Número 7

28 “En la delicada, blanca y preciosa espalda de madame Pompadour había un pequeño lunar, que parecía una mosca nadando en le- che. El caballero, que estaba muy serio para encubrir su azoramiento, miraba el lunar, y la marquesa, con la pluma levantada en el aire, miraba en el espejo al caballero. Uno y otra cambiaron por el espejo una rá - pida mirada, mirada que nunca engaña a las mujeres, y que de una parte quiere decir: “Sois encantadora”. Y de otra: “No me ofen - de lo que penséis”. Sin embargo, la marquesa se arregló el pei - nador y le dijo: ¿mirabais mi lunar, caballero? No miro, señora; veo y admiro. […] “Adiós, caballero, y tratad de recordar que este lunar que habéis visto sólo el rey lo conoce… 6 La lírica popular mexicana del siglo XX es tam - bién muy clara al respecto: “ese lunar que tienes jun - to a la boca, cielito lindo, no se los des a nadie que a mí me toca”. Una entrada tan atrevida como la que construye Agustín Lara en María bonita , apela a la luna para borrar las mediaciones simbólicas entre el erotismo y la sexualidad: “...la luna que nos mira- ba ya hacía ratito se hizo un poquito desentendida, cuando la vi escondida me arrodillé pa’ besarte ”. Pro- vocadoramente, el ensayista Aura comenta: “ Imagí - nense nomás a que altura le venía dando el beso -a la Doña-, por supuesto.” 7 La luna, espejo arquetípico presente en nuestros imaginarios, reaparece como influjo amoroso en el espejo corporal femenino, los ojos para fijar la nor - ma del deseo sobre el caos (“la selva dormida”). Re - cordemos esa popular canción de Chucho Navarro, popularizada por Los Panchos al filo del medio siglo, la cual dice: “Como un rayito de luna/entre la selva dor - mida,/así la luz de tus ojos/ha iluminado mi pobre vida./Tu diste luz al sendero/en mi no - che sin fortuna,/iluminado mi cielo/como un rayito claro de luna./Rayito de luna blanca/ que iluminas mi camino/así es tu amor en mi vida/la verdad de mi destino.” 8 La Luna alude a la genitalidad femenina de un modo muy popular y festivo a través de la sangre, jugando más con la producida por la menstruación que con la producida por la pérdida de la virginidad. Nos referimos a cuando en la práctica ritualizada de “cantar” la lotería, se dice : “-Traes las enaguas color tuna, ¿Porque te 6  ( Musset, 1863: 21-22) 7  (Aura, 1990: 79). 8  (Zavala, 1991:154). Marilyn Monroe. Foto tomada de the100.ru

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