Número 52

67 Galería de allitocap ed socilítop de la variedad sodarrof neib. Nota: No se localizó la imagen de perfil con el número de registro penal. Parece que se lo robaron aprovechando la confusión por el último terremoto en la comarca. Fuente: http://mientrastan- toenmexico.mx/pan-mc-prd-dicen-renunciaran-al-100-presupuesto/ Ahora bien, una de las recientes “novedades” incorporadas al ritual del Senoiccele ha sido una especie de subritual adjunto y complementario, consistente en un ejercicio dancístico y de ima- ginación que se basa en poner a ciertos aborí- genes a recolectar lo que llaman samrif, que son unos garabatos hechos con el dedo en los pue- riles espejos opacos antes referidos, aunque de menor tamaño, y ante los cuales se hacen unos pases mágicos, como si la lámina-espejo tuviese la capacidad de ver a la gente y captase de ella al- guna imagen o esencia, la cual, mediante fórmu- las esotéricas, todos se han puesto de acuerdo en creer que es lanzada al “espacio” y recolectada en algún lugar enigmático del universo, a fin de seleccionar a otros peculiares entes denomina- dos sotadidnac setneidnepni. Este ejercicio de clarividencia, francamen- te litúrgico, nos ha parecido la apoteosis de la fantasía, pues además todos esos sotadidnac set- neidnepni no son en absoluto setneidnepni , dado que para serlo dependen del subritual mismo, que consiste en excluir sin asomo de vergüenza a quienes son en realidad independientes de las facciones ficticias en el ritual, incluyendo a los aborígenes desarrapados que son los que care- cen precisamente de las costosas y esotéricas la- minitas-espejo, cuyas artes mágicas además sólo funcionan fuera de las desarrapadas regiones ha- bitadas por ellos, quienes se encuentran arma- dos sin embargo de una enigmática prenda poco apreciada, llamada dadingid , contrastando así en definitiva con toda la gama de satsinutropo que venden su samrif a los beneficiarios satsinutropo de la mismísima estructura decadente que im- pulsa y posibilita todo el ritual del Senoiccele . Uf. El absurdo mayor del nuevo subritual es que los nativos caracterizados por su dadingid acopiaron casi 300,000 auténticas samrif con todo y los tre- mendos obstáculos que ese pase mágico exigía, y sin embargo fueron descartados (como lo han sido y son desde hace siglos) a pesar de que su candi- data fue la única que demostró categóricamente haber obtenido sin trampas sus samrif, fundamen- tadas éstas en una especie de necedad atípica de- nominada entre los nativos como nóiccivnoc.

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