12, Agosto de 2012

Memorial de agravios ante un INAH paralelo

 

Nota: El material que sigue se inscribe en el marco del movimiento actual contra las políticas que desarrolla la Dirección General del INAH (para mayor información consultar la página http://investigadoresinah.org.mx/) y fue elaborado por el Sindicato Nacional de Investigadores y Docentes del Instituto Nacional de Antropología e Historia.

 

Este Memorial de Agravios es un recuento de la actuación ignominiosa de Alfonso de Maria y Campos Castelló y sus allegados, quienes construyen otro INAH, paralelo al INAH de los trabajadores; el que ha luchado por mantener vigentes los principios y vocación social por lo cual fue creado en 1939. El INAH Histórico, pretende ser anulado y desaparecido por el INAH de los funcionarios, mediante la imposición de una estructura paralela fuera de toda norma, que se manifiesta de cuerpo entero en su pesada y costosa burocracia central; sancionada en el Manual General de Organización (MGO), opuesto enteramente a los mandatos que a nuestra institución le confieren la Ley General de Bienes Nacionales (LGBN), la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos (LFsMZAAH), y la propia Ley Orgánica del INAH (LOINAH).

Ese otro INAH –el de los funcionarios–, actúa socavando los ámbitos jurídico-legal, jurídico-laboral, de las actividades sustantivas (investigación, conservación, difusión, docencia); incidiendo en la destrucción y tergiversación de los bienes nacionales arqueológicos e históricos; procurando fortalecer una estructura administrativo-burocrática:

 

1. MENOSCABO DEL MARCO JURÍDICO-LEGAL:

a) El establecimiento ilegal (pues contraviene el Artículo 5º. Fracción III de la Ley Orgánica del INAH) del MGO que sanciona la existencia de una burocracia sin ninguna relación con las actividades sustantivas del INAH, esto es, las áreas de investigación, conservación, docencia, museos y exposiciones.

b) Ese INAH paralelo actúa sin un proyecto institucional avalado y consensuado con las áreas de investigación, conservación, museos, exposiciones y docencia (como mandata la Ley Orgánica del INAH), sino operando a través de un programa de gasto que poco o nada tiene que ver con las áreas sustantivas, sino con proyectos personales de la presidencia de la República u ocurrencias de la dirección general del INAH y sus allegados, que se justifican como supuesto apoyo a las actividades sustantivas.

c) El accionar de una densa y costosa burocracia que busca satisfacer sus propias necesidades y poner a disposición del mercado los museos, zonas arqueológicas y bienes patrimoniales que el INAH ha sabido mantener, incrementar y poner en uso social por más de setenta años. Esta burocracia, es la que pugna por que se establezca el reglamento para la realización de eventos cívicos y culturales en zonas arqueológicas, mismo que estableció el artículo noveno transitorio de la Ley General de Bienes Nacionales y que, es contradictorio con lo que establece el segundo párrafo del artículo 30 de la Ley en comento.

d) Este INAH paralelo se ha distinguido por su actuación omisa e indolente respecto a los intentos de modificación y desaparición de la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos.

 

2. MENOSCABO DEL MARCO LABORAL:

a) La imposición del servicio civil de carrera; la cual, ha provocado insertar una burocracia extraña y desconocedora de las actividades de investigación, conservación física, jurídica e histórico-cívica y difusión, acorde con los resultados de las investigaciones antropológicas e históricas.

b) Dicho servicio civil de carrera, ha permitido el ingreso a las direcciones o delegaciones que mantiene el instituto en los Estados de la República, sin un claro perfil para la institución, esto es, sin conocimientos y manejo de las disciplinas y ordenamientos jurídicos propios del instituto; por lo cual, actúan de manera unilateral, ignorando los procedimientos académicos, técnicos y legales de la institución. De esta manera, muchas de sus acciones se enmarcan en los caprichos o mandatos expresos de quienes los instalaron en esos puestos y, por lo cual –en no pocos casos–, han sido omisos en las tareas que le corresponde llevar a cabo a la institución; poniendo con ello en riesgo e inclusive destruyendo o adulterando, vestigios arqueológicos o históricos, por solo tratar lo más evidente.

c) En otro ángulo, ese otro INAH, ha inhibido la creación de la planta de profesores investigadores que se requiere para atender las tareas de investigación y docencia a nivel nacional; mientras que durante los últimos 30 años no se han incrementado las plazas de profesores investigadores, se han triplicado las plazas de los mandos medios superiores que sustentan su existencia en el supuesto apoyo a las actividades sustantivas.

