Número 34

58 subsidiario fue el punto de partida de un progresivo desmantelamiento del sistema gubernamental de apoyo al campo. El Presidente Salinas aceleró ese des- mantelamiento y en 1992 impulsó la refor- ma constitucional que permitió poner en el mercado la tierra ejidal. Las agroindus- trias tomaron progresivamente el control de una porción sustancial de los ejidos. El proceso no se ha detenido en los siguien- tes mandatos presidenciales sino que se ha intensificado. En realidad lo que se visibiliza es una intención clara de acabar con la capacidad de los pueblos y comunidades de asegu- rar de manera autónoma su subsistencia y formas de vida, para imponerles su in- tegración en el mercado agroindustrial globalizado. En este contexto el caso del maíz es emblemático y su trascendencia sobre- pasa el ámbito mexicano. En 1971 México exportaba maíz. Como consecuencia de las políticas gubernamentales, en la ac- tualidad se producen poco más de 20 mi- llones de toneladas de maíz al año. La pro - ducción se ha estancado durante la última década, mientras aumenta año tras año la importación de poco más de diez millones de toneladas. La factura de importación de maíz ascendió a 2,500 millones de dó- lares en 2011 y en 2012 fue aún mayor. Como se señala en el Dictamen de la Audiencia sobre Violencia contra el maíz, la soberanía alimentaria y la autonomía de los pueblos (Ciudad de México, 19-21 de noviembre de 2013): “La pérdida de so- beranía alimentaria que esta política ha provocado tiene como uno de sus com- ponentes principales una modificación inducida de la dieta mexicana con efectos catastróficos. México padece uno de los más altos índices del mundo de obesidad, diabetes e hipertensión. Ocupa el primer lugar mundial en el consumo por persona de refrescos de cola y uno de los primeros lugares en el consumo de la llamada “co- mida basura”. Al mismo tiempo, ha empe - zado a disminuir el consumo de productos de maíz por primera vez en la historia.” A ello se ha unido la estrategia de pe- netración del maíz transgénico promovi- do por las grandes empresas del sector, con el apoyo decidido de los gobiernos

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