No. 69, Julio-Diciembre

El Maestro Naval y sus palabras. Entrevista con el Maestro José Luis Naval Cid de León

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La Ciudad de Puebla ha sido desde su fundación, 1531, una urbe opulenta, cuya construcción se basa en un mítico trazado angelical inspirado en el urbanismo renacentista. Si alguna ciudad de la Nueva España se concibe y materializa siguiendo un plan ideal, esa es la Puebla de los Ángeles, que se beneficia grandemente de las fértiles tierras a su alrededor, de la mano de obra indígena y de su estratégica ubicación para el paso de las mercaderías que llegan de Oriente a la costa del Pacífico, transportadas por la Nao de China, rumbo a Veracruz y de ahí a Europa. La Angelópolis ostenta su riqueza en edificaciones que van desde las dedicadas a obrerías y huertas hasta los palacios y los templos, así como las de infraestructura urbana, construidas principalmente dentro de los límites del trazo original; su índole comercial atrae a pobladores de diferentes orígenes, como los europeos, principalmente españoles y franceses, pero también del Medio Oriente, que junto con la población indígena y africana le dan a la ciudad un toque de diversidad cultural y cosmopolitismo desde una época temprana. La ciudad se expande alrededor de la traza original, El Centro, que hasta la década de los 1970 continúa como un importante núcleo habitacional y comercial, que poco a poco, especialmente a partir de la declaratoria del Centro Histórico de la Ciudad de Puebla como Patrimonio de la Humanidad en 1987, deriva hacia lo turístico y a su intensa transformación.

José Luis Naval, nacido en uno de los barrios más tradicionales de la Angelópolis, conoce al dedillo el Centro Histórico, lugar donde su vida ha transcurrido desde su nacimiento en la década de los 1930 hasta el presente. Su actual morada se encuentra muy cerca del tradicional Paseo Bravo; se trata de una construcción Art Decó de los 1940 que es al mismo tiempo su casa, su taller de pintura —y cuando la ocasión lo requiere se transforma en una galería de arte— así como la oficina y bodega de la revista BULEVAR, la publicación que desde hace más de 30 años José Luis Naval edita como su particular manera de divulgar y documentar la riqueza del patrimonio de la ciudad de Puebla así como para hacer su defensa activa ante las grandes transformaciones urbanas que en ocasiones alteran para mal el perfil de la ciudad. De espíritu rebelde y cuestionador, parte de la corriente progresista poblana, José Luis Naval, pintor y escritor, también es activista por los derechos humanos y culturales. BULEVAR es una publicación independiente, bimestral, de medios muy modestos (tan modestos como el contenido del bolsillo de Naval y de algunos pequeños y fieles anunciantes) y de tiraje reducido. La misión que da origen a BULEVAR —y que con algunas adecuaciones se mantiene— es la de poner en aviso de alerta a los angelopolitanos sobre lo que Naval considera la destrucción del patrimonio arquitectónico colonial en el Centro Histórico de la capital poblana. La revista es una expresión de la necesidad que tenemos la ciudadanía directamente afectada por mediadas gubernamentales para para manifestar sus propuestas, sus malestares, dar sus soluciones, organizarse y transmitir su creatividad. Gran cantidad de dichas expresiones ciudadanas son efímeras, coyunturales, por eso el caso de BULEVAR es tan importantes de destacar dada su longevidad como medio independiente, un caso probablemente único en el país. Un antecedente y ejemplo para proyectos como el de la publicación en la que aparecen estas líneas.

La defensa del patrimonio arquitectónico es una tradición en Puebla de la cual BULEVAR es parte y testimonio vivo precisamente de estas más de tres décadas, que ha quedado plasmada en las páginas de la revista a partir de los puntos de vista de sus colaboradores, del registro puntual de los hechos y sus repercusiones, de los editoriales de la revista, así como de las fotografías, obra gráfica reciente y tradicional. Su ámbito de acción actual comprende la región de Puebla y el vecino estado de Tlaxcala. El contenido de la revista está centrado en la preocupación por el patrimonio histórico arquitectónico, la recuperación del patrimonio histórico intangible por vía de la construcción de la memoria histórica. Esta defensa del patrimonio abarca lo artístico, lo cultural, lo arquitectónico, lo histórico, geográfico, comida, así como festividades y celebraciones; se expresa en diversos géneros periodísticos (notas, crónicas, ensayos, reportajes, efemérides, semblanzas y testimonios, crónicas, informes, textos de divulgación científica, entrevistas), con selecciones de textos de otras épocas referidos a la temática de la revista, colaboraciones de índole diversa (por ejemplo, poesía), narrativa tradicional y un buen número de fotografía original y reproducciones.

La Ciudad de Puebla cuenta, prácticamente desde su fundación, con centros de estudios e investigación de alto prestigio, condición que perdura hasta la fecha, emblematizada por la cuatro veces centenaria Benemérita Universidad Autónoma de Puebla y la Biblioteca Palafoxiana, entre otras e instituciones de gran entidad científica, artística y humanista. La perseverancia de José Luis Naval en su empeño a través de BULEVAR le granjea la simpatía y adhesión de colaboradores muy calificados. Muchos de ellos son catedráticos e investigadores de centros de enseñanza e investigación públicos y privados de Puebla. Historiadores, arquitectos, teatreros, fotógrafos, periodistas, literatos, sociólogos, pedagogos, historiadores del arte, físicos, antropólogos, músicos, arqueólogos, así como pintores, ilustradores y coleccionistas, algunos de ellos acreedores a distinciones nacionales en su área de excelencia. Por otra parte, el conocimiento de la ciudad debido a especialistas autodidactas que beben de las fuentes de la divulgación tradicional del patrimonio, lo que quizá se podría llamar cultura popular, se plasma asimismo en las páginas de la revista.

El patrimonio, en sus diversas fisonomías, ha pasado a convertirse en un elemento primordial en muchas capas de la sociedad mexicana, especialmente aquellas en proceso de reafirmación de su identidad por medio de valores rescatados del pasado y transmitidos como significativos a nuevas generaciones. Se podría demostrar que es a partir de 1994 que este proceso cobra vigor y se hace visible. En el caso del patrimonio arquitectónico de Puebla hay dos grandes corrientes: la que lo ve como patrimonio artístico e histórico, y la que en fechas más recientes, además de lo anterior, lo percibe como identidad y pertenencia; es así que el campo de debate hoy en día abarca el ámbito de lo artístico y el de lo cultural y lo político. Un ejemplo es lo que sucedió en el área conurbada de las Cholulas, en donde la defensa del patrimonio se manifestó de una manera más directa, en manos principalmente de ciudadanos activos y no tanto de especialistas y activistas; se trata de un intenso y complejo conflicto que engloba tradiciones, identidad, economía y pertenencia desde la perspectiva de los pueblos originarios, situación muy diferente a lo que sucede en la Angelópolis, cuya creación no fue producto de los pueblos originarios sino de la Conquista y la Colonia, fijándole un carácter de “ciudad blanca”, es decir, ciudad para los blancos, los no indígenas, aunque construida con mano de obra indígena.