 

 

3. MENOSCABO DE LAS ACTIVIDADES SUSTANTIVAS:

a) En ese otro INAH, empeñado en construir la presente administración, se ha decidido cambiar la práctica arqueológica que tiene reconocimiento internacional, sustentada en la investigación antropológica e histórica; por una “arqueología de planes de manejo”, la cual busca hallazgos espectaculares y la presentación de vestigios acordes a la demanda del turismo nacional e internacional y de los posibles espectáculos que se puedan montar en ellos; o lo que es lo mismo, un vil y artero fachadismo en claro y obvio detrimento del conocimiento científico de los pasados prehispánicos y de su conservación.

b) Por otra parte, ese INAH ha privilegiado de manera amañada (acudiendo la mayor de las veces a arqueólogos contratados); una deficiente modalidad del denominado “salvamento o rescate arqueológico”, como práctica institucional orientada a autorizar las obras públicas y privadas sobre tierras y territorios en los cuales existen evidencias arqueológicas; sin observar el adecuado seguimiento institucional de las excavaciones, bitácoras de los trabajos arqueológicos y antropológicos, registros fotográficos, biológicos, además de la conservación física de áreas especificas y concretas para posteriores estudios; con lo cual, la nación toda pierde información invaluable del mundo prehispánico.

c) Ese otro INAH paralelo, se ha empeñado en borrar la presencia y actuación de los trabajadores del INAH; al desaparecer las librerías de la institución, obstaculizando así la difusión y divulgación de los trabajos escritos que producimos los investigadores y técnicos especializados.

d) Ese INAH paralelo, ha impuesto un Consejo de Arqueología que actúa bajo consigna para favorecer los programas que presentan los mandos medios; desconociendo la antigua normatividad acordada entre los arqueólogos de base del INAH. Este consejo de Arqueología, está integrado fundamentalmente por arqueólogos que desempeñan un puesto de confianza en el propio instituto, imponiendo de manera autoritaria y arbitraria, nuevos criterios aplicados como condicionantes para la aprobación de proyectos e informes de investigación arqueológica.

La imposición de tales medidas se orienta a la apertura al público de zonas arqueológicas; dejando de lado la investigación científica y la conservación de los monumentos y zonas, tareas sustanciales que las leyes otorgan a nuestra Institución.

Asimismo, dicho Consejo, falla en el cumplimiento de sus obligaciones; en lugar de actuar defendiendo al patrimonio, tiene una actitud complaciente ante proyectos que destruyen o dañan monumentos y zonas arqueológicos y es utilizado –por el director del INAH– para avalar acciones que afectan física y simbólicamente este patrimonio. Tal Consejo, por vía de los hechos pretende convertirse, además, en un órgano interno del que dependa la aprobación de todo el proceso de investigación de los arqueólogos del INAH.

 

4. LA DESTRUCCIÓN Y TERGIVERSACIÓN DE LOS BIENES NACIONALES ARQUEOLÓGICOS E HISTÓRICOS:

a) Es de acusarse en este renglón, que ni en los denominados centros regionales, ni en el propio Distrito Federal, existen instalaciones adecuadas para depositar y resguardar los monumentos arqueológicos, antropológicos etc., que se extraen de esos “salvamentos o rescates”; por lo cual, es necesario que se aclare, en dónde se encuentran los materiales productos de dichos trabajos arqueológicos que se han realizado durante este sexenio y quiénes los están clasificando, estudiando, registrando, así como su destino final.

