Número 7

42 de las pinturas. Completan el conjunto, a más de las ruinas de la parte posterior, las cruces marcadoras de excelente grabado. El claustro fue restaurado en época reciente; los restos del antiguo retablo fueron utilizados como escaleras y como artesas, mientras que la arena que se extrajo del atrio permitió la apa - rición de los vestigios prehispánicos. Hoy Después de su rescate, se conserva con el manteni - miento indispensable; es un conjunto digno de vi - sitarse, particularmente para los interesados en un monumento histórico testigo del desarrollo arquitec - tónico religioso en el siglo XVI. MONASTERIO DE SANTO DOMINGO TLAQUILTENANGO Llegar Esta población se encuentra en el sur del Estado de Morelos entre los pueblos de Xoxutla y Zacatepec. Antiguamente era el sitio donde se juntaban los ca - minos que venían de Cuernavaca y el de Huaxtepec. Los franciscanos en su paso hacia la Mar del Sur fun - daron el monasterio dedicado a san Francisco. Primeros recuentos La primera mención proviene del Códice Mendoci - no que lo menciona como uno de los tributarios de Cuernavaca. Llegan los misioneros El Códice Franciscano dice que el monasterio de Tla - quiltenango era de estos religiosos; parece indicar que estaba dedicado a San Francisco 27 . Aun cuando no tenemos fechas de la construcción, la portada sur, semejante a la norte del monasterio de Cuernavaca, podría indicar que su construcción es ligeramente posterior a dicho monasterio, posiblemente entre 27  CODICE 1941, 19 1530 y 1550. Existe también la posibilidad de que algunas decoraciones de la ocupación franciscana hayan sido borradas y otras cubiertas cuando los do - minicos se adueñaron del monasterio. El conjunto monacal Es un conjunto con el atrio extendido hacia el sur; de sus tres capillas posas, dos fueron recientemen - te restauradas y una se conocía tal como ahora está. El templo tiene dos entradas: una, la princi - pal, hacia el poniente con una portada sencilla del llamado estilo plateresco, enmarcada por la limpia fachada que termina al centro por el reloj de re - ciente construcción y la torre de sabor barroco; su interior es espacioso; es significativo el pesado arco toral, hueco en su interior y notable por su altura, que por dentro permite sentirse libre y por fuera da al conjunto majestad que sobresale como punto de referencia en la población. El monasterio está situa - do al norte del templo, tiene su entrada propia por la portería que conduce a la planta baja; en el patio central tiene un aljibe que recogía el agua de la azo - tea para el servicio de la comunidad; los corredo - res rodean al patio y dan acceso a los espacios que servían para las actividades de educar a los nuevos cristianos conquistados. Por la parte norte se sube a la planta alta donde el corredor lleva a las nume - rosas celdas; aquí se desarrollaba la vida privada de los religiosos. Los claustros están llenos de pinturas que parecen corresponder a la ocupación, primero de los franciscanos y después de los dominicos, se - gún los motivos de tales pinturas; en algunas par - tes quedan restos de códices en la pared, como el que fue desprendido del arranque del arco y que conocemos como el códice Mauricio de la Arena. Hasta hace poco, todas estas pinturas estuvieron cubiertas, lo que dio por resultado que se arruina- ran parcialmente. La huerta ya no existe; pero sabe - mos que debió estar hacia el norte del monasterio, por la posición de la “entrada de granos”. Hacia la parte sur existen restos de primitivas construccio - nes que podrían corresponder, como sabemos, por

RkJQdWJsaXNoZXIy MTA3MTQ=