BULEVAR puede considerarse parte de la tendencia más reciente, como iniciativa ciudadana autónoma que ve al patrimonio arquitectónico, además de como inmuebles de valor histórico-artístico, como espacios que a su vez cobijan la realización de tradiciones, festividades religiosas y laicas, comidas, comercio, etcétera; como señas de identidad de imperiosa defensa so riesgo de perder elementos materiales e inmateriales que componen ”lo poblano”, o más bien “lo angelopolitano”.

La necesidad propia del sistema capitalista de generar constantemente ganancias se expresa nítidamente tanto en el cambio del uso del suelo de Centro Histórico de la Ciudad de Puebla como en la zona que el pasado gobierno expropió para crear un parque temático, a la usanza estadounidense, en la zona arqueológica de Cholula, acción que afectó no sólo a la zona arqueológica sino también a la parte inmaterial del patrimonio como el paisaje y las tradiciones culturales de San Andrés Cholula y San Pedro Cholula, las Cholulas, así como los terrenos dedicados ancestralmente al cultivo de flores. Estos paisajes fueron filmados como característicamente “mexicanos” por Eduard Tissé durante la producción de la inconclusa obra de Serguei M. Eisenstein ¡Qué viva México! (1930), que toma aspectos de la Ciudad de Puebla y de Cholula —ceremonias de danzantes y peregrinación en el atrio del convento franciscano de San Pedro Cholula— y han sido retomados en múltiples films y otros productos audiovisuales como representativos de lo mexicano.

En las miles de páginas de BULEVAR, lo mismo en sus ediciones impresas como en las de su época digital https://bulevarrevista.blogspot.com/, se hace visible la actividad ciudadana en el ámbito de la preservación de su identidad y la construcción de la memoria histórica en torno a los bienes materiales e inmateriales considerados de alto valor simbólico, y son un valioso insumo para reflexionar sobre el conflicto entre lo viejo y lo nuevo, la dialéctica destrucción-defensa del patrimonio, el complejo tradición-modernidad y sus expresiones históricas y contemporáneas.

Debe anotarse que la pasión de BULEVAR en su tarea a veces no es compartida por los habitantes de la Ciudad de Puebla, pues los sucesivos gobiernos han optado por la modificación radical del patrimonio en aras de lo turístico sin que la ciudadanía intervenga con energía en el sentido de preservar. 

José Luis Mariño

 

 

La voz del Maestro José Luis Naval Cid de León

 

Cecilia Vázquez Ahumada,
Centro INAH Puebla

 

El proyecto de la revista cultural Chapulamatl bulevar, la cultura de Puebla y Tlaxcala en el ámbito de este prolijo valle es extraordinario, porque a lo largo de 33 años, y sin ningún ánimo de lucro, ha publicado trabajos de divulgación científica.  Intelectuales, más de 2,000 colaboradores, de todas las ciencias sociales y también de las exactas, han escrito para esta revista a lo largo de más de tres décadas. La intensión, desde 1990, nos explica el Mtro. Naval, es dotar al lector de conocimientos acerca de la historia, la memoria y la creación de los habitantes de este valle, para reivindicar la profundidad histórica que los respalda y les permite poseer una identidad característica que reivindica su presencia como parte de los actores de la historia de este país.

La presente es una entrevista al fundador y director de este proyecto cultural que atesora la memoria de los poblanos y tlaxcaltecas con ahínco y respeto. El Mtro. Naval, artista y amante del conocimiento, con sus palabras nos permite saber de dónde viene su vocación por difundir la belleza y la producción humana, reflexionar sobre los acontecimientos nacionales y sin discriminación, dar voz a la memoria colectiva.

Puebla, Puebla, 17 de noviembre de 2022


Retablo barroco del templo de San Miguelito en la ciudad de Puebla. Fotografía de Xóchitl Olvera Rosas.

 

I

La revista Bulevar: tenemos 33 años de hacerla. No hay quien haya hecho esto, es único. Siete tomos que concentran las revistas impresas a lo largo de más de dos décadas, porque también ya tenemos la edición digital, que es un disco. Siete tomos de cultura, sobre todo que es de la cultura regional, la zona que es hoy Puebla y Tlaxcala.

Soy periodista desde hace muchos años, incluso escribí un pequeño artículo en un boletín de la antigua Academia de Bellas Artes y siempre me gustó platicar, expresar las ideas. Fui alumno de la Academia de Bellas Artes. También hice otros periódicos después. Soy pintor.

A finales de los años ochenta, se dieron condiciones nuevas en el país y en el mundo. Un japonés renegado que trabajaba para el Departamento de Estado de los Estados Unidos de Norteamérica, Francis Fukuyama, escribió El Fin de la Historia y el Último Hombre[2], por indicaciones y con el apoyo de su gobierno los EUA., planteaba que se acababa la historia y entonces, pensé que esto no podía ser, que la cultura formaba parte de la historia y esta tiene una profundidad enorme. Esto es parte de la explicación del proyecto de la revista Bulevar.

Nací en los años cuarenta[3]. Me críe en el barrio ferrocarrilero y textil de San Miguelito y la iglesia de San Miguelito tiene un retablo barroco, muy bonito, muy atractivo, fui acólito de esa iglesia. Esa era una forma, sin darte cuenta, de educarte, estás observando las cosas, te llaman la atención, los cuadros, el barroco, la propia imagen de San Miguel que es muy atractiva. Esa es una parte y la otra, recuerdo mucho, mucho, las pulquerías, como era un barrio de trabajadores, las pulquerías eran mucho más importantes que las cervecerías, todavía la cerveza no desplazaba al pulque. Y las pulquerías eran muy características, estaban pintadas, decoradas por verdaderos artistas populares, con murales en el exterior y en el interior. Yo me acuerdo de dos, una llamada El Puyazo y otra La Sangre Manda, estaban decoradas por fuera, eran muralistas los cuates que las pintaban. Te llama la atención de niño, el ver a unos hombres trabajando, pintando, y creando cosas. Así que tuve una buena educación visual plástica, el barroco, por un lado, a nivel alto, y por el otro la forma popular.

