Número 54

24 ración entre discapacitados y no discapacitados, en lugar de alentar por la diversidad. Si la discapacidad es algo que incomoda a una gran mayoría de la sociedad, quizá en lugar de ir cambiando términos por otros, debemos buscar estrategias para hacer entender a la mayoría de la población que la discapacidad es una forma más de vida y que todos somos seres humanos con po- tencialidades pero también con necesidades. Debido a lo anterior, en el presente texto se considera necesario saber cómo las personas vi- ven la experiencia de sus vidas en circunstan- cias como la ceguera; qué sucede con las perso- nas que se sienten completas aunque no vean. Por ejemplo, al haber nacido ciegos, sobre todo por- que no existe en ellos sensación de pérdida pues la ceguera es parte de su condición como persona. Asimismo, las personas ciegas al compartirnos otra gama de posibilidades corporales en su co- nocimiento y construcción del mundo, nos su- giere detenernos a reflexionar sobre cómo pensa- mos esta condición, qué tanto desconocemos de ella y, en el mejor de los casos, nos motivará a repensar la concepción de la misma en la socie- dad mexicana contemporánea y replantearnos la manera en que funciona la percepción en nuestro encuentro con el mundo. Pensamiento sensitivo desde la ceguera Es necesario enfatizar que la aprehensión y cono- cimiento del mundo de las personas ciegas no son menos elaborados, extensos y complejos que el de aquellos que jerarquizan la vista por encima de cualquier otra forma de aproximarse a las co- sas y los hechos, pues “la naturaleza no dota a los ciegos de un oído o un tacto superiores. Si la vis- ta se apaga, esta función permanece intacta y el cuerpo debe privilegiar las vías de entrada que le

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