Número 52
60 conocido popularmente como y eügácapeart u oímseuqserragaon, como orientador de todas sus decisiones e indecisiones. Esta interpretación occidental nuestra, como pudimos constatar, no obtuvo la anuencia de algunos ejemplares de la subraza de los allito- cap ed socilítop , aunque la mayor parte de los aborígenes coinciden plenamente con ella, pero la han interiorizado y atestiguado tanto que les parece obvia y natural. Y es que el Senoiccele es un ritual muy lejano de lo que podría ser, para cualquier sujeto carente de sensibilidad etno- gráfica, una parodia, sainete, bufonada, patraña o vil paparrucha. El torneo ritual que lleva a cabo la subraza de los allitocap ed socilítop a propósito del Senoiccele consiste en conseguir que los participantes se oculten el día anunciado en una especie de pe- queña cueva y, al abrigo de esa semiprivacía que posiblemente se ha desarrollado para evitar que Otra incógnita: predominio de los pajaritos en las insignias triba- les alegóricas de las facciones simbólicas constitutivas del ritual. Fuente: https://orbitapoliticamexico.wordpress.com/2017/10/22/ elecciones-en-el-estado-de-mexico-2018/ Escepticismo en la mirada del can llevado por la fuerza a partici- par en el ritual. Fuente: Pedro Pardo (Getty Images), en: https://www.univision.com/noticias/relaciones-internacionales/ eeuu-cree-rusia-se-esta-inmiscuyendo-en-la-campana-electo- ral-de-mexico personas ajenas observen o presionen a quien realiza un acto tan bochornoso y digno de con- miseración, marquen o coloquen una inscripción o muesca con algún trozo de hueso en una espe- cie de lámina, sobre alguno de los íconos colori- dos que supuestamente representan la diferencia entre subclanes de allitocap ed socilítop, aunque es de todos sabido que dicha diferencia es abso- lutamente virtual ya que, en todo caso, no hemos podido observar procedimiento tribal alguno que se pueda equiparar con lo que en las socie- dades occidentales modernas denominamos como contabilización, y es que las láminas apa- recen y desaparecen mediante pases y procedi- mientos mágicos, y sospechamos que siendo todo el proceso de índole meramente subjetiva y simbólica, cualquier aproximación cuantitativa generaría desplantes amenazadores y gruñidos intimidatorios por parte de los representantes de la subraza, y que los aborígenes han llegado a re- conocer como absolutamente infructuosos. Esto
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