Mi padre fue ferrocarrilero, igual que mi abuelo. Tengo fotos de ellos, mi abuelo, Ángel Naval Nava, fue maquinista de los trenes militares de Villa. Yo todavía vi la carabina de él en mi casa, las 30/30, porque era parte de la herramienta de mi abuelo en su trabajo. Porque trabajaban armados, si es un tren militar, es obvio que tenía que estar armado. Mi padre, evidentemente, no fue revolucionario porque era niño no tenía la edad, pero fue Cardenista, muy, muy Cardenista, él fue mecánico. Su nombre era Ignacio Naval Flores. Esos fueron mis antecedentes. Fui a la escuela primaria oficial Enrique C. Rébsamen, en la antigua calle de Ventanas en la 12[4], a un costado de la iglesia de la Merced. Una escuela oficial, el edificio fue parte del antiguo convento de los mercedarios, que nos atendía en la mañana y en la tarde. Recuerdo al maestro Rubén Gracia, que, por la tarde, a la hora que tocaban las campanas de la iglesia, se tapaba las orejas con las manos y empezaba a echar madres contra los curas porque interrumpían su clase con las campanas; él era liberal, por supuesto. Era una escuela oficial, producto del Artículo 3º. Ahí vas agarrando ondas.

Mi madre fue ama de casa, excelente cocinera, excelente. No se usaba eso, pero si se hubiera usado, ella tendría el grado académico de Doctora en cocina, su nombre era Judith Cid de León. Un apellido peculiar y como a todo el mundo le llamaba la atención, ella decidió quitarse una parte del mismo.

¡Ay! señora, pero cómo va a estar usted casada con dos hombres a la vez: Judith Cid de León y de Naval, cómo va a ser eso.

Por eso ella lo cambió y dijo: Soy Cid y ya, Judith Cid de Naval.

Las escuelas lo único que hacen es darte los conocimientos básicos, después si tú tienes la perspectiva de tener un conocimiento para algún lado, te vas formando, tú vas adquiriendo ese conocimiento de mil formas y vas educándote a ti. Por eso yo soy pintor. Yo tuve la fortuna de, como a los diez años, saber qué iba a ser yo de grande: Voy a ser pintor, eso quiero.

Se dieron algunas cosas interesantes en mi infancia. Mi padre, indiscutiblemente, un ferrocarrilero, obrero ferrocarrilero culto para su época. En esa época, los obreros, una parte de la clase obrera formaban la vanguardia. No solo aquí en el país, sino en todo el mundo. En el país esa vanguardia estaba representada por los trabajadores ferrocarrileros, los petroleros y los electricistas, que era la vanguardia industrial y ellos tenían otro nivel. Ese nivel era transmitido a sus familiares, por eso es que mi abuelo estaba informado y por eso es que fue villista, porque tenía una información de clase, poblano, muy poblano. Su papá fue el que construyó la casa que está junto al Señor de los Trabajos[5], que tiene portales. Lo dice Hugo Leitch en su libro Las Calles de Puebla. El construyó esa casa y, por cierto, como sabe todo el Hugo, dice en su libro que costó $90,000.00, claro en esa época debió haber sido oro. Eso dice el Hugo[6].

También mi abuelo materno es poblano, vienen de otra familia.

Yo me siento más inclinado al linaje masculino, mi padre, mi abuelo. Porque era la línea de los varones. Tuve un hermano, militar por cierto, más grande que yo, piloto aviador, llegó a General, hace un par de años que murió. Así la influencia masculina era mucho más fuerte que la de mi madre.

Mi madre tenía una educación de mujer de finales del siglo XIX, con una educación muy enfilada a su papel, a su rol que tenían asignado por tradición. Yo recuerdo que ella nos platicó como jugaban a la comidita y ¿saben lo que hacían con los chilitos verdes, los serranos?, los abrían, los desvenaban, rellenaban de carnita, los freían y los capeaban, de niñas, de niñas. ¡Claro! Mi mamá nos decía que en su casa se indicaba: Ustedes, aunque en su casa vayan a mandar, en sus casas, necesitan aprender a hacer las cosas, para poder mandar. Ella era católica, no fanática, por su puesto, pero si católica. No podía ser de otra manera. Y más siendo mujer[7].  Tenía una buena educación, indudablemente, más apellidándose Cid de León.

Yo antes para cotorrearme a la gente les decía: mi nombre es José Luis Naval Cid de León y se quita por favor el sombrero. No le pido que se ponga de pie, porque es mucho, pero hay que descubrirse por favor. Nunca usé el apellido Cid de León, más que en las cosas oficiales. Era más fácil, mi mamá era la señora Naval, a nosotros nos decían los Navales.

Yo me acuerdo de una anécdota interesante, creo que debió haber sido en segundo año de primaria, el primer día de clases. No recuerdo si era maestra, o debió haber sido maestro. Pasó lista y nos pidió ponernos de pie para conocernos al irnos nombrando. Nombró a Cid de León y nadie se puso de pie, y de nuevo nombró a Cid de León y el único que no se paraba, ha de haber dicho, el único que no se para es ese buey, o sea…y entonces que me regaña. Pues yo que voy a saber que mi mamá se apellida Cid de León, si ella era la Sra. Naval y yo soy niño. Y me llama Cid de León, y cómo voy a saber que era yo Cid de León. Eso prueba que el que cumplía el papel del apellido diferencial, era Naval, ni modo, parece apodo, pero así es.

Entonces, usé el Cid de León hasta la revista, y eso para burlarme de los FUAS[8]  miren aquí está la nobleza. A pesar de que un primo mío, en segundo, tercer grado, era David Bravo Cid de León, un destacado FUA, en la época de los FUAS[9].


Retrato del Mtro. Hugo Leitch. José Luis Naval.

Yo tengo la formación de maestro normalista, por la Normal del Estado. Pero nunca, nunca tuve ganas de dar clases, de hecho sigo siendo alumno y por mi oficio cada boceto, dibujo, pintura, es presentar un examen. Y con respecto al arte, en mi casa se dan cuenta que tengo habilidades para dibujar, entonces, me llevan, cuando tendría yo, cuando más ocho años, a tomar clases de dibujo a la Academia de Bellas Artes. Para ir de San Miguelito a la Casa de las Bóvedas, donde estaba la Academia[10], en ese bellísimo palacio que es ahora de la Universidad, iba en una bicicleta Raleigh, la más grande de ellas, la rodada 28, no me alcanzaban las piernas para sentarme, así que me atravesaba en el cuadro, y me iba de San Miguelito a la escuela, así  recuerdo cómo los policías de tránsito tenían un cajón donde se subían para que se vieran, en las tardes, como por esta época del año ya estaba obscuro, prendían una linterna de petróleo y con ella daban los pasos. Me acuerdo mucho de ese detalle. Es decir, desde niño, ahí estudié pintura y dibujo y todas esas cosas para ser pintor.


José Luis Naval, Autorretrato.

