Número 44

para doblegar la decisión de los disiden - tes ni para persuadir a capas populares de la ciudadanía para que retirasen su apoyo a la CNTE. La perseverancia de ésta y su insisten - cia fundamentada de que la reforma no es educativa sino laboral, cala en secto - res de los maestros que no pertenecen a la disidencia; algunos de ellos ya pasaron por las evaluaciones y confirman en carne propia que no están relacionadas con as - pectos educativos, sino con la permanen - cia en el trabajo. No preocupa en ese mar - co la educación como referente, sino el control político. Ello provocó, por ejem - plo, el involucramiento en la respuesta a dicha imposición por parte de maestros y maestras de educación pública en el norte del país, hecho que algunos comentaristas políticos consideran insólito, uniéndose a las protestas de la disidencia magisterial y saliendo a la calle acompañados de padres y madres de familia. La cruenta represión acontecida en Nochixtlán indica a su vez cómo la CNTE convoca solidaridad popular y, asimismo, cómo el gobierno federal, aje - no a la población en tantos sentidos, no tiene idea mínima de esa dinámica y re - prime salvajemente a quienes considera integrantes de la Coordinadora. En la reconstrucción de la masacre de Nochixtlán se identifica la participa - ción de las fuerzas represivas “civiles” del Estado, como la Gendarmería, la Po - licía Federal Preventiva, la policía de la entidad oaxaqueña, y también de fuer - zas represoras de carácter paramilitar a 3 www.jornada.unam.mx

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