Número 67
19 nes de espiritualidad y a cuestiones podríamos decir, jurídicas; entonces, una de las paradojas con las que quiero comenzar es este proceso, por el cual determinados actores reivindican el adjetivo y /o a veces el sustantivo de cultural o interculturalidad para obtener espacios en un campo muy asimétrico y para tener acceso a cierto tipo de institucionalidad y Yolanda utilizaba por primera vez el término interculturalidad cuando se refería al centro de salud, o sea la interculturalidad entra cuando el Estado entra, eso es algo que tenemos que recordar, mientras que gran parte de la exposición de Joel era sobre la intraculturalidad y en cómo reconstruir esos saberes antes de entrar en contacto con un Leviatán desigual como es el Estado; sea en el centro de salud, sea en el sector de educación u otros ámbitos. La otra paradoja es ¿a quiénes nombramos como “interculturales” cuando hablamos de sujetos, o incluso en el ámbito de la antropología médica, cuando hablamos de “medicina tradicional”, como si el sistema biomédico no fuera tradicional? yo creo que una de sus principales pro- blemáticas e incapacidades de diálogo es su carácter tradicional, mientras que hablando de etnomedicina, lo más étnico que me he encontrado es dialogar con médicos sobre que esa profesión sí es una tribu, a diferencia Viñeta de Andrés Rábago, El Roto (reproducida con su autorización) 77
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