todos sus hijos. Ningún niño puede ser mayor que su madre, excepto en el caso de adopción por ley. Ninguno de los hijos de la Madre Tierra puede demandar con éxito un reclamo exclusivo, previo y superior a ella con respecto a todos sus otros hijos. Al nacer, nadie hizo ni trajo un pedazo de tierra para ampliar el tamaño de la Madre Tierra o mejorar su calidad. En consecuencia, la reclamación de propiedad absoluta y exclusiva de cualquier terreno en la Madre Tierra es un gran engaño, lo que sin embargo en la práctica tiene consecuencias graves y, a veces, incluso mortales. Si se habla de propiedad de la Madre Tierra, entonces esa conversación está obligada a reconocerla como el tema referente de la propiedad colectiva pluriversal de todas las comunidades humanas.

No es ético que la riqueza o el dinero triunfen, como sigue sucediendo, sobre el derecho humano de todos los seres humanos a la propiedad colectiva pluriversal de la Madre Tierra. La injusticia del sistema económico dominante actual radica precisamente en su negación de que la Madre Tierra es el granero, la canasta de pan ontológica de todos los seres humanos, incluido todo lo que vive.

Esta injusticia fundamental es insostenible incluso por razones científicas. Uno de los hallazgos importantes del proyecto Genoma Humano es que:

En el nivel de ADN, todos somos idénticos en un 99.9 por ciento. Esa similitud se aplica independientemente de los dos individuos de todo el mundo que elijas para comparar. Por lo tanto, mediante el análisis del ADN, los humanos somos verdaderamente parte de una familia”

(Collins, 2007: 125-126).

 

Somos uno solo como seres humanos individuales. Pero como familia genética somos una unidad que flota holocíclicamente a través de la totalidad del ser.

 


B.S. Santos y M. Ramose. Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=CVkIz9_O7-g

El cuerpo que nunca puede ser “mío”

La afirmación de que “poseemos” nuestros cuerpos en el sentido de que el cuerpo es “mío” es filosóficamente problemática. Una parte del problema es que ninguno de nosotros se expresó o tuvo una opción en cuanto a ser un animal con un cuerpo. Otra parte del problema es: ¿quién es el “yo” que reclama la propiedad del cuerpo? No es mi propósito ahondar en este problema. Basta con afirmar que el “yo” que afirma poseer el cuerpo es, para usar una frase familiar en la filosofía, tan “sistemáticamente elusivo” que tal vez sea mejor renunciar a la búsqueda. Si no podemos siquiera poseer “nuestro” cuerpo, ¿con qué derecho podemos reclamar que somos dueños de alguna parte de la Madre Tierra en la que vivimos y por la que vivimos?

Dado que todos estamos condenados existencialmente a laborar para sobrevivir, en el sentido más amplio posible, no es necesario basar la demanda de propiedad de la tierra u otras necesidades de la vida en esa labor. Aquí la distinción entre labor, tarea o trabajo es crucial. El primero –laborar- es existencialmente indispensable para todo ser humano, incluidos los bebés. El último se basa en la falacia filosófica, traducida en una práctica generalizada de que algunos seres humanos son dueños de riqueza y dinero y, en virtud de dicha propiedad, tienen derecho a ofrecer empleo a otros. El efecto práctico de esta falacia filosófica es que la humanidad se ve afectada e infectada por dos enfermedades, aparentemente incurables en un doble sentido, que denomino pecunimanía y trabajomanía.

El dinero se encuentra insertado como el medio decisivo entre la vida y la muerte de todos los seres humanos. Disponer de dinero es la garantía aparente del cumplimiento del derecho a la vida; del derecho inalienable a la subsistencia. No tener dinero es la condena inevitable a la muerte repentina o lenta, incluida la muerte violenta. El escudo contra esta condena inevitable es de hecho el tener un trabajo que brinde dinero a cambio. Esta es la estructura histórica, sistemática y sistémica que hoy en día separa a los “pobres” de los “ricos” y convierte a los primeros en peones de los segundos mediante una ley “civilizada”. ¿Es realmente necesario que todos deban padecer pecunimanía y trabajomanía para cumplir con el imperativo existencial de laborar para la preservación y el sustento de la vida individual y colectiva?

 

Al principio era el ser humano - Motho pele

Al principio estaba el ser humano; no la riqueza, ni el dinero ni el trabajo. Mucho antes de la invención del dinero y del trabajo, la filosofía del ubuntu existió según la máxima ética del feta kgomo o tshware motho. Esto significa que cuando se debe elegir entre la preservación de la vida humana y la acumulación continua de riqueza, se debe elegir la preservación de la vida humana.

