Ventana y Espejo (IX): Vuelta a la izquierda. La discusión político-electoral en el documental contemporáneo de México

 

Una vez más he visto que de protagonismo
e acaba mucha gente…
Alfredo Zitarrosa

 

Hace 10 años Carlos Mendoza realizó ¿Adiós a la izquierda?[*],  largometraje documental que se proponía como un campo de discusión virtual, una mesa redonda simbólica en la que personas que se consideraban de izquierda intercambiasen puntos de vista históricos, políticos, sociales, electorales acerca de la izquierda en México. Dos años habían pasado del segundo fraude electoral en comicios presidenciales y de las derrotas de fuerzas populares opositoras al régimen en Atenco y Oaxaca; asimismo, los efectos perniciosos de la guerra contra el narcotráfico comenzaban a hacerse patentes, así como un dinámico proceso de recomposición de la izquierda electoral y también de las fuerzas a las que en esa época se llamaba “izquierda social”, para referirse a una amplia gama de movimientos sociales y resistencias de todo tipo enfrentados al neoliberalismo, destacadamente en los campos de la defensa de los derechos humanos y de los pueblos originarios.


Elvira Concheiro

El documentalista independiente, fundador y director de la asociación civil  canalseisdejulio, que es parte de los nuevos protagonistas de la izquierda que emergieron en 1988, acompaña el despertar cívico con su proyecto de documental ciudadano a través de crónicas de los procesos políticos nacionales y dando cuenta puntual de algunos de los más relevantes, así como a través de la factura de ensayos históricos sobre el 2 de octubre de 1968 y el 10 de junio de 1971. Veinte años después, las cosas habían ido por una ruta diferente a la que los esfuerzos que tantos millones de personas habíamos destinado; en especial, la “transición a la democracia” estaba haciendo agua y la transformación del país por la vía electoral se veía lejana.

¿Adiós a la izquierda? puso en pantalla a personajes identificados como parte de esa tendencia política y a otros, como Miguel Álvarez*, del campo de los defensores  de derechos humanos y dedicados a los procesos de gestión pacífica de conflictos, componente de la corriente católica progresista identificada con la Opción preferencial por los pobres y la Teología de la Liberación. Este intercambio de opiniones simbólico estaba marcado por el ánimo de un balance, un diagnóstico, y por la incógnita: ¿”Adiós a la izquierda” porque se da paso a las izquierdas, o porque es una despedida a aquella que fue y ya no es?

Con Vuelta a la izquierda[1][†] Mendoza retoma ahora la idea principal de aquella pieza en lo que toca al establecimiento del campo de discusión en la pantalla –quizá el único espacio en el que tal debate pueda ocurrir– y también retoma la estructura por temas en la que los testimonios se van intercalando. El empleo de las extraordinarias imágenes del archivo de  canalseisdejulio y de otras fuentes (recurso que se emplea de forma magistral también en ¿Adiós a la izquierda?) que por sí mismas tienen un alto valor histórico, logran hacer de la discusión un ejercicio vivo de memoria, ayudan a precisar tiempos y espacios, resumen situaciones y son la constancia del valor de los archivos de los medios alternativos ciudadanos, independientes y autogestivos como fuente para construir otra memoria y contar otra historia, desde abajo.

Las diferencias entre ambos documentales son notables debido a los momentos en que se realizan y a las funciones que a cada uno le asigna el realizador. Si en el primero se trataba de un balance y diagnóstico, en el actual se trata de intervenir en el proceso electoral que se centra en la disputa de la presidencia de la República, en la forma en que puede hacerlo un producto informativo, aportando las opiniones de personas que son estudiosas de la izquierda desde la academia y los movimientos sociales, pero también de individuos que encarnan a las fuerzas de izquierda que en el momento de la realización del documental    –la fecha de publicación en Youtube es marzo de 2018, antes de que se conocieran las candidaturas definitivas, tanto de los personajes postulados por los partidos políticos como de quienes obtienen registro como candidatos independientes– concursan en el proceso electoral, y el mundo de izquierda que ahí se representa está confinado por esos límites: coyuntura electoral, partidos políticos, organizaciones político-sociales y su expresión en candidaturas independientes, temática que es abordada, a semejanza de ¿Adiós al izquierda?, por un medio de izquierda que convoca a integrantes de la izquierda para que discutan sobre la izquierda, una de cuyas expresiones políticas, de acuerdo a las tendencias electorales actuales, podría ganar la presidencia del país. Si el título del documental es una recapacitación del Adiós a la izquierda –que regresa– o es un pronóstico de que el país va a dar un giro a la izquierda, queda a consideración de los espectadores. El término de izquierda, ya tan polisémico, parece un concepto adosado más bien a la sociedad política, al campo de la política formal y electoral que a los movimientos sociales emergentes. 

