Número 7
12 los primeros en violar el estado de derecho, ciudada - nos, grupos gremiales, sindicatos, instituciones, asu - men con frecuencia una práctica de violación de la ley: ocupan espacios públicos para provecho propio, incumplen las disposiciones administrativas elemen - tales para la convivencia citadina y rural, corrompen y son corrompidos. La supremacía de los intereses privados por so - bre los colectivos ocupa el lugar de la responsabi - lidad civil y el empoderamiento colectivo; se cons - truye una cultura popular de la corrupción en la que honestidad es sinónimo de estupidez. Esta realidad inducida por el poder no tiene una intencionalidad moral sino política. Se trata de combatir a las resis - tencias a través no sólo de la represión sino también de la cooptación. Esta doble política busca que los movimientos populares anti neoliberales se atemo - ricen o se vuelvan cómplices y aliados menores en la ocupación de nuestros países. Esta globalización neoliberal ha provocado tam - bién una degradación profunda de la política y un vaciamiento de la democracia representativa, re - duciéndola a sus aspectos procedimentales, con la correspondiente crisis y descrédito de los procesos electorales mismos, las instituciones y los partidos políticos, incluyendo a los de la llamada “izquierda institucionalizada” que devienen útiles y funcionales al poder capitalista; pierden toda capacidad contes - tataria y trasformadora, son incapaces de sustraerse a su lógica, y asumen finalmente un papel de legitima - ción del sistema político imperante. 10 Esta democra - cia se encuentra acotada y bien podría ser calificada como democracia tutelada por los poderes fácticos, las corporaciones, los monopolios mediáticos e, in - cluso, cada vez mayor grado, por el narcotráfico y la delincuencia organizada. Ana María Rivadeo plantea 10 Ver: Gilberto López y Rivas. “Los limites de la democracia neoliberal”. Rebelión. 17-06-2006 y “Democracia tutelada ver- sus Democracia Autonomista” en Rebelión . 28-03-2006. de esta manera la problemática de la democracia en la globalización neoliberal: “El estado nacional actual se encuentra es- tructuralmente atravesado y dominado por la transnacionalización del capital, así como por la desarticulación, la exclusión y la vio - lencia. Y en esta situación, el universalismo que se impone no es el de la democracia, sino el del capital que se globaliza.” 11 En el terreno de las coincidencias con Esteban Cabal, destaco una de singular importancia con la que concluye su estimulante trabajo: “El capitalismo puede y debe ser sustituido porque es incompatible con la paz y los derechos humanos. Pero la alternati - va a la “soberanía nacional” de Sieyéz sigue siendo la “soberanía popular” de Rousseau, la democracia di - recta, transparente, participativa, y de ningún modo nos podemos encomendar al gobierno plutocrático de las élites. A la sociedad de consumo sólo puede sucederle la sociedad del conocimiento.” En esa dirección, el Grupo Paz con Democracia en su Llamamiento a la nación mexicana ( La Jornada, 16 de noviembre del 2007), señalaba: “A contracorriente de la propaganda neoli - beral, la nación sigue siendo el espacio de nuestras luchas de resistencia, y la base es - tratégica de nuestra articulación con las re - sistencias de las naciones y los pueblos del mundo entero al capitalismo. La disputa por la nación pasa por la defensa de sus recursos naturales y estratégicos, por la lucha contra la ocupación neoliberal de nuestros países. La resistencia patriótica es fundamento de las transformaciones democráticas y socia - les de largo aliento, que nuestro país requie- re urgentemente”. 11 Ana María Rivadeo. Ob. Cit., p. 37.
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