Número 67
47 13 sentido biológico, mientras en la antropología es cul - tural y biológico. La tribu aborigen será un término que alude a una figura originaria territorialmente y a la vez primitiva, cuyo lugar en la historia corresponde a un estadío del desarrollo evolutivo de la humani - dad. En el contexto del proceso de formación de la nación aparece la figura de ciudadano en el discurso político, aunque para los indígenas será una ciuda - danía limitada 10 que deviene en objeto de debate a fines del siglo XX y del nuevo milenio en el marco de la reivindicación de los derechos colectivos por los pueblos indígenas. En particular, la investigación antropológica sur - ge en estrecha vinculación con la ciencia médica, el derecho y la historia. El evolucionismo y las teorías racistas se manifiestan en los estudios antropomé - tricos realizados entre la población indígena. Señala Beatriz Urías que los antropólogos físicos, con fre - cuencia de formación médica, se interrogan sobre “el atraso social de ciertas razas desde una pers - pectiva fisiológica que valoraba fundamentalmente la forma del cuerpo y del cerebro de los diferentes grupos”, indígenas. 11 Los prejuicios pueden ser ex - plícitos, estudiosos de la época afirman que los in - dígenas son capaces por medio de la educación de “nivelarse” con la raza europea 12 , de redimirse, dirá Orozco y Berra, quien escribe una Geografía de las lenguas y una Carta etnográfica” 13 . Los términos de 10 José María Mora, pensaba necesario pedir al Congreso fijar condiciones para ejercer los derechos políticos, la de ser propietarios excluyendo a los indígenas quienes poseían tie- rras comunales. 11 La superioridad entre grupos humanos se acusa esen- cialmente por el desarrollo intelectual y social (…) las razas o tribus aborígenes de México con la instrucción y el roce ín- timo con el mundo civilizado seguro se nivelarán en cultura y civilización a la raza europea, como prueba de ello estaba Juárez, (…). (Batres, 1888b:4)En Urías, 2000. 12 Urías, ob. cit.: 117 13 Geografía de las lenguas y carta etnográfica de México de 1864 y Cuadro comparativo de las lenguas indígenas de México, indio, indígena, raza indígena y tribu aborigen están inexorablemente marcados por el binomio de la su- perioridad/inferioridad racial y cultural en el discurso científico y político. Este pensamiento de la perfectibilidad tiene raí - ces en la Ilustración, y no escapa a los prejuicios racistas de los tiempos del colonialismo europeo. Es posible que “las teorías antropológicas y etnológicas sobre las razas mexicanas no fueron pensadas como instrumentos explícitos de opresión y dominio, sino como medios para avanzar en el conocimiento de una realidad compleja....” 14 , para “desaparecer dife- rencias que eran consideradas obstáculos insalvables para el avance del país”, como lo sugiere Urías. Pero, en tanto, se inscriben en un pensamiento evolucio - nista unilineal que jerarquiza pueblos y culturas, es - tas corrientes de pensamiento expresan un etnocen- trismo e indirectamente dan sustento a un racismo de asimilación, en el sentido de Taguieff 15 . El modelo de comunidad nacional pretende homogeneidad cul- tural y requiere de una ruptura de vínculos comuni - tarios para hacer nación, incorporar fuerza de traba - jo y tierra al mercado capitalista desamortizando los bienes comunales de las comunidades y de la Iglesia. La práctica de la antropología y de la arqueolo - gía se desarrolla estrechamente con el nacionalismo y las políticas del Estado para construir identidad na - cional y legitimar el poder hacia el extranjero y ha - cia la nación. Es el inicio de la institucionalización de estas políticas que se manifiesta, según Suárez, en la construcción de monumentos de héroes prehispáni - cos, en la museificación del indio del pasado y folklo - rización del indio contemporáneo, en los proyectos arqueológicos de centros ceremoniales del período clásico, Monte Albán, Xochicalco y Teotihuacán. La relación entre los antropólogos y los sujetos definidos refleja las asimetrías de una sociedad que 14 Beatriz Urías Horcasitas, Indígena y criminal , Universi- dad Iberoamericana, México, 2000: 22 15 André Taguieff, La forcé du préjugé, La Découverte, Pa- ris, 1987.
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