Regresemos y veamos el nacimiento de la revista Bulevar, hablábamos del antecedente de este norteamericano de origen japonés, Francis Fukuyama, que pregonaba el fin de la historia y yo pensé, bueno, pero… ¡hay que hace algo! Yo tenía para ese entonces el conocimiento, la edad y la madurez para decir, bueno… ¿Y la cultura? ¿Y la Historia, la Memoria? ¿Qué, a chingar a su madre? No. Ese tipo está mal, totalmente mal. Porque nosotros vivimos en una ciudad importante, en un Estado importante del país, que ha generado una cultura, y no de ahora, no solo la cultura occidental, sino la cultura ancestral, yo conocía Cholula y mil cosas, que desmentían lo que este personaje decía. Hay que darle una respuesta, la única posible: Que la gente sepa, aprenda lo que tiene.

Haré una metáfora, como si hablas con una abuelita culta que abre el ropero y dice: Mira hijo, ésto va a ser para ti. Aquí tienes este reloj, este anillo que tiene este diamante, que… son pues, una serie de cosas importantes y son para ti. Tú sabes si las regalas, las vendes, lo destruyes o las echas a la basura, pero tienen un valor. Y eso fue lo que pensé que había que hacer, porque a pesar de todo, a pesar de la Reforma Universitaria, para finales de los noventas no había ni una sola revista de cultura que hiciera difusión y menos hecha por gente, que no es historiador, que no tiene una formación académica al estilo clásico y que bueno, entonces, eso no es posible. Pero si es posible, ¡Y claro que es posible!

Por supuesto hay condiciones diferentes: yo para entonces, para cuando concebí la revista tenía amistades en la UAP, yo participé en la Universidad Autónoma de Puebla, desde 1958[11], 1968. Mis amistades, mis amigos, mis camaradas, mis compañeros eran universitarios, yo era de izquierda, siguiendo la tradición de mi abuelo, mi padre, algo así como mis genes. Muchos de ellos, mis amigos, ya estaban, empezaban y/o terminando la carrera de historiadores, de psicólogos, filósofos… La carrera de historia fue de lo primero que el Partido Comunista impulsó para la Reforma Universitaria, y no solo ellos, también otros amigos y compañeros formados en la UNAM, también historiadores, educadores, antropólogos, con ellos les planteé “hay que crear una revista de cultura”.

Yo tenía amigos universitarios porque muchos de ellos eran comunistas y yo mismo siguiendo la tradición de lucha de mi abuelo, mi padre, me hice comunista. Porque el pensamiento comunista es avanzado, el marxismo es la base científica de todas las ciencias sociales y entonces era obvio que, si uno quiere hacer un cambio…

Hay que tomar en cuenta que, en los años 60 del siglo pasado, un poquito antes, el hecho de que la Unión Soviética, los comunistas rusos hayan lanzado el primer Sputnik[12]. Nosotros siempre como especie, hemos querido volar como los pájaros, hemos inventado cosas como el nacimiento de Huitzilopochtli, un dios solar, todas las civilizaciones en el mundo, el principal dios era el dios solar, todos aprendimos así, a referimos al sol como la vida. Entonces, eso mismo de que nosotros, como seres humanos, como especie, hayamos roto la gravedad y tengamos un aparato hecho por nosotros con nuestras manos, que se queda dando de vueltas y no se cae, y que además cuando pasa, hace “bick, bick” y que cualquiera que tuviera una radio de onda corta lo podía sintonizar y escucharlo en su viaje más allá de la atmósfera terrestre, fue sorprendente, totalmente sorprendente. Aquí en casa hay muchos ángeles dibujados: San Miguel, seres con alas, nosotros emplumamos una serpiente para ver si volaba. Cuando eso se vuelve realidad es sorprendente y se derrumba el concepto de propaganda de que los comunistas son obra del demonio. Porque antes los diablos no eran rojos, eran negros, hasta cuando los franceses levantan la bandera roja en la revolución francesa y continúa con el socialismo utópico francés y luego con los comunistas que firman el manifiesto que redactó Marx y Engels, se vuelven todos rojos, entonces el diablo es rojo. Eso se derrumba, con el avance científico del que dan muestra al lanzamiento del Sputnik; si fueron capaces de hacer eso, lógico que si el socialismo francés de los utópicos, que no se puede poner en marcha, pero sí hay algo que puede cambiar la realidad social, que es un nuevo paradigma, es el marxismo. Entonces lo lógico, es ser marxista.

No nada más es la cuestión teórica, yo empecé en ese momento, en que no había leído nada de marxismo. Además del “satélite rojo”, a 130 km de Miami, los cubanos hacen la revolución. Esa acción pasó en todo en todo el mundo, pero sobretodo en América Latina: fue determinante el triunfo de los Barbudos de Fidel, impactó en nosotros, en la juventud, fue un estallamiento total. Una libertad absoluta, que cambió la perspectiva de vida y, nos hizo ver que otro mundo era posible. Por eso era de cajón hacerse comunista. A bote pronto le nombro: Enrique Cabrera (1938-1972), comunista, Zito Vera Márquez (1928-2018), comunista, Joel Arriaga (1937-1972), comunista, el jefe ideológico de todos ellos, Luis Rivera Terrazas (1912-1989), comunista ejemplar indiscutible intelectual y por ello jefe de todos nosotros, además científico y astrónomo. Esos eran mis cuates.

Ese fue el tiempo que produjo cambios sobre todo en el modo de pensar, tengo otro grabado de un periodiquito que hacían Zito Vera y Antonio Pérez y Pérez por la Reforma Universitaria, que plantea la lucha contra los FUAS y es un grabado mío que usaron de portada.  Claro, en esa época ellos nos eran comunistas, como yo tampoco, pero al calor de la lucha, es que la lucha es así, te enseña y te da rumbo.

Todo se puede ver en el archivo de la revista, esto último sobre la Reforma Universitaria está en la edición digital, porque hay 43 revistas Bulevar en el archivo. Hace diez años que no la editamos en papel, afortunadamente nos resolvieron el problema de su distribución. Hoy puedo decir con toda naturalidad, sin presunción, que nos leen en todo el mundo. Claro, no son millones los que nos leen, pero son arriba de 50,000 personas y en todo el mundo. La inmensa mayoría es en nuestro país, después los Estados Unidos, pero es nuestra gente que vive allá.

En esa edición digital, están muchos artículos que yo hice sobre la Reforma Universitaria porque es otra de las características de Bulevar, ha producido contenidos importantes, mucho muy importantes. La revista es bimestral desde 2005, porque ya estaba la crisis de Zedillo. Se vuelve bimestral, no fue posible hacerla mensual; de hecho, nunca salió un año completo mensualmente. El primer año alcanzamos 11 números, y después salían, así como podíamos, trabajando siempre con ahínco. Pero desde la crisis del error de diciembre, ya no se pudo hacer.  Desde entonces es bimestral y así ha quedado. Implica mucho trabajo, mucho trabajo. Los contenidos son muy importantes.