El Ujamaa y Umunna, las experiencias y conceptos del ubuntu sobre la unidad de la familia humana, son anteriores a los hallazgos del proyecto Genoma Humano. Constituyen la implementación práctica de la ética de que “la vida es ayuda mutua”, lo que hace de letsema un imperativo ético que manifiesta su preocupación, el cuidado y el compartir entre sí las necesidades de la vida disponibles en seshego o inqolobane yesizwe.

Este es el significado de “motho pele”, es decir, el de la primacía del ser humano”. Es consistente con la premisa básica de la ética del ubuntu, a saber, la de “promover la vida y evitar matar” (Bujo, 1988: 77). Histórica y filosóficamente, la ética del “motho pele” se encuentra fundamentalmente en desacuerdo con el sistema económico global que prevalece hoy en día. El ubuntu es contrario a la hipnotización por el poder del dinero que lleva al temerario delirio de asesinar (Arnsperger, 1996: 12-13) y del asesinato disfrazado como “civilización”.

Leon [XIII] rechazó un argumento fundamental del liberalismo económico al enseñar que si los socios contratantes son demasiado desiguales, el consentimiento por sí solo no es suficiente para garantizar la justicia de su acuerdo. […] Pío XI, en Quadragesimo anno, comunica un sentido similar de indignación moral respecto a la situación de los pobres (QA 59, 112), así como un reconocimiento de que las estructuras del liberalismo económico han causado ese sufrimiento (10, 88). Fue más allá de la exhortación moral y exigió tanto “una reforma de las instituciones sociales como la mejora de la conducta” (77, 97-98, 127). Pío XI sabía que estaba tratando con “un sistema económico injusto” cuya influencia fue ruinosa (Divini Redemptoris 50). Rechazó no solo los abusos del capitalismo, sino también su base ideológica: “el ordenamiento correcto de la vida económica no puede dejarse a la libre competencia” (QA 88).

(O’Brien, J, 1994: 771)

 

El punto crucial de discusión aquí es que el ubuntu mantiene la opción preferencial para el bienestar humano en la práctica, mientras que el capitalismo concede esta opción en teoría, pero en la práctica a menudo hace lo contrario. “El capital no es propiedad exclusiva de los capitalistas. Es, más bien, una confianza compartida de que se debe de utilizar de la manera más responsable y justa” (Cadorette, 1994: 791) ¿Tiene algún ser humano realmente riqueza y dinero propio?

 
Fuente: https://www.ancrugon.com/miscel%C3%A1nea/pensamientos/sobre-la-avaricia-y-la-codicia/

 

La riqueza y dinero que nunca pueden ser “míos”

El dinero tiene una larga historia, especialmente en Occidente. Cuatro elementos se destacan en esta historia. Una es que el dinero y la riqueza no tienen el mismo significado pero están relacionados entre sí. “Todo el dinero es riqueza, pero la riqueza es dinero sólo en la medida en que puede tener funciones monetarias” (Seaford, 2004: 148).

La segunda característica es que tener mucho dinero generalmente se considera como una fuente de prestigio y permite el ejercicio del poder político y social de una manera que a menudo socava la moral:

Ninguna moneda ha sido tan perversa entre la humanidad como el dinero: éste convierte en desperdicio incluso a las ciudades, expulsa a los hombres de sus hogares, enseña y transforma concienzudamente a las mentes buenas de los mortales para que cometan actos vergonzosos; mostró a los hombres cómo practicar villanías y conocer cualquier acto de impiedad [...] Para la masa de la humanidad, la única virtud es el dinero, en comparación con el cual el autocontrol, el conocimiento, la retórica, la velocidad del propio pie no cuentan, porque el dinero tiene el mayor poder…

 (Seaford, 2004: 159 y 161)

 

La tercera característica es que el dinero es omnipresente, imponiendo su ley en todas partes. Puede ser la causa de la decadencia moral, la desilusión y la falta de ley:

Hoy en día, la lógica de comprar y vender ya no se aplica solamente a los bienes materiales, sino que gobierna cada vez más la vida en su totalidad. Es hora de preguntarnos si queremos vivir de esta manera […] La desilusión con la política se ha profundizado a medida que los ciudadanos se frustran con un sistema político incapaz de actuar por el bien público o de abordar las preguntas que más importan […] Nuestra política está sobrecalentada porque está casi vacía, vacía de contenido moral y espiritual. No logra involucrarse con las grandes preguntas que importan a las personas

(Sandel, 2012: 6 y 13).

