Número 70

7 Entorno de premuras Vivimos una vertiginosa acumulación de procesos. Precipitaciones, premuras, inminencias, apuros se agolpan llenando de bruma el horizonte. La naturalización de los apremios incesantes y sin sentido, con un apremiante infierno electoral desatado en el rito sexenal, a la caza de votantes, de resentidos, de crédulos, de infantes. Apremiantes contradicciones y apetitos, apremio de todo y de nada, con inauditos, insólitos escenarios, desviándonos del único y verdadero apremio: el de generar justicia sin apellidos, justicia a secas, justicia plena ante la constatación de un clima y una conciencia estropeados por el capital y la codicia que le es inherente. El capital juega a la guerra, siempre rentable para los pocos y miserable para los muchos. En tanto, ese mismo capital sigue calentando criminalmente al planeta. Los funcionarios se abrazan y ríen, los expulsados, errantes, sufren miserablemente. Cada quien a lo suyo. A su pequeña, mezquina vida individual. En tanto, el martes 4 de julio del 2023, en una breve nota perdida, se nos informa que el cambio climático amenaza con llevar a la humanidad a un futuro verdaderamente aterrador de hambruna y sufrimiento, esto advertido por el “Alto comisionado para los Derechos Humanos de Naciones Unidas”, Volker Türk, quien acusó a los líderes mundiales de pensar sólo a corto plazo, durante un debate sobre el derecho a la alimentación: “Nuestro medio ambiente está ardiendo, se derrite, se inunda, se agota, se seca y muere… el derecho a la alimentación peligra porque el clima extremo destruye los ecosistemas. Más de 828 millones de personas sufrieron hambre en 2021 y se espera que el cambio climático ponga a 80 millones de personas más en riesgo de inanición”. Total… Y a pesar de todo merecemos otra cosa a partir de esta realidad a transformar. Y para eso se requiere ver de otra manera, crear otra disposición de ánimo con el optimismo de la voluntad. Con ese necio optimismo gramsciano, compartimos aquí el número setenta del Volcán Insurgente, cuya erupción consta de las siguientes emisiones de lava: en “Posturas teóricas sobre la vida cotidiana en arqueología a partir del estudio de género”, Susana Gómez Serafín analiza cómo en la reflexión arqueológica se repiten ciertos estereotipos aun dominantes, en los cuales se asigna inercialmente a la mujer, al momento de analizar culturas pretéritas, una función eminentemente doméstica y subordinada. En tanto, José Luis Mariño López, en “El cine de los pioneros científicos, algo más que un dato curioso”, destaca una faceta soslayada de la historia del cine, al ocuparse del papel germinal, clave, del interés científico en el desarrollo del “séptimo arte”. A su vez, Laura Vázquez, a partir de trabajo de campo y la contextualización y análisis del mismo, presenta con Roberto Campos y Verónica Montes de Oca una “Aproximación al envejecimiento étnico y rural entre corporalidades rarámuri”. Rafael Hernández comparte con “Soberanía científica” un monólogo en un acto, el cual atestiguó, casi presencialmente, dirigido por Leopoldo Río de la Loza a su maestro, José María Vargas, ambos, célebres farmacéuticos mexicanos del Siglo XIX; a ello le sigue una reflexión aportada por Juan Manuel Castro, relativa a otro monólogo, pero éste deplorable, “¿Diálogos o monólogos sobre la salud en México?” relativo a las insanas políticas mercantiles de la “salud” que privaron por años y que algunos intentan reinstaurar delictivamente de nuevo añorando sus privilegios. A su vez, Raúl García Contreras, en “Rumbo al “2024”: Un simple juego de fútbol en la política” se asoma a este apremio preelectoral en Morelos destacándolo como un torneo político más del oportunismo, con el pueblo como balón. Finalmente, Mayán Cervantes, en su texto “La comida mexicana prehispánica a través de los siglos: permanencia, no mestizaje”, expone su perspectiva respecto a la presencia de los componentes prehispánicos en la comida en México. Agradecemos vivamente a nuestros colaboradores y lectores de este número.

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