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67 cuales las propias plantas se comportan como plaguicidas naturales: ejem- plos de ello son el ajo, el madreado 2 y la cebolla. Los plaguicidas de la industria química alteran profundamente la biodi- versidad y son causa importante de resistencia, alterando los ecosistemas y causando dolencias e intoxicaciones agudas y crónicas. Estos productos químicos, al no ser producidos en nuestros países, contribuyen al aumento de la pobreza, la enfermedad y la dependencia económica y cultural Lo importante es recordar que los plaguicidas no sólo matan las plagas, sino que afectan progresivamente al agricultor, a la familia y a la comuni- dad. En cambio, los cultivos orgánicos ayudan al proceso de reciclaje de la materia orgánica y en consecuencia al ahorro de la energía. La creación de cooperativas populares de productos orgánicos es por ello un excelente paso para mejorar la alimentacion y la salud. El séptimo desafío es la relación de las plantas medicinales y la energía. Todo cultivo de plantas medicinales debe estar en función del clima y la energía. Hay plantas que crecen en la sombra y otras que requieren mayor energía solar. Cualquier cultivo de plantas medicinales en forma intensiva o de monocultivo altera la biodiversidad y cuando esa especie no es nativa de la zona o es extraña puede afectar la existencia de otras plantas impor- tantes para la salud. Un ejemplo claro es la introducción de árboles de eucalipto, que tie- nen un crecimiento rápido y por lo tanto requieren mayores nutrientes y energía para su desarrollo afectando el desarrollo mismo de otras plantas. En Honduras hace una década se quiso derribar un millón de pinos y sem- brar eucaliptos por parte de la empresa “Stone Container Corporation”, pero afortunadamente con el pueblo organizado nos opusimos a este diabólico proyecto. 2 Gliricidia sepium , también conocida en México, entre otros nombres, como “madre cacao” (Tabasco) o cacahuananche (Morelos y Guerrero).

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