Editorial 68: Volcanes
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- Creado: Viernes, 01 Julio 2022 11:41
- Escrito por Redacción En el Volcán
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Odio a los indiferentes. Creo, como Friedrich Hebbel, que ‘vivir significa tomar partido’.
No pueden existir quienes sean solamente hombres, extraños a la ciudad.
Quien realmente vive no puede no ser ciudadano, no tomar partido.
La indiferencia es apatía, es parasitismo, es cobardía, no es vida.
Por eso odio a los indiferentes.
La indiferencia es el peso muerto de la historia.
Es la bola de plomo para el innovador,
es la materia inerte en la que a menudo se ahogan los entusiasmos más brillantes,
es el pantano que rodea a la vieja ciudad y la defiende mejor que la muralla más sólida,
mejor que las corazas de sus guerreros, que se traga a los asaltantes en su remolino de lodo,
y los diezma y los amilana, y en ocasiones los hace desistir de cualquier empresa heroica.
A. Gramsci1
Sin decaimiento alguno en el ánimo, ni pretensión efectista, no hace falta mucha perspicacia para constatar que a nuestro planeta le están brotando picudas protuberancias por doquier, de las cuales emanan vapores y humos y se expelen rocas ígneas, ceniza, lava incandescente. Algunos conos emergen del fondo del mar coronados de plástico; otros, clásicos pero sin memoria, se reactivan una y otra vez: son las guerras, ahora en una modalidad no nueva pero sí creciente de asesinatos a distancia. Y si los geólogos y vulcanólogos afirman que los volcanes son generados por la dinámica interna misma del planeta, en cambio, al parecer estas prominencias inquietantes, estas jorobas volcánicas que se alzan ahora en la sala de nuestra casa común no son de factura geológica, sino grandes abscesos y pústulas antropogénicas.