 

La cuarta es que el dinero ha sido elevado, especialmente en nuestro tiempo, a la categoría de un “dios” digno de adoración y veneración:

En realidad el dinero, en su forma psicológica, como el medio absoluto y, por lo tanto, como el punto unificador de innumerables secuencias de propósitos, posee una relación significativa con la noción de Dios, una relación que solo la psicología, que tiene el privilegio de no poder cometer blasfemia, puede revelar…

(Simmel, 1990: 236)

 

El banco como institución dentro del capitalismo proporciona una idea respecto a si alguien es rico y posee dinero. El dinero se deposita en el banco supuestamente como propio y, por lo tanto, bajo el control exclusivo de uno. Sin embargo, la crisis económica mundial de que tanto se habla golpeó a algunos países muy fuertemente. El resultado fue que a los clientes de los bancos se les permitió solo un límite de retiro prescrito por día, independientemente de cuánto tuvieran en sus cuentas bancarias. Esta decisión del banco creó instantáneamente una igualdad formal entre sus clientes pobres y ricos. Al mismo tiempo, inculcó tanto a los ricos como a los pobres el temor de que fuese poco probable que recuperaran la cantidad total de dinero que habían depositado en el banco. ¿Dónde está entonces el dinero que fue depositado? ¿Qué hizo el banco con eso, en la medida en que no puede dar a cada depositante el monto total de crédito que desea retirar de inmediato? ¿Por qué incluso los ricos de ayer de repente no poseen nada cuando hay “una crisis económica”?

Añadamos a ello el hecho de que incluso en circunstancias normales y sin ninguna crisis financiera, el banco requiere un aviso por anticipado si alguien desea retirar un monto de su dinero superior al límite prescrito unilateralmente por el banco. ¿Con qué derecho adquiere el banco la facultad y la discreción para determinar cuánto y cuándo puede retirar el depositante una cantidad de crédito sustancial o total disponible en su cuenta? Si el dinero realmente es propiedad del depositante, entonces el poder y la discreción del banco sobre el dinero que no le pertenece resultan bastante problemáticos. Parecería que el banco es el guardián de números vacíos que se envían al depositante como si esos números contuvieran alguna sustancia. Si esto no fuera así, entonces a cada depositante con un crédito disponible, se le debería permitir retirar inmediatamente el monto total a su voluntad. La determinación del banco de no permitir este tipo de retiro, especialmente en una escala masiva, es el temor de que todo el sistema económico implosione.

La disposición de fondos atestiguada no es prueba de propiedad de riqueza o dinero. Por el contrario, es una declaración desesperada ante el mundo por parte de alguien que se niega a aceptar que durante nuestra vida no hemos sido más que un simple “polvo vital” (De Duve, 1995).


Fuente: https://theoptimist.nl/daily/ubuntu-filosoof-mogobe-ramose-geeft-lezing-rotterdam/

Los pobres y los ricos son una construcción social mítica, sustentada por el banco como guardián de los números vacíos que son otorgados ​​y distribuidos con suma precaución. La ley ya no es la voluntad soberana del pueblo, sino un misil de precisión mortal que garantiza la obediencia al gran engaño de la propiedad del dinero y la riqueza. Tan fuerte es este engaño que en la práctica muchos mueren para beneficio de unos pocos. Una breve reflexión respecto a la influencia del complejo militar-industrial sobre los gobiernos debería dar fe de la veracidad de esta observación. La reflexión revelará que la máxima en la antigüedad occidental de que el poder hace la ley y no la verdad - auctoritas non veritas facit legem – se encuentra muy vigente en nuestro tiempo. El ubuntu está en contra de esta máxima. Afirma que la veracidad es la base verdadera para la conducción de las relaciones humanas en la búsqueda de la justicia y la paz (Kung, 1968: 100 y Williams, 2002: 1) La veracidad es el energizante más dulce; es el más seguro libertador.

Tal es la precedencia del dinero sobre el ser humano. Es primero el dinero y el ser humano segundo. No es motho pele acorde con la máxima ética del feta kgomo o tshware motho. El banco no es inqolobane yesizwe, sino el defensor de un sistema económico “injusto en su raíz”. (Francisco, 2013: párrafo 59). Parece que la ciencia, especialmente la historia, la psicología y la filosofía, tienen la ardua tarea de redimir a la humanidad del gran engaño de la propiedad del dinero y la riqueza.