En este último número, volvemos a reproducir un contenido, un artículo sobre la pila de agua bendita de la capilla de indios del exconvento de San Gabriel Cholula, es un artículo que dio Manuel Tlatoa[13], que acaba de morir, y fue un nahuatlato. Él escribió en 1992. Hoy lo volvemos a reproducir porque acaba de morir Manuel y como homenaje a él lo reeditamos. Es una cosa increíble, porque él descifra el adorno de la pila de agua bendita de la capilla de indios, con rosas, con flores europeas, y acierta que es el calendario mesoamericano. Explica cómo el escultor indio en los primeros años de virreinato dejó encriptada la importancia de la destrucción hecha por los españoles de lo que había aquí y aquí estaba la casa que medía el tiempo. Por eso es que el escultor, científico de su época, científico mesoamericano, hace el calendario para que los curas no lo entiendan, para que los curas no dijeran “no pongas cosas del demonio, ponle las flores europeas, ponle el cordón de San Francisco”. Porque los curas eran franciscanos, como adorno de la pila de agua bendita, es monolítica. Manuel Tlatoa, ahora, bueno, no ahora, a finales del siglo pasado lo descifró y nosotros lo compartimos. Así cada número de la revista, por lo menos un artículo donde los contenidos son profundos, científicos y otros puntos de vista de interés. La revista tiene además fotografía. Alina Téllez Torres, ella es una excelente fotógrafa. Y como siempre, siempre hay duda de las cosas y ese es el motor del conocimiento. Nosotros publicamos en este número una fotografía de 1900, de Puebla, donde se venden las artesanías de cartón tradicionales de la Semana Santa, pero también en Corpus Christi, las palmas. Publicamos una foto de la venta de esa artesanía afuera de la Catedral de la ciudad, pensamos que esa foto había sido tomada en la 5 Oriente, a un lado de Catedral. Pero no, la compañera Alina tuvo dudas, nos las transmitió, y descubrimos que no es ahí, sino que está tomada en la tres, en el costado norte de la Catedral. Y sí, investigando todo este chisme, se da uno cuenta de que los puntos de fuga de la foto no coinciden, si es que fuera la cinco donde se tomó la foto. Ayer corregimos. Y pusimos la aclaración pertinente, es la acera norte de Catedral; porque siempre hay dudas y tratamos de ser precisos.

Bulevar es una revista de divulgación científica, de arquitectura, de ilustración, de antropología, de historia, de arte, de literatura, porque publicamos poemas y cuentos, cosa que no hay y no la va a haber en el resto del siglo. Yo estoy seguro. Totalmente seguro.

Tenemos 33 años de existir y trabajar por la revista Bulevar, con formato impreso, siete tomos, en los primeros 20 años y ahora en versión digital. Hay 48 números digitales. Una revista extraordinaria en condiciones independientes, de veras una revista independiente, porque nosotros no tenemos financiamiento. Es un trabajo que hacemos no por dinero, porque de alguna u otra manera, todos los que hemos participado, que somos muchos, yo creo que suman más de dos mil gentes, tienen forma de vivir. Es toda una vida. Muchos se jubilan a los 30 años, ya muchos de mis compañeros de la revista Bulevar, se han jubilado, y algunos hasta se han jubilado de la vida. En el directorio de la revista tienen una crucecita los compañeros y compañeras que han muerto. Son muchas gentes las que han participado, todos con sus formas de vivir. Todos los que han participado, con ellos, colectivamente, hemos podido producir una revista de estas características. Por eso digo que estas características de producir, va a ser difícil de lograrlas.

La revista tiene contenidos científicos, históricos, antropológicos. Muchos científicos han publicado en la revista. Yo no solo fui amigo de Luis Rivera Terrazas, sino de otros físicos que vinieron a estudiar al INAOE[14], cuatro o cinco compañeros que siguen trabajando ahí, ellos han participado en la revista. Por ejemplo, cuando se iba a hacer el observatorio de la Sierra Negra[15], la revista Bulevar fue la primera en publicar las sugerencias para hacer un observatorio de tales características en la Sierra Negra. En la entrevista que le hicieron al compañero Octavio Cardona, él explica la importancia del observatorio del Gran Telescopio Milimétrico junto al Citlaltepetl.

Es una característica de la revista, no cualquiera tiene esa posibilidad, esos alcances. Son 33 años de editarla de forma continua. Desde el primer número es una revista muy cuidada, mucho muy cuidada, su diseño es atractivo, está bien hecha. Ahora con la tecnología nueva es igual y hasta más fácil. Ese es el trabajo. Y siempre ha habido gente que le interesa y confiaron en nosotros. Nosotros no hemos lucrado con la cultura, no hemos recibido pago por la difusión de la cultura, ni por la producción, porque producimos cultura. A lo mejor, parece que estamos siendo poco modestos, pero creo que apenas, después de tantos años de trabajar, podemos ver la envergadura del proyecto de la revista, que está ahí, probado, de que su contenido y forma han sido para el servicio de la cultura.

La revista Bulevar está cimentada en dos columnas importantes. La primera es toda la civilización, la Gran Civilización Mesoamericana, una civilización que por las condiciones geográficas y por las condiciones de la especie, se hizo sola y continuó por milenios en solitario. Hasta hace 500 años, que dizque nos descubrieron, pero nosotros resolvimos muchas cosas solos. Entre ellas domesticamos el maíz o lo inventamos y con los maíces construimos esta civilización. Yo considero que es toda una corriente con Bonfil Batalla (1935-1991), el respetable maestro que dice: No nos fundamos hace 500 años. Somos producto de una de las cinco o seis grandes civilizaciones del mundo, así como la mesopotámica, la china, la inca… Hoy lo podemos ver con las estupideces de los gringos que quieren destruir y además asumirse como los representantes únicos de la cultura occidental, ¡Carajo! Hay que aplastar a Rusia, hay que negar su cultura y su civilización; los griegos dijeron que Prometeo nos dio el fuego en los Montes Urales. Hasta ahí llegaba Europa y llega, además. La cultura Bizantina importantísima, el Cristianismo dividió a Occidente y a Oriente, el Cristianismo Oriental, el Ortodoxo, ahí está, eso es europeo, bueno judeo-europeo.

