Número 40
26 boga, destinados a preparados herbolarios: Arvensis , Florizar , Tikal, Aulaga, Yagabil, Huitzol, Quinol, Sidronel, Pulmonar, Azte - ca, En línea, Varicel, Tepeyac, Riñosan, Esto- macal, son ejemplos de este conjunto hete- rogéneo de preparaciones comerciales que sin embargo comparten entre sí el hecho de proyectar no sólo las características o las propiedades de las plantas en cuestión, sino las expectativas del posible cliente. Es por ello, a su vez, que la terminología que alude a sus efectos –que no necesariamen- te los preparados de plantas en sí– se aco- moda también a un imaginario popular de la modernidad, para aparecer como Astro- ton H3, Soluto Vital, Relaxil, Figuran, Pensol Concentrado o Sexopronto . Aun siendo francamente contrastantes con los anteriores, los escenarios sociocul- turales relativos al ámbito de la biomedici - na, como el de los médicos y farmacéuticos en los sistemas formales de atención y en el espacio de la regulación sanitaria, la ter - minología juega en ellos a su vez un papel determinante en lo que toca a la lectura de los efectos terapéuticos de la flora. Una cosa es hablar de las atribuciones de la planta, otra de sus propiedades y otra de sus indicaciones . Las aproximaciones a los efectos terapéuticos de la flora medici - nal en ese medio se encuentran canaliza- das a su vez en una terminología particular que refleja el soslayo progresivo de la mi - rada clínica y la emergencia de la aproxi- mación experimental. Así, en las antiguas farmacopeas y en los textos clásicos de farmacia y de terapéutica, las plantas me- dicinales eran caracterizadas en función de los efectos observables directamente en los pacientes: las plantas o sus extractos pue- den ser, entre otras muchas posibilidades, catárticas , depurativas , tónicas , béquicas , Ovaritón en el mercado de la ciudad de Oaxaca Foto: P. Hersch M.
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