 

El ubuntu es para todos

La filosofía del ubuntu se origina en la Madre África, la cuna de la humanidad. Es la filosofía de los pueblos de habla Bantú desde tiempos inmemoriales. Su origen en la Madre África sugiere que es la primera filosofía del Homo sapiens. El éxodo (Stringer y McKie, 1998) del ser humano desde el África hacia otras partes del mundo afirma al ubuntu como la filosofía para todos. Sin duda, aquellos con una corta memoria respecto a la antropología biológica siguen infligiendo sufrimientos a la Madre África y de ese modo la convierten en una mater dolorosa - una madre de dolores. En su visita a la isla de Gore en Dakar en 1992, el Papa Juan Pablo II reconoció esto cuando describió a Gore como “el santuario del sufrimiento africano”.

Se debe otorgar a la Madre África el honor que merece como madre de Homo sapiens preservándola como una preciosa madre; la mater preciosa. Hacer esto implica tomar en serio la filosofía del ubuntu, no solo como una filosofía para todos, sino también como una filosofía con, y por todos. La filosofía del ubuntu no reclama infalibilidad. Tampoco pretende ser la filosofía de todas las filosofías. Sin embargo, insiste en su derecho a ser escuchada. Se desprende de la idea de que el movimiento es el principio de estar continuamente desenvolviéndose como totalidad. Reconoce a la humanidad ética como la respuesta apropiada a la igualdad ontológica de todos los seres humanos. La humanismo ético del ubuntu se dirige directamente al umuntu, el ser humano, como una obligación de procurar en la práctica la verdad, la justicia y la paz en el mundo. De esta manera, el ubuntu se convierte en una filopraxis; un compromiso activo en la historia en desenvolvimiento de ser-un-ser-humano en el mundo (Ramose, 2005).

La filosofía del ubuntu no es un esfuerzo por “teorizar desde las fronteras”. (Mignolo, 2006; Grosfoguel, 2007: 213 y Escobar, 2007: 180). La filosofía del ubuntu está en contra de los límites epistémicos y físicos erigidos arbitrariamente por el conquistador colonial y sus aliados.

Contrariamente a la máxima metafísica de cogito ergo de Descartes, complementada por la máxima práctica de conquiro ergo sum, la filosofía del ubuntu se basa en cognatus sum, ergo sumus, es decir, estoy relacionado, y por lo tanto, nosotros somos (Bujo, 2001: 22). Es una filosofía práctica que abraza a la humanidad ética basándose en el reconocimiento de que todos los seres humanos somos iguales en nuestra ontología.

El ubuntu es una filopraxis que reconoce como una de las lecciones vitales que se pueden extraer de la situación actual de las armas nucleares MAD, la de que recurrir a la tortura, a la violencia o a la guerra en la “resolución” de conflictos humanos no puede ser en absoluto una opción. A pesar de la fragilidad y la vulnerabilidad de la razón sola en la búsqueda de la verdad, la justicia y la paz, el ubuntu sostiene que la razón infundida e inspirada por la primacía ética en las relaciones humanas tiene más posibilidades de éxito que recurrir a la tortura, la violencia o la guerra en el avance de la verdad, la justicia y la paz. El notable lema de la Universidad Jagieloniana en Cracovia, Polonia, a saber, plus ratio quam vis, (que la razón prevalezca sobre la fuerza) merece realce especial en nuestro tiempo. La razón niveladora puede llegar a ser la razón libertadora si nos tomamos en serio a nosotros mismos.

 