En el caso de nuestra cultura, han sido 300 años y 200 años que ha sido sistemáticamente, intencionalmente tratada de destruir, aniquilarla. Bueno, pues no ha sido posible eso. Esa memoria que nos brota así, por eso podemos ver en algunos artículos de la revista, sobre todo en estos últimos años, un concepto de rompimiento al que decimos, no. El país no nace hace 500 años, no se funda hace 500 años. México-Tenochtitlán, los mexicas fueron, por casualidad histórica, la última etnia hegemónica de la civilización mesoamericana, pero los demás también siguieron presentes portando esta civilización. Además, representamos un nuevo occidente, porque nos fusionamos con la cultura occidental, que por cierto ésta se nutrió de las otras civilizaciones, que no eran occidente, como la china, que enseñaron el uso de hierro y el acero, la cultura egipcia, que además eran negros, ¿de dónde sacan lo de la supremacía blanca sobre todo anglosajona?; trajeron la esclavitud y el capitalismo, que no existía aquí.

Por eso la izquierda latinoamericana, fundamentalmente, es una izquierda antimperialista y anticapitalista. ¿Por qué antimperialista?, porque fue el imperialismo blanco, católico, español, el primero que nos jodió. Después el imperialismo blanco-anglosajón, supremacista y protestante, nos quita más de la mitad del territorio. Y además, entre ellos, el francés también, pero nosotros, afortunadamente, tenemos un presidente indio en el s. XIX, que tuvo que renunciar a su cultura mesoamericana, a su civilización, adoptar y formarse como occidental, tener título legal de licenciado, notario, y actuario, me salió de seguidito. Pero además su característica es hacer el moderno Estado Mexicano, pero hace una cosa que nadie había hecho antes -yo creo que en el planeta- él juzga a un miembro de la casa real europea que se decía emperador y le hace juicio y lo condena; por cierto, un poblano fue el abogado que acusó a Maximiliano de los crímenes que había hecho y lo condenó, afortunadamente a la pena de muerte. Por eso fue fusilado con un par de gatos que tenía. Eso es la verdad, por eso somos diferentes, somos antimperialistas y por supuesto anticapitalistas.

La memoria es por la que hemos trabajado, por eso es que hacemos la revista Bulevar.  Como es que otras especies animales tienen una memoria profunda para cuidar de sus generaciones y continuar. Y nosotros como especie tenemos lo mismo: esa necesidad de cuidar de nuestras civilizaciones. Eso mismo tenemos los mexicanos, de una u otra manera, nos brota esa actitud milenaria, por eso es que de generación en generación nos transmitimos cosas, modos de ser, de ver la vida y de actuar. Eso es la memoria, cuando preguntamos algo a algún campesino, nos dice, “esa es la costumbre”. Es una palabra castellana, pero esa palabra encierra eso precisamente, esa memoria, esa memoria del México Profundo que Batalla[16] y otros más, nos hicieron favor de mostrarnos. Nos dijeron “este es el país, en construcción, claro, como todas las civilizaciones se siguen construyendo y así nosotros”.

En general ese es el trabajo de la revista Bulevar[17]. Los cimientos son la cultura milenaria de los pueblos originarios y la resistencia, cuando se puede, pasar a la acción. A mí me conmovieron mucho los zapatistas nuevos —EZLN—  y también hay un editorial de la revista que saludamos al movimiento zapatista, porque encontramos que es el camino. Porque no solamente hay que resistir, sino cuando se pueda, pasar a la ofensiva, a la acción. Como ahora con este nuevo gobierno, hemos pasado a la ofensiva y bueno no sabemos si en el futuro va a continuar este o no. Es un largo proceso el de la construcción del país, es lucha desde los mexicas resistiendo en Tenochtitlán, hasta ahora y para el futuro. Y claro, hay que pasar a construir las cosas, es esto nuestra revista, que convoca, pregunta y muestra los conocimientos, los sentires, que no tiene carácter de clase, como la ciencia. El carácter de clase de la ciencia se lo da quien se apropia de la ciencia, se necesitan de los conocimientos, que cambian constantemente, porque esa es una de las características de la especie, la curiosidad para hacer mejor las cosas y mejorarlas. Eso no tiene carácter de clase, lo traemos como especie y nosotros divulgamos, nosotros mostramos para seguir construyendo este país.

 

II

En los siete tomos que recopilan los ejemplares impresos, en el cd que recoge las 43 ediciones nuevas, en versión digital, y que le siguen a aquellos, en cada uno de ellos hay: una foto, un artículo, una opinión o un afirmación sobre el patrimonio tangible o intangible. Es pues nuestro trabajo, la revista, un receptáculo de la memoria regional, muy grande. Y no nada más regional, porque no es una revista provinciana. En el sentido este centralista que nos heredó la Colonia, que nos heredaron los españoles, este que todavía en la época de Don Porfirio era, de ahí sacaron los defeños que “fuera de México todo es Cuautitlán”, hasta la última manifestación que vimos en la manifestación del 13 de noviembre, que vimos a la fulana esa que se expresa así del presidente. Ella se refería a todos nosotros, porque nos consideran “indios pata rajada”. Esta actitud es una actitud española totalmente, ellos incluso piensan que todo fuera de Madrid, todo es provincia. El centralismo y eso lo desarrolla el centralismo europeo y ahora el centralismo universal, ahora se cambió de capital, ahora es Washington.

Tenemos paradojas, en el porfirismo la cultura dominante, la influencia dominante era la francesa y se supone que Porfirio Díaz, corrió el 2 de abril de 1867 a los franceses con la toma de Puebla. Bueno, esas son las contradicciones de clase que se dan.

La revista es y seguirá siendo un espacio para mostrar las cosas valiosas de la creación humana, eso existe y seguirá. Hace un momento López Obrador les decía a los aficionados al futbol, cuando la selección nacional estuvo a punto de quedar en los octavos de final y perdió, “No se preocupen, en los anales de los antiguos mexicanos, ya se decía que la Gran Tenochtitlán nunca será olvidada”. Eso es objetivo, real. Porque es una civilización, no pudieron aplastarla en su totalidad, fue una de las grandes civilizaciones, una de las seis o siete grandes civilizaciones.

