Número 6

4 rrollo del mundo capitalista a través de la indus - trialización, el turismo y los servicios, puso en crisis progresiva al medio ambiente y también a la cultura regional; la rapacidad de los grupos de poder por el dinero, desbordó al campesinado del otrora granero de la capital, el actual Estado de Morelos, obligándo - lo a poner en venta sus recursos naturales: tierras, aguas y tradiciones. A los sembradíos de caña, maíz y arroz sucedieron los desarrollos urbano-arquitec - tónicos; a los antiguos sistemas hidráulicos para el campo sucedieron los balnearios y a las tradiciones de intercambio de productos del campo sucedieron las comidas chatarra, los equipos mecánicos de re - creación y ahora los mecanismos digitales de sonido, de cultivo agrícola, de fertilizaciones y hasta de con - trol comercial de plagas; a las tradiciones anteriores y posteriores a la conquista sucedieron la novedades ocasionales; a los procedimientos de intercambio de excedentes, a las festividades religiosas y de in - tercambio de productos necesarios, en otro tiempo medios comunitarios de relación, les llamaron luego “ferias” como es el caso de Yecapixtla, donde a la fes - tividad de los muertos con sus tradicionales Tianguis Chiquito y Tianguis Grande, les acabaron llamando “la feria de la cecina”. Las antiguas ferias tradicio - nales, como la del Cristo del Cerrito en Mazatepec, la de la Virgen de Tlaltenango en Cuernavaca, la del Cristo de Totolapan, la del Cristo del Señor del Pue - blo en Cuautla, la de San Agustín en Xochitlán, la de Nuestra Señora del Cerrito de Xumiltepec, la del Se - ñor de Tepalcingo y otras, fueron perdiendo impor - tancia a manos de los Centros Comerciales, donde el intercambio no es entre productos sino entre oferta y demanda. Pero la cultura no es una mercancía. La madre no está en venta. El Centro INAH Morelos registra y expone a tra - vés de su principal Centro de Difusión, que es el Mu - seo de Cuauhnahuac, los conocimientos, las tradicio - nes y las acciones dinámicas de la cultura. La Región no es un ente aislado y las investigaciones del Centro INAH Morelos dan cuenta de otras regiones, sus tra - diciones y sistemas que contextúan, dinamizan, po - nen en armonía y exhiben las diferencias de la cultu - ra entre los pueblos del mundo. En los setenta y tres años de existencia del INAH y en los treinta y ocho que en estos días cumple el Cen - tro INAH Morelos, los profesores-investigadores que de este Centro colaboramos “En el volcán”, quere- mos reconocer la labor desarrollada desde su inicio por sus actores en los museos de Cuauhnahuac, de Morelos en Cuautla, de Emiliano Zapata en Tlaltiza - pán, en los museos de Coatetelco, de Xochicalco, de Chalcatzingo, de Tepoztlán, y en todos aquellos que reciben piezas donadas para su exhibición y resguar - do como testimonios antiguos de nuestra cultura re - gional. En cuanto a la investigación y exhibición social de la riqueza histórica y testimonial de la cultura cris - tiana en los conjuntos monacales, iglesias, capilla y er - mitas, aun esta pendiente que se asienten las turbias aguas de poder civil y religioso que pretenden aislarse de la sociedad en beneficio de sus propios intereses. Es conveniente que esa riqueza sea socializada en el pueblo, antes de que sea demasiado tarde y sea pues - ta en manos de los mercaderes . Los pueblos hacen la cultura, y son dueños de sus testimonios históricos ; los demás, civiles o religiosos, sólo somos deposita - rios pasajeros de estos testimonios. Instalaciones del Centro INAHMorelos. Foto toma- da de imageshack.us

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