Referencias

  • Arnsperger, C., (1996) Competition, consumerism and the “other”; a philosophical investigation into the ethics of competition, Discussion paper 9614, Institut de Recherches Economiques, D/1996/3082/14:12, Université Catholique de Louvain, Louvain-la-Neuve
  • Bondy, A. S., (1986) “The meaning and problem of Hispanic American thought [Can there be a Latin American philosophy?]”, Gracia, J. J. E., (ed.) Latin American philosophy in the twentieth century, (trans.) Cooper, W, Jaskie, I., Schmidt, D. L., Schofield, C and Gracia, J. J. E., Prometheus Books, Nueva York,
  • Bujo, B., (2001) Foundations of an African Ethic, Crosswood Publishing Company, Nueva York.
  • Bujo, B., (1998) The ethical dimension of community, (trans.) Cecilia N. Nganda, Paulines Publications Africa, Nairobi.
  • Cadorette, C., (1994) Profit, Dwyer, Judith, A., (ed.) The new dictionary of Catholic social thought, The Liturgical Press, Collegeville, Minnesota
  • Collins, F., (2007) The language of God A scientist presents evidence for belief, Pocket Books, Londres.
  • De Duve, C., (1995) Vital dust Life as a cosmic imperative, Basic Books, Nueva York.
  • Escobar, A., (2007) “Worlds and knowledges otherwise”, Cultural Studies, 21: 2-3 179-210
  • Grosfoguel, R.,(2007) “The epistemic decolonial turn”, Cultural Studies, 21: 2-3 211-223
  • Gutiérrez, G., (1983) The power of the poor in history, (trans.) Barr, R. R., SCM Press, London and Orbis Books, Maryknoll, Nueva York.
  • Kung, H., (1968) Truthfulness, Sheed and Ward, Londres.
  • Mignolo, W. D., (2006) “Theorizing from the borders: shifting to geo- and body-politics of knowledge”, European Journal of Social Theory, 9: 205-221
  • O’Brien, J., Poverty, (1994) Dwyer, Judith, A., (ed.) The new dictionary of Catholic social thought, The Liturgical Press, Collegeville, Minnesota.
  • Papa Francisco, (2013) Evangelii Gaudium, Vatican Press, Roma.
  • Ramose, M. B., (2005) African philosophy through ubuntu, Mond Books Publishers, Harare.
  • Sandel, M., (2012) What money can’t buy The moral limits of markets, Penguin Books Ltd., Londres.
  • Seaford, R., (2004) Money and the early Greek mind, Cambridge University Press, Cambridge.
  • Simmel, G., (1990) The philosophy of money, Frisby, A., (ed. y trans.) Routledge and Kegan Paul, Londres.
  • Stringer, C and McKie, (1998) African exodus The origins of modern humanity, Holt Paperbacks, Nueva York.
  • Williams, B., (2002) Truth and truthfulness, Princeton University Press, Princeton
  • Wiredu, K., (2003) “The moral foundations of an African culture”, Coetzee, P. H and Roux, A.P.J., (ed.) The African philosophy reader, Routledge, Londres.
  • Copyright © Mogobe B. Ramose

 

Anexo

Resumen de extractos de entrevistas
facilitado por el profesor Mogobe Ramose

“Soy consciente de que incluso desde la antigua Grecia, como ocurre también en nuestro tiempo, la humanidad ha estado bajo el control de una enfermedad mucho más mortal, sutil, lenta y veloz en su crueldad que el VIH / SIDA. La enfermedad es la pecunimanía, un amor ciego, imprudente, excesivo y asesino por el dinero, basado en el razonamiento de que “yo” y sólo siempre que sea conveniente, “nosotros”, somos el centro de todo lo que hay. Me queda claro al leer este libro de la vida, que en la vida de los pueblos con los que no tengo reparos en compartir, la liberación humana se logrará cuando la humanidad sea liberada del cautiverio de ese razonamiento centralista”.

“Creo que la “filosofía africana” es interesante, pero bastante perturbadora desde el punto de vista ético en la medida en que se ve a sí misma como un tipo de filosofía “general” que casi naturalmente incluye y reemplaza a la filosofía africana. Esta colonización benigna es tan éticamente cuestionable como la colonización forzada de África.

“Limitar la filosofía a las “ideas” es consignarla al ámbito de la masturbación intelectual y al de la mística. No estoy de acuerdo con esta limitación. La filosofía es una acción en la que la experiencia da lugar a ideas que se prueban constantemente para su aceptación, rechazo o mejora. Es filopraxis”.

“Interpretar a los seres humanos principalmente desde las perspectivas de la cultura y la civilización, es caer en la trampa del absolutismo, la inmutabilidad y la eternidad. Es el hecho de no reconocer que “en la sangre” somos todos un mismo ser humano. Incluso vale para aquellos que dicen ser azules. Los seres humanos de sangre aún no han encontrado especialistas médicos entrenados para examinar y tratar solo a los seres humanos con sangre azul corriendo por sus venas y arterias”.

 

[1]          Traducción del inglés: Catalina Sedano y Paul Hersch.

[2]          Para acceder a la perspectiva del profesor Mogobe Ramose, consúltense, por ejemplo:

Ramose, Mogobe B. (2014), “Globalización y Ubuntu”, en: Santos, B. de Sousa y M.P. Meneses (eds), Epistemologías del Sur (Perspectivas), Madrid: Akal, pp. 147-184, y en línea: https://www.youtube.com/watch?v=CVkIz9_O7-g y

https://www.kaaitheater.be/en/articles/video-mogobe-ramose

[3]        En el texto original hay un juego de palabras en esta sigla, que en inglés significa “loco” o “loca”.