Estaba yo leyendo hace poco, acaban de descubrirlo, me llamó mucho la atención: “Los arqueólogos en Ginebra habían descubierto una ofrenda de un enterramiento de hace 1,700 años de antigüedad”. Yo pensaba a ver qué cosa dicen estos. Pues sí: encontraron, en una casa que tiraron, encontraron un entierro con una osamenta. Y esto los dejó sorprendidísimos, porque el resto mostraba un tajo sobre el hombre joven, era joven entre 25 y 30 años, pero el tajo era de tal magnitud que los antropólogos físicos dijeron, “este es un golpazo de a de veras”. Fue hace 1,700 años, pero el hombre vivió años después de esa agresión hacia su persona, vivió con ese golpe, con esa herida; en aquel tiempo, debería haber sido fatal, pero la sorpresa es que vivió todavía. Bueno, seguirán estudiando. Pero es muy interesante porque supongo que el hombre por una situación personal particular siguió viviendo, un golpe en la cara, con una bárbara cicatriz, los estudiosos estaban asombrados. Lo que me resulta asombroso es que se fabricó un objeto con una contundencia tal, que sigue causando asombro después de 1,700 años. Quiere decir que tenían armas magníficas. Pues así, así es como van quedando las cosas, conforme se estudia, salen las cosas. Así es como ha fluido el conocimiento de la civilización mesoamericana, de poco a poco. Antes se hacían comparaciones, decían que las pirámides mesoamericanas se parecían a las de Egipto, esto a finales del XVIII. Cuando viene el Barón de Humboldt (1769-1859) lo primero que hace es medir la pirámide de Cholula, porque él había medido las otras, las de Egipto. Pues era la manera, de entender, comparando porque no se tenían referentes. Hay la zona arqueológica de Cantona, por Oriental, que es una superficie como de cinco kilómetros cuadrados y con cientos de juegos de pelota. Uno se pregunta sobre la gente que pobló esa ciudad grande. Y cuando llegaron los españoles, ya estaba ahí y los españoles dijeron es “un mal país”. Incluso ahora uno la visita y puede ver los alrededores y uno dice esto es magnífico, pero sabemos muy poco, nada …y ya estaba ahí. Por ejemplo, que hace ahí un hombre local que era farmacéutico y que coleccionaba cosas que fue encontrando y para él era Egipto todo eso. Hoy sabemos otras cosas, hoy podemos entender más cosas con los estudios de los arqueólogos, los antropólogos, en fin, un complejo mundo intelectual estudia y organiza el conocimiento y llena vacíos. No sabemos lo que se entenderá en el futuro, con el tiempo, pero sigue produciéndose conocimiento en torno a esas cosas, a este patrimonio.

A mi me preocupa mucho, he escrito, y seguiré escribiendo sobre la ciencia, porque de una u otra manera, por la cercanía, sobre todo del Ingeniero Luis Rivera Terrazas. Yo muy joven, a los 17, 18 años, tuve la fortuna de conocerlo, me hizo un gran favor al tratarme como su amigo y transmitirme mucho de su conocimiento. Por eso yo me doy cuenta que la ciencia, con los años lo comprendí mejor, es necesaria, hay que dedicar seriamente a valorar investigación, porque el pasado no pasa, nosotros nos tropezamos a cada rato con él. Hace unas horas AMLO[18] se tropezó con la selección que está en Qatar, y habló de aquel pasado, de la grandeza de la gran Tenochtitlán, y también tropezó con el pasado, el de la mujer que gritó que era un indio: ella es representante de una forma de pensar que viene del pasado.

Somos depositarios de ese pasado también, muy conscientes, es normal. Porque hace 500 años, la forma de legitimar el saqueo era decir, “eran salvajes, eran paganos, no saben que este es el único dios verdadero. Los atormentarnos y los obligamos a que reconozcan a este dios único y verdadero”. Y día con día, en noviembre cuando esa mujer en la marcha del 13 de noviembre nos dijo eso ahí en la calle[19], nos estaba diciendo exactamente lo mismo de hace 500 años: “salvajes, no saben nada, ignorantes, se merecen eso y más”. Y nosotros podemos decir ante esto: la Colonia sigue. Y no es una cuestión ideológica, porque a la señora no la conocemos, ni sabía que existía, nadie sabía que existía ella más que su familia, sus amigos. Y brota así la mujer, así fue formada así, generación tras generación. Como nosotros tenemos otra formación, generación tras generación, igual. Así se da la vida. Esto no se da en cualquier país, esto por ejemplo no se dio entre los pueblos originarios del norte del continente, porque su civilización no era tan avanzada, eran nómadas, cazadores recolectores, pero no habían desarrollado una gran civilización, no se planteaban resolver problemas fundamentales como las grandes civilizaciones lo hicieron, esas dudas poderosas, por qué estamos aquí, la noche… en fin, todo lo que hoy es obvio para nosotros, es que la tierra gira… pero antes, se planteaban ¿y si se va y no regresa el sol?. Eso pasaba en las tierras norteñas con el invierno, eso pasaba. El dios de invierno de los pueblos eslavos es eso. El árbol de, ahora navidad, era hacerle fiestas al señor invierno para que ya se fuera y reverdeciera la vida y no muriéramos: “vete señor, lo que tú digas, pero vete”.

Volviendo al inicio de esta conversación. La revista Bulevar ha estado vigente desde hace 33 años. Yo sabía la respuesta política al planteamiento del “fin de la historia”, por eso yo le puse a la primera revista, No. 1, no le puse esas cosas de 001. Fue la número 1, luego la número 2 y así sucesivamente, estábamos seguros de que era la respuesta correcta, chiquita, pero correcta.

Uno puede decir ahora, después de tantos años, ya muertos todos aquellos que estaban opuestos, que eran unos ignorantes, que les ibas a hablar de cultura, no le ibas a hablar de política. Pensaban que no iban a caer y cayeron. Esa es la verdad. Solo los más inteligentes no cayeron tanto, como el simpático de Azar[20], escribió que “yo había dejado la cuestión política por la cuestión cultural y que eso era muy bueno”. No fue así, no dejamos nada. Porque la cultura, incluyendo al arte y éste sobre todo, son la expresión más refinada de la política. La gente no nota que el arte es una expresión refinada de la política, pero es eso. Por ejemplo, los griegos, todo su arte, toda su arquitectura, toda su escultura, no es más que una expresión política, incluso la expresión de los templos es una expresión de la política de su civilización. Y eso es en todas las grandes civilizaciones. Por ejemplo, las pirámides egipcias, las ofrendas funerarias, la riqueza con que depositaban los cadáveres de sus reyes, de sus reinas, era la expresión física de la civilización egipcia. Esos objetos son expresión de esa civilización y de la política de las mismas. No hay otro. Los griegos hacían las olimpiadas no por el gusto de hacer deporte: era para mostrar cosas a los demás.

Ya lo dijimos, el conocimiento es para quien lo quiere, para quien lo quiera usar, nosotros pusimos la revista a disposición de todos, para que los que quisieran tomar cosas de ella, lo hicieran. Y hablamos de la historia, del arte, con el respeto que merecían todas las expresiones. Hablamos de todas las expresiones como son, como nuestros pares.

Yo lo pude ver, porque viví fuera del país un par de años, un poquito más y te das cuenta. Los europeos, tus amigos, tus amores, que tienen tu edad, te das cuenta que manejamos los cubiertos igual, que hablábamos de lo mismo, de los filósofos, de las novelas, es mi par, somos iguales, pero hay otras cosas en que no somos iguales. Porque tenemos diferentes informaciones, algunos de nosotros poseíamos conocimientos que ellos no y viceversa. Así es la vida, así somos los seres humanos, y máxime ahora que hay tantas posibilidades para obtener información. Pero debemos ser cuidadosos en eso.