Vuelta a la izquierda articula su contenido mediante cuatro apartados (importancia de estas elecciones generales, marco nacional en el que se desarrollan, participantes en el proceso electoral y sus características, conclusiones y pronósticos) y delimita rápidamente sus campos de acción: “Desde 1988 la izquierda ha buscado al poder en México y lo ha cuestionado”. “En 2018 la izquierda de México tiene ante sí una nueva elección presidencial”.  Entre ambas oraciones, un bloque de imágenes condensa con intensidad esos 30 años: campañas de Cárdenas, de López Obrador, fraudes electorales, conflictos poselectorales, campañas de defensa del voto, pueblo desbordado en zócalos repletos, avenidas atestadas, marchas interminables, pancartas manuscritas con el ideario y la condena popular; el alzamiento zapatista; los mismos rostros que hoy deambulan en la escena política: ex Marcos, ex Delegado Cero, hoy Galeano, mañana ¿?; Cárdenas, AMLO, Muñoz Ledo, Pablo Gómez; el pueblo desbordado otra vez. El siguiente presidente impuesto toma posesión, la defensa del voto. El siguiente presidente impuesto toma posesión, la defensa del voto… y el primer día de su mandato reprime al pueblo.

La selección, disposición y duración de las tomas de la historia reciente no sólo confirman lo que los participantes dicen, sino que colaboran para sugerir ideas concomitantes en los espectadores, en especial en aquellos interesados en la problemática que se aborda y sus diferentes acentos.

Las personas convocadas para participar con sus juicios en este documental están dispuestas en dos grupos: aquel de los competidores en el proceso electoral (Izquierda partidista: John Ackerman y Martí Batres, MORENA. Fernando Belaunzarán, PRD e Izquierda no partidista: Enrique Pineda, Raúl Romero, Consejo Nacional Indígena, CNI. Alfredo Figueroa, AHORA) y el de los comentaristas: Elvira Concheiro, socióloga y académica de la UNAM, y Marcos Tello, integrante del Movimiento de Liberación Nacional.

En tanto el documental está disponible en la red (ver pie de página con la liga) resulta ocioso reseñar en este artículo los detalles del intercambio de ideas que se van abriendo paso. Lo que nos interesa es tomar los elementos que el medio propone, la información e ideas que proporcionan imágenes, sonidos y narrativa para extender el debate y participar en él.

Con esa disposición, consideramos que en los testimonios en este documental de la izquierda que acude al llamado electoral, no se ve una posibilidad de salida para el país. Este conjunto de instituciones y movimiento político no se están modelando bajo el impulso de un esfuerzo de comprensión, de inclusión, de concordia, de diálogo, de una convocatoria para unificar fuerzas a partir de un programa común hecho en común con el resto de las resistencias y oposiciones no encuadradas en el Instituto Nacional Electoral. Esta izquierda electoral actúa de manera muy centralizada, sectaria, a la vieja usanza de la política, que dicta que quienes quieren participar con ellos deben plegarse a su programa, entendiendo que ese programa es El Programa Verdadero y que no hay discusión ni negociación sobre eso. Esa crítica, dirigida mayormente contra AMLO desde el interior de este grupo, se aplica también a los otros participantes en la fase del proceso electoral que comprende el documental.

No se ve en la discusión que esa izquierda tenga una propuesta democrática para salir de la crisis. Se ve un ambiente de asfixia, de retórica, de otra vuelta a una tuerca oxidada, se escucha un discurso endogámico que pretende resolver los problemas del país en el cerrado coto de la partidocracia, como si todo dependiera de que el establishment político-electoral se pusiera de acuerdo para, por ejemplo, así nomás, ¡cambiar de régimen!, como propone Belaunzarán, integrante del PRD que fue firmante del “Pacto por México”, en una de sus intervenciones.

