Número 70

9 Significado y alcance de la vida cotidiana El filósofo chileno Giannini se pregunta cómo se percibe la experiencia cotidiana, ese “pasar todos los días”, por lo que propone caracterizar la vida pasajera de lo cotidiano con todo aquello que sucede en la calle, o fuera de casa, que es, desde su perspectiva, en donde ocurren los asuntos rutinarios, considerado como el topos privilegiado de lo cotidiano, ya que la definición de rutinario proviene de “ruta” que es lo que se hace día a día con un movimiento rotatorio que describe el curso, las fases lunares, el tiempo de los hábitos por lo que se convierte en símbolo de universalidad y sociabilidad. Esos hábitos de las normas familiares, sociales o de trabajo pueden salirse del marco predefinido y descolocar a los otros respecto a los roles habituales con lo que se transgreden esas conductas (Giannini, 2004: 24-26). Por ello Gonzalbo Aizpuru también apunta que la historia de la vida cotidiana se refiere a la evolución de las formas culturales creadas por los hombres en sociedad para satisfacer sus necesidades materiales, afectivas y espirituales. Su objeto de estudio son los procesos de creación y desintegración de hábitos, de adaptación a circunstancias cambiantes y de adecuación de prácticas y creencias” (2004: 15). El mismo autor sostiene que lo rutinario pudiera parecer “irrelevante por su misma espontánea repetición”, sin embargo, esa cotidianidad es lo que mejor define el modo de vida (2004:11). No obstante, como lo ha dicho Escalante, “la historia de la vida cotidiana no se define propiamente, o solamente, por el tipo de actividades y espacios de los cuales se ocupa sino, por un enfoque o una manera de ver las cosas” (Escalante, 2004: 17). Como podremos explicar más adelante, la vida cotidiana no sólo sucede en la calle o fuera

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