b) Es pues, necesario, confrontar los salvamentos y rescates autorizados y los resultados obtenidos; con el fin de evitar el tráfico de monumentos muebles arqueológicos, en apego a la LGBN, LFMZAAH, y demás ordenamientos que inciden en la materia.

c) Ese otro INAH, se ha empeñado en disminuir los activos del instituto y con ello, los intereses de la nación, al rehuir su obligación de asegurar la compra de las tierras donde se localizan importantes vestigios arqueológicos, como en el caso de las zonas arqueológicas de Chichén Itzá, Cacaxtla, Monte Albán, Tzintzuntzan. A pesar de que, en la Cámara de Diputados se constituyó el “Fondo Nacional Arqueológico” con recursos etiquetados para la adquisición, justamente, de las tierras en donde se localizan importantes vestigios arqueológicos (y con ello dotar de certeza jurídica a la federación, respecto a su propiedad, protección y conservación). Sin embargo, tales recursos no se aplicaron para ese objetivo.

d) Ha incentivado y avalado la manera de conducirse de los gobiernos estatales que pretenden apropiarse de las zonas arqueológicas con el objetivo de convertirlas en escenarios para espectáculos musicales; como es el caso de Chichén Itzá, en Yucatán, donde se han realizado los conciertos de Luciano Pavarotti, Plácido Domingo, Elton John, Sara Brightman; con lo cual, la dirección general del INAH, permitió, bajo subterfugios, la violación a la ley para que se llevara a cabo la explotación comercial y la obtención de jugosas e ilegales ganancias, tanto para los artistas, como para las empresas Televisa y Ticket master, así como para el el propio gobierno de Yucatán.

e) Ese otro INAH paralelo, actúa con total desapego a la ley mediante autorizaciones verdaderamente torcidas; como se puede constatar en la denominada “Cumbre Tajín” y en Teotihuacán, con el denominado espectáculo de luz y sonido “Resplandor Teotihuacano”, que aunque no llegó a realizarse (porque los trabajadores del INAH logramos evitarlo), sí ocasionó más de 6,000 perforaciones en la Pirámide del Sol, la Pirámide de la Luna y la Calle de los Muertos; sin que se fincara ninguna responsabilidad para quien autorizó semejante atrocidad.

f) La desatención a lo arqueológico e histórico por parte de ese otro INAH paralelo, pese a lo expresado por Felipe Calderón, se puede constatar en:

- Destrucción de una plataforma prehispánica en la zona arqueológica de Tzintzuntzan por la construcción de un nuevo museo (Michoacán).

- Comala; El Chanal (Colima) (falta de recursos para la investigación y protección física y legal).

- Chiapa de Corzo; Chincultik (Chiapas).

- San Pedro y San Pablo, Teposcolula; San Juan Bautista Coixtlahuaca; Mitla; Yagul; Monte Albán (Oaxaca).

- En el territorio Wirikuta; Cerro de San Pedro (y Minera San Javier) (En san Luis Potosí).

- La Casa de Tlaltecuhtli; Línea 4 del Metrobús; la demolición de varios edificios del siglo XVII al XIX del Centro Histórico de la ciudad de México, ubicados en las calles de El Carmen, Salvador, Palma, Regina, Apartado, Mesones, Brasil y Argentina.

- Demolición de monumento histórico en la ciudad de León, Guanajuato.

- Presa el Zapotillo en Temacapulin; Isla de Mezcala (Jalisco).

- Ek´balam (Yucatán).

- Zona Arqueológica de Libres; Villa Flora; Parque Guerrero; destrucción del edificio y Centro Expositor en los Fuertes; ex convento de Santa Mónica (Puebla).

- Desmantelamiento de la vía férrea en Maltrata; Santa Gertrudis, Orizaba; Zona Arqueológica de Cacahuatenco (Veracruz).

- El Terremote; El Albarradón y Casa de Morelos; Valle de Bravo; Amecameca; Rancho el Molino en Chimalhuacán (Estado de México).

