Número 54
Introducción L as denominadas marcas de canteros o marcas de identidad son símbo- los labrados con cincel fino, buril o puntero en algunas piezas de piedra empleadas en las construcciones an- tiguas. Su estudio se remonta a mediados del siglo XIX iniciado por el arqueólogo francés M. Didron 1 en 1845 y, posteriormente, Viollet le Duc, Lacoste Revoil y Barbier de Montault, se in- 1 Maurice Didron, “Signes lapidaires du Moyen Age”, Annales Archéologi- ques , vol. III, París, 1845, pp. 51-59. teresan en su significado, constituyendo los pri- meros estudios con interpretaciones arqueológi- cas, sociales y tecnológicas sobre las marcas. 2 Lo anterior ya nos habla del interés que existía de tiempo atrás por saber que indicaban los signos lapidarios, primando la ubicación de estos con el fin de tener una idea mas clara del objetivo que tuvieron sus constructores. 2 Raúl Romero Medina, “Revisión historiográfica de los signos lapidarios en España. El estado de la cuestión”, en Signum Lapidarium, Estudios sobre gliptografía en Europa, América y Oriente Próximo , Madrid, 2015, pp. 35-56. 33
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