Número 54

43 que se encuentre. Es plausible suponer que di- chas marcas sean letras en griego, ya que se ase- mejan a la beta, épsilon, dseta, lambda, ómicron y psi. Debido a la poca información con que se cuenta para el caso novohispano, sólo podemos especular en que estas letras tienen su referente en un sistema de numeración por lo que beta=2, épsilon=5, dseta=7, lambda=30, ómicron=70 y psi=700, sin embargo, se desconoce si dicha letra corresponde al número de piezas que se debían hacer con una misma forma, o si es para indicar el volumen de segmentos trabajados y cobrar el jornal o sólo es una marca de identidad. A pesar del pequeño catálogo de marcas con las que se cuenta, falta comprender el significa- do de cada una de ellas, ya que desconocemos si corresponden a los distintos procesos de cons- trucción, a la forma en que serán colocadas las piezas en la estructura, a las indicaciones para que el siguiente cantero apareje en la posición correcta la pieza trabajada, o es la marca del can- tero para que pueda llevar la cuenta de las piezas trabajadas por su cuadrilla. Cabe resaltar otro aspecto que ya hemos mencionado a lo largo del texto; se trata de la medición de la jornada de trabajo para efecto de salarios. Para Oaxaca se cuen- ta con el registro de dos pequeños relojes solares civiles muy sencillos y sin ninguna corrección. Uno se ubica en Santo Domingo Huendía (imagen 6), Tlaxiaco y el otro en Santiago Suchilquitongo (imagen 7), Valle Imagen 12. Lavadero del ex convento de Santa Catalina de Sena, Oaxaca. Foto: Susana Gómez

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