- Centro Histórico de Parral y ciudad de Chihuahua.

- Comalcalco, Tabasco; falta de recursos para la investigación y protección física y legal.

g) Ese otro INAH, se ha empeñado en desmantelar museos emblemáticos como el de los Altos de Chiapas, en el Antiguo Convento de Santo Domingo, en San Cristóbal de las Casas; el cual, prestaba un servicio educativo y social al exhibir las historias de los pueblos indígenas de la región y sus expresiones culturales; para ahora, en asociación con Banamex, satisfacer una demanda turística, modalidad que se pretende replicar en el ex convento de la Merced de la ciudad de México y con algunas otras variantes, en otros tantos ex conventos que están bajo custodia del propio INAH.

h) Ese otro INAH paralelo, se empeña en poner en renta los museos nacionales para, lejos de cumplir la función social y educativa que por ley les corresponde, ofrecerlos a las empresas privadas para realizar fiestas y cocteles, como ha ocurrido en el Museo Nacional de Antropología con las empresas Coca Cola y Motorola, en la realización de conciertos para recaudar fondos; los cuales, nunca se sabe a dónde ni a quién benefician; subastas de arte moderno y colonial, con lo cual se incentiva un mercado que por lo menos tiene limitaciones en cuanto a lo histórico, conforme lo establece la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos.

 

5. EN LO ADMINISTRATIVO-BUROCRÁTICO:

a) La inserción de una burocracia en los denominados mandos medios superiores designados como “coordinaciones nacionales”; la cual, nada tienen que ver con una estructura que se desprenda de las funciones sustantivas del INAH y que sí, en cambio, asfixia y usurpa el presupuesto asignado a las labores institucionales de investigación, conservación, difusión y docencia.

b) Por otra parte, ese otro INAH paralelo, mantiene un nutrido cuerpo de trabajadores administrativos, restauradores, arquitectos conservadores, arqueólogos, antropólogos e historiadores, quienes no tienen base laboral; son contratados fuera de toda normatividad, la mayoría de las veces, son empleados para acciones que dirigen los denominados mandos medios superiores o que administra esa burocracia que atiende indebida e ilegalmente –porque no cumplen con los perfiles académicos y técnicos– las necesidades apremiantes que tiene la institución por mandato de ley; que no se confía a los trabajadores de base del INAH, por las anomalías jurídicas, académicas o técnicas con que se presentan y se pretende enfrentarlas.

c) Por otro lado, dicho desplazamiento laboral, también lo es del ejercicio presupuestal, ya que una buena parte de lo ejercido, no ha sido aplicado a las áreas sustantivas, sino a la autoadministración de ese otro INAH que actúa fuera del marco legal, laboral e inclusive de la normatividad institucional.

d) En este sentido, debe señalarse la insistencia de la dirección general del INAH, de disminuir arteramente los activos del INAH; al optar por el arrendamiento de:

-El edificio “Aristos”, en Avenida Insurgentes Sur, como sede para su aparato burocrático-administrativo; mientras que varios centros de trabajo en el D. F., carecen de los espacios necesarios para el desarrollo de las actividades de investigación, como son: la Dirección de Estudios Arqueológicos, la Subdirección de Laboratorios y Apoyo Académico, el Departamento de Colecciones Arqueológicas Comparativas, la Dirección de Salvamento Arqueológico, etc. La misma carencia de oficinas y espacios laborales para los investigadores, ocurre en varios centros regionales, como es el caso en Michoacán, Colima, Estado de México, etc.

- Un parque vehicular insuficiente, costoso y poco eficiente.

- Equipos de cómputo costosos y muy poco eficientes.

- Asimismo, la adquisición de servicios de mantenimiento, custodia, conservación, difusión, por vía de terceros, cuando el INAH cuenta con una planta de trabajadores especializados para el desempeño de esas actividades.

En el artículo “Haciendas y ríos”, Rafael Gutiérrez hace referencia