Sin duda los comentarios críticos de Concheiro y Tello  ayudan a poner en contexto los discursos de los participantes en el proceso electoral. La mención de la magnitud de la crisis que cobra dimensiones de Estado, la complejidad del escenario internacional con Trump y sus cipayos, la obligada negociación de quien gane con la élite empresarial nacional y con el ejército; aquélla, reticente a aceptar el resultado de las elecciones, y éste, un poder en activo que ya reclama una participación en las decisiones importantes.

Por otra parte, una forma de explicar que esa izquierda es un carrusel que da vueltas pero que no cambia de caballos es que las opciones de renovación surgen de luchas y de los movimientos sociales de distinto tipo, a los que la izquierda institucional les ha cerrado puertas y ventanas a cal y canto.

Para quienes de alguna u otra manera estamos cercanos a experiencias ejemplares de movimientos insurgentes opositores al modelo hegemónico global que se ha intentado imponer desde, por lo menos, 1980, se hace patente el concepto del México profundo invisibilizado por el México imaginario. No hay la menor mención ni en este documental, ni en las intervenciones de los representantes de las fuerzas de oposición que participan en las elecciones (más que en términos muy generales y hasta demagógicos) de las múltiples experiencias de democracia directa, de autonomías políticas que ya no son flor de un día; tampoco se filtran en sus intervenciones menciones a la organización popular en torno a la defensa de recursos naturales, territorios, medio ambiente, sistemas normativos, en contra la impunidad y en torno a la justicia con paz y democracia, o las policías comunitarias; ni en contra de las desapariciones forzadas, la inseguridad, los feminicidios, entre otros, cuyo común denominador es la oposición a los proyectos de muerte del capitalismo salvaje.

Con dignidad y creatividad inéditas, los movimientos encabezados por los pueblos originarios (pero no limitado a éstos) y en defensa del patrimonio biocultural, defienden a todo este corpus de vida que se ha visto amenazado e intervenido en los últimos años por políticas  extractivistas y de despojo, tanto material como epistémico, en abierta y descarada colusión con los gobiernos federales y locales de México; de ahí que para algunos movimientos de este tipo, la partidocracia se conciba más como parte del problema que como parte de la solución.

Dichos movimientos han creado sus organizaciones, instituciones, cultura política, etcétera, en valiosos conocimientos y prácticas que, como menciona Concheiro, no tienen expresión política en el Congreso de la Unión ni en los partidos, los cuales internamente carecen de cualquier tipo de usos democráticos y de toma de decisiones colectivas consensuadas. Los movimientos emergentes han formado a sus dirigentes, fogueados en la política más que en lo político, y sin duda están en el rango de lo que se menciona como "una generación nueva", pero no de la izquierda electoral, sino de otro tipo de izquierda, de oposición, de movimientos y resistencia.

La contumaz negativa de la izquierda electoral para reconocer a estas fuerzas emergentes y dialogar con ellas es un ejemplo de cerrazón que puede devenir autoritarismo e intolerancia en el próximo gobierno.

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Para finalizar, hacemos un llamado a colaborar con los medios ciudadanos independientes, como  canalseisdejulio y otros, que requieren de solidaridad para su difusión y también para su financiamiento, con el propósito de hacer posibles más documentales ciudadanos de reflexión, crítica política, denuncia, crónica histórica y referentes testimoniales de todo tipo.  

 

[*]https://www.youtube.com/watch?v=IWv1Lrj4ZuY

* Además de Álvarez, toman entonces la palabra Guillermo Almeyra, Roberto Garduño, Adolfo Gilly, Luis Hernández Navarro, Darío Rojas y Paco Ignacio Taibo II.

[†] https://www.youtube.com/watch?v=47MgfG8sq8E&t=2s

 

[1] Guión y realización: Carlos Mendoza / Producción: Miguel Álvarez y Ramón Llaven / Fotografía: Daniel Meléndez / Música original: Irving Maldonado / Edición y montaje: Jairo Ceja, Ramón Llaven / Prensa y difusión: Karen Altamirano / Distribución: Miguel Álvarez / Material de archivo: canalseisdejulio / México. 2018.