Número 50
mos modificados genéticamente, conocidos como “transgénicos”. Sus políticas empobrecen cada vez más a los campesinos, a los indígenas y a los trabajadores cuyos productos, sin embargo, alimentan a la humanidad. Las consideraciones que se presentan en esta ponencia sobre las plantas medicinales están inmersas en el contexto de la soberanía alimentaria y medicinal; en consecuencia son holísticas e integrales y toman en cuenta esa relación dinámica y contradictoria que se desarrolla entre el conoci- miento de una ciencia y técnica “sin conciencia” y una sabiduría popular e histórica con conciencia de liberación. El primer desafío es el cuidado y defensa de la Madre Tierra. Esta concepción de amor se refleja al respetar la vida, la biodiversidad, la sanidad de las aguas, los aires, los suelos y los bosques en el marco de la interacción, la comunicación y el balance comunitario. Este principio es inherente a todas las formas de vida animal, vegetal y humana y al mismo tiempo, si se rompe ese balance, algunas especies mueren o desaparecen o se desarrolla un cúmulo de enfermedades. Por eso, los lugares más armó- nicos son aquellos que han mantenido el principio del balance sustentado por las sabias lecciones de los abuelos y las abuelas y por los movimientos de liberación de nuestros pueblos. En tierra sana crecen plantas, animales y seres humanos sanos; por ello las tierras más cuidadas en el siglo XXI siguen siendo aquellas preservadas por los pueblos nativos o autóctonos. Sin embargo, esas tierras son las más ambicionadas por los intereses multinacionales articulados a los sectores poderosos y a los gobiernos opresores. Esto se refleja en la gran destrucción de los bosques por parte de las empresas madereras y mineras, la refinerías 61
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