Número 67
13 En ese contexto, antes de la operación mi - litar en las costas mexicanas, el senador William Borah proclamó triunfalmente: “Puedo decir sólo que si la bandera de los Estados Unidos llega a ser izada en Méxi- co, nunca será arriada. Este es el principio de la marcha de Estados Unidos hasta el Canal de Panamá”. 7 El imperialismo y la contrarrevolución hacían mancuerna, es una sola estrategia. El antiguo ejército federal estaba aniquila - do y se anunciaba el triunfo revoluciona- rio. En esas condiciones, desde el mes de mayo, el general de las tropas invasoras es - tacionadas en Veracruz, Frederick Funston, consideró la eventualidad de avanzar hasta la capital de la república con el propósito de impedir que ésta cayera en manos de la revolución del sur. Así lo expuso en una comunicación dirigida a Washington: “He sido informado de que extranjeros y habi - tantes de la ciudad de México se unirán en la petición de que las tropas norteamerica- nas ocupen la ciudad para impedir la car- nicería y el pillaje de Zapata... Si se rehúsa el consentimiento [de parte del gobierno de Huerta], iremos a pesar de todo y su - primiremos cualquier fuerza opositora... Los zapatistas se encuentran muy activos en los suburbios. El principal temor es que la chusma tome el control... Los zapatistas probablemente tomarían parte en el sa- queo si se impusiera la chusma”. 8 En forma simultánea, el gobierno de Estados Unidos propició un acuerdo entre huertistas y carrancistas, en las Conferen - cias de Niagara Falls y, luego, se firmó el Tratado de Teoloyucan. La revolución del sur ya ocupaba posiciones de montaña, en el Distrito Federal, cuando el usurpador Victoriano Huerta huyó del país; inmedia- tamente, en la línea de fuego de Xochimil - co, las tropas federales fueron remplazadas por carrancistas. El 23 de noviembre de 1914, bajo se - creto, los constitucionalistas recibieron en 7 Citado por Gastón García Cantú, op. cit., p. 295. 8 General Frederick Funston, Veracruz, al Adjutant General, Washington, D. C., 7 de mayo de 1914, citado por John M. Hart, El México revolucionario, Alianza Editorial Mexicana, México, 1992, p. 406. Veracruz un enorme arsenal del ejército de Estados Unidos, al momento de hacer el desalojo y entrega del puerto. Muchas de las armas que sirvieron a Obregón, para derrotar a Pancho Villa en batallas posteriores, tuvieron esa procedencia. 9 La descripción parcial de uno de los depósi- tos da una idea de la guerra que vendría: “8,458 rifles, 3,550 carabinas, 1,650 escope - tas, 3,375,000 cargas de munición (inclu - sive con balas expansivas), 632 rollos de alambre de púas, 380 bultos de maquina - ria militar pedidos por el arma de artille- ría del ejército mexicano, tres mesas para armeros, nueve aparatos de radio de onda corta, 2,034 pistolas, seis cajas de gra - nadas de mano, 1,250 de cianuro sódico (que combinado con el ácido sulfúrico o 9 Cfr. John Mason Hart, op. cit., pp. 409-415. 65
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