Yo sigo pensando que los conocimientos que divulgamos a través de Bulevar sirven para la transformación.

Al principio de la revista nos decían algunos, ¿Por qué le pusieron un nombre francés, bulevar? Había que explicar todo y lo hicimos, bueno es que la cultura a un nivel alto se manifiesta en las urbes y la diferencia entre el campo y la urbe son las calles, sus formas de vida y la cultura y la civilización se expresan en sus casas, en sus calles, en su arquitectura y desde el siglo XIX las calles más bonitas eran los bulevares que inventaron los franceses. Acabaron con la ciudad medieval francesa, la ciudad de espontaneidad fue cambiada por el trazo. Y ahí se expresó su cultura, su civilización, su vida, su política, sus sueños, sus amores. Como cualquier otra gran ciudad, otra gran expresión. Así es como se han expresado las grandes civilizaciones con sus conglomerados urbanos, así es como se han expresado todas, todas las grandes civilizaciones. Los mesopotámicos, los persas, que aportaron tantas cosas a las civilizaciones, y todo se dio entre el par de ríos, el Éufrates y el Tigris. Así es como se ha dado, así es como se expresa.

Seguiremos haciendo la revista Bulevar y seguimos pensando que tenemos que brindar sus contenidos a la gente, porque lo que nos interesa es la transformación. Y será cuando sea[21].

 

[1]  Agradezco la oportunidad de haber realizado la entrevista al Mtro. José Luis Naval, sugerencia de la Dra. Rosa Garza y el Mtro. José Luis Mariño.

[2] Fukuyama, F. (1992), El fin de la historia y el último hombre. El discurso del político norteamericano plateaba a la democracia liberal como el fin de la historia de la humanidad, el comunismo había fracasado y se terminaba la lucha de ideologías. Sobreviviendo, solamente, la democracia liberal, la ciencia y el capitalismo.

[3] En la ciudad de Puebla.

[4] Avenida 12 poniente 505.

[5] Avenida 11 norte 1002.

[6] Nota del Mtro. Naval. “Yo nació cuando Hugo Leicht estaba en Alemania en plena guerra llamado por su gobierno nazi, siempre deseó regresar a Puebla, regresaron sus restos, están en el Panteón Francés. La revista bulevar es la primera que le dio público crédito a su trabajo de erudito y a su singular libro sobre Puebla. Soy el único que le ha hecho un retrato a lápiz tomando como base la única foto de Hugo Leicht, no más grande de un cm, que hay.

[7] En esta entrevista estuvo presente la Srita. Alina Téllez Torres, fotógrafa de la revista Bulevar desde hace más de 20 años. Ella en este momento de la charla acota: “Nunca he conocido a una persona más educada y delicada para tratar a los demás que la mamá de Naval. Era una señora, independientemente de los estudios, eso es otra cosa, ella hablaba con mucha consideración y respeto a los demás, era una dama, una formalidad, una ceremonia para tratar a todos. Sorprendente la manera en cómo te hacía sentir. Yo no conozco una mujer más Dama, que ella”.

[8] Miembros del Frente Anticomunista (FUA) que disputó, en los años setenta del siglo pasado, la dirigencia de la UAP contra militantes del Partido Comunista Mexicano, quienes pugnaban por una universidad crítica, moderna y científica al alcance de todos. Los portadores del lema ¡Cristianismo Sí, Comunismo No! fueron desplazados y fundaron la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla. Sus miembros han engrosando la militancia en el PAN, también alimentado por grupos como el Yunque.

[9] El Ing. David Bravo y Cid de León aparece como dirigente panista registrado en el trabajo de Claudia Ramón Pérez, Mtra. en Ciencias Políticas UPAEP, Los avatares de la oposición en Puebla: génesis y procesos de institucionalización del PAN y del PRD (1980 a 2010) (http://somee.org.mx/download.php?t=2&c=3&h=264528988a7d448f895517607c8a1af86ea39a9d.) Consultado el 19 de nov. 2022.

[10] La Casa de las Bóvedas, cita en avenida Juan de Palafox y Mendoza 406. El movimiento ilustrado del siglo XVIII repercutió en Puebla hasta 1813, cuando el presbítero José Antonio Jiménez de las Cuevas funda una escuela gratuita para la enseñanza de las primeras letras. En 1824 se convirtió en la Academia de Bellas Artes y se instaló en la Casa de las Bóvedas. En 1852 “…se consolidó con dos escuelas gratuitas de primeras letras […] una escuela nocturna para la enseñanza del dibujo…” BUAP La academia de Bellas Artes, Brevísima Historia. http://www.bellasartespuebla.buap.mx:8181/apps/estampas/aba-historia-breve.html. Consultado el 19 de nov. de 2022.

[11] El Mtro. Naval me muestra dos carteles con temáticas sociales y de lucha del pueblo, diseñados para el movimiento de Reforma Universitaria de la máxima casa de estudios del Estado de Puebla. Estos trabajos fueron hechos en la clandestinidad.

[12] El primer satélite que se puso en órbita fue lanzado exitosamente por la URSS en el año de 1958.

[13] Insigne cholulteca estudioso de la cultura náhuatl, Don Manuel Tlatoa Guizar (1950-2022).

[14] Instituto Nacional de Astrofísica (INAOE), ubicado en Santa María Tonanzintla, San Andrés Cholula, inaugurado en 1971.

[15] Gran Telescopio Milimétrico, inaugurado en el año de 2015 pero iniciada su construcción en el año 2010.

[16] Guillermo Bonfil Batalla (1935-1991).

[17] Aquí interviene Alina Tellez T. “El otro pilar es el mismo Naval, que es el director que nos mantiene unidos. Hace 18 años le expresé mi necesidad de recibir una retribución económica porque era imprescindible en ese momento. Pero vine a la celebración de aniversario de nuestra revista y vi, observé el ambiente de solidaridad y fuerza que Naval le imprime a este trabajo, y he estado aquí, sin pedir más que ayudar a que salga nuestra revista. Somos parte de México, nuestros abuelos, somos esos que están por venir, y con este grano de arena y con la transformación de la que estamos siendo parte, con López Obrador, seguimos en la resistencia y nos seguiremos sobreponiendo, somos uno, pero compuesto de millones”.

[18] Andrés Manuel López Obrador.

[19] “…indio de Macuspana, tienes unas patas rajadas, que ni el mejor zapato que te pongas te quita lo naco…”

[20] Héctor Azar (1930-2000)

[21] Larga vida a la revista Bulevar, antecesora de múltiples proyectos de revistas independientes que ahora llenan el espectro electrónico y permiten a muchos expresar sus puntos de vista sobre la compleja realidad y la creación de los coterráneos.