Número 54

14 fue eje central el tema de las vecindades del Cen- tro Histórico. De éstas, además de destacar que conformaban la base poblacional de los barrios antiguos, se proclamaron como alternativa de vi- vienda popular, la cual además de implicar formas de organización comunitaria constituyen una ba- rrera ante el abuso del espacio urbano y el cambio de uso de suelo a favor de la especulación. A la par de este programa se convocó a dos Fo- ros, uno para tratar efectos del sismo y otro sobre urbanismo y problemas de reconstrucción, de los cuales habría que conocer sus resultados además de la información recabada en las encuestas. Perspectivas y desafíos Si bien a la luz del 85 y bajo la reciente experiencia de los sismos de 2017 se abren múltiples interrogan- tes en torno al papel del INAH ante desastres natu- rales y antropogénicos, quisiera centrarme aquí en las funciones del Instituto con base en la Ley Orgá- nica en el marco de la Secretaría de Cultura. Para empezar, es importante distinguir dife- rencias sustanciales entre los siniestros de 1985 y 2017. Una fundamental es la extensión geo- gráfica y el grado del daño sobre el patrimonio cultural, pues aun cuando en 1985 las pérdidas humanas y de inmuebles fueron cuantiosas, se concentraron en la Ciudad de México, mientras que los estragos de los sismos de septiembre de 2017 se extendieron en varios estados del país. En ese sentido, las acciones del Instituto en el primer caso se pudieron concentrar y coordinar en un espacio, el Centro Histórico de la Ciudad de México; en cambio, en el segundo, las labores del INAH tuvieron que multiplicarse y disemi- narse en diversos espacios geográficos. San Gregorio de pie después del sismo. Foto de Eliana Acosta

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