Número 44

4 través de caciques priístas asociados al represor exgobernador Ulises Ruiz. Una situación que debido a la ceguera del go - bierno federal resultó en el asesinato de 11 personas que actuaron prácticamente como defensoras de su territorio ante un ejército invasor. Como lo plantea Magdalena Gómez, “sin justicia en Ayotzinapa llegó No - chixtlán”. Y es que son casos que se ase - mejan en cuanto que el gobierno reprime a opositores ubicados justamente en el ámbito de la educación pública, en co - munidades indígenas localizadas en geo - grafías violentas y mediante un operati - vo policiaco militar desproporcionado a la dimensión real de la situación. Pero además, se asemejan porque ponen de relieve los mecanismos de desinforma - ción mediática y el carácter progresivo de una espiral de conflictos evitables con una misma raíz. La masacre de Nochixtlán hizo que la reforma “educativa” suscitase más aten - ción y análisis de la opinión pública, lo que revela no sólo el carácter controla - dor y represivo de la reforma, sino sus debilidades académicas y operativas. Incluso los padrinos de la reforma, alo - jados en el ultraconservador “Mexicanos Primero” piden que se “perfeccione” su engendro. La SEP, una vez desplazada de las negociaciones con la CNTE, no tiene más remedio que admitir las críticas y procede a emprender “mejoras” a la re - forma, mediante un fársico proceso con el SNTE. La rebeldía de la Coordinadora se ha diseminado a otros ámbitos ciudadanos y populares, y poniendo los reflectores en las otras reformas estructurales que nada valioso han aportado a las mayo - rías mexicanas. En la medida en que se demuestra el verdadero carácter de la re - forma laboral referida, principalmente a través de los medios independientes y las redes sociales, cuya difusión ha repercu - tido internacionalmente, la posición de la disidencia magisterial se fortalece y su ejemplo anima a otros sectores lesiona - dos por el neoliberalismo a irrumpir con sus demandas en el escenario nacional y con la proximidad de la amenaza de la puesta en función de otras reformas más, como la de salud pública. Se trata de un escenario nacional en el que, al parecer –y probablemente debido al colapso electoral del PRI y de todo el sistema de partidos en las recién pasadas elecciones–, se adelanta la pug - na por la sucesión presidencial y com - plica las posibilidades de los precandi - datos oficiales. El gobierno federal ofrecerá lo menos posible y tratará de minar a la CNTE, que hasta el momento ha negociado con fuerza y razón, recurriendo a mo - vilizaciones multitudinarias, y haciendo patente el respaldo concitado, a través del bloqueo de vías de comunicación te - rrestres (recordándonos al movimiento piquetero argentino). Los apoyos ob - tenidos por la disidencia magisterial provienen de la izquierda social, de la izquierda electoral, de organizaciones independientes, personalidades y ciu - dadanía, así como de pueblos y regio - nes indígenas, muy destacadamente de la zona zapatista chiapaneca. No debe perderse de vista la reactivación del caso Ayotzinapa en el segundo aniver - sario de la represión, ni los asesinatos y desaparición de los 43 estudiantes nor - malistas. Debe tomarse en cuenta tam - bién el destrozo que la agresión del go - bierno federal provocó y produjo en la región de Nochixtlán, cuyos habitantes se niegan a ser tratados como “daño co - lateral” del conflicto y tienen reclamos contra la misma disidencia magisterial y, en mucha mayor medida, contra el gobierno federal. Lo que se escucha en las voces de nochixtlecas y nochixtlecos es la expresión de una ciudadanía ori - ginaria en poder de su identidad y su territorio, curtida por tanta injusticia y soberbia del capitalismo salvaje y que, como reacción creativa a la agresión asesina y racista, decide conformar su gobierno autónomo.

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