El salón está lleno. Lo presiden al frente quienes tienen a su cargo por un periodo bien preciso la coordinación de la organización. El propósito de la reunión fijada en San Luis Acatlán es tomar determinaciones respecto a diversos asuntos que han sido planteados ante el sistema autonómico de seguridad y justicia, denominado Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias, o Policía Comunitaria del estado de Guerrero, o bien conocido por sus iniciales CRAC PC (González, 2014; Gasparello 2007; Chavelas, 2017).[3]
Pasemos revista a tres ejemplos significativos de asuntos dirimidos en ese ámbito de impartición de justicia basada en los saberes, la experiencia y el marco cultural de una región con presencia dominante de pueblos originarios Me’phaa y Na savi (Ñuu Savi), así como nahuas y mestizos.
1. Demandado y demandantes: a reeducación
Dos campesinos me’phaa, padre e hijo, acuden a la Casa de Justicia a denunciar que el maestro José los había defraudado con una cantidad de ciento cincuenta mil pesos, ya que había prometido conseguirles dos “plazas de maestro”, es decir, dos contratos para trabajar como profesores.
En su declaración ante los coordinadores regionales encargados de recibir la denuncia, hacer las investigaciones correspondientes y en su caso tomar una determinación que resuelva el conflicto, padre e hijo argumentan que el maestro José se ha aprovechado de su necesidad y de su ignorancia, pues con mucho sacrificio reunieron el dinero que les pidió para pagar las dos plazas que serían ocupadas por los defraudados. Informan a la autoridad que luego de más de un año, durante el cual le entregaron al profesor diversas cantidades de dinero, éste no les ha entregado ningún documento y tampoco les dice con certeza cuándo les entregará las “plazas”.
Los coordinadores regionales reciben la declaración de los defraudados y citan al maestro José para una fecha próxima. Entre tanto, se informan con los consejeros regionales de la CRAC y con otros profesores, sobre el procedimiento formal o legal para acceder a una plaza de profesor.
Cuando se presenta ante ellos el maestro José, le hacen saber que está acusado de fraude en contra de dos personas, a quienes les prometió entregar dos plazas de maestro y les cobró la cantidad mencionada. El maestro acepta los cargos desde el principio, y en su defensa argumenta que los agraviados exageran en su exigencia, pues conseguir plazas de maestro no es cosa fácil; además aduce que no les ha dicho que no se las va a conseguir, pues tienen que esperar un poco más, dado que los trámites son lentos, hay que dar tiempo a que se den esas oportunidades y también estar pendientes con el sindicato de maestros y con las autoridades de la Secretaría de Educación, además de que no les ha cobrado los viajes ni llamadas que ha hecho a Chilpancingo y las plazas se las ha dejado baratas nomás porque son paisanos, pero esas plazas por lo menos son de cien mil pesos por cada una, y él les está consiguiendo dos por ciento cincuenta mil pesos.
Luego de rendir su declaración el acusado, los coordinadores de la CRAC hacen pasar a los agraviados para un careo entre ambas partes y ahí mismo el maestro José, casi regaña a los demandantes, pues les dice que no saben respetar los tratos, que antes de ir ante la autoridad debían de haberle dicho a él, pues lo hacen quedar mal ante la autoridad y que en todo caso, si no saben esperar mejor les regresa su dinero, pero que le den plazos, porque él también tiene que ir a ver a las gentes a las que les dio ese dinero para que se lo devuelvan. Los agraviados manifiestan que a ellos les interesan las plazas de maestro, que lo que quieren es que el maestro José se comprometa ante la autoridad comunitaria a entregarlas en un plazo determinado, y si no es así, le piden que les devuelva su dinero. Por su parte, el maestro argumenta que no puede dar un plazo, pues no tiene la seguridad de que se las van a entregar en un día preciso y el dinero no se los puede dar todo junto… en fin, se da la discusión entre las partes, mientras la autoridad solo funge como mediadora dando orden a la plática para que no se desborde, pero tratando de que sean los involucrados mismos quienes encuentren un acuerdo cómodo para todos.
Marcha de la CRAC PC en Ometepec, con sus coordinadores al frente
Sin embargo, luego de un buen rato de plática y discusión entre ellos y sin avance, los coordinadores les piden salir un rato al patio, que sigan platicando y que en un momento los van a llamar, porque ellos también van a analizar el asunto para dar una propuesta.
Al poco rato los vuelven a llamar y ya en presencia de los coordinadores regionales, les preguntan si se pusieron de acuerdo, y de nueva cuenta se enfrascan en una discusión, evidenciando que no lo hubo. Ante ello, uno de los coordinadores les dice:
Aquí, entre nosotros, ya platicamos como autoridades y vemos que sí hay un problema, que lo buscaron las dos partes y que no lo quieren ver, porque de los dos lados hay ambición, por eso nosotros pensamos que las dos partes necesitan ir a la reeducación.
Al escuchar esto, tanto los demandantes como el demandado guardan silencio y de inmediato les cambian las caras y las expectativas.
Otro de los coordinadores les reitera:
Así es señores, por eso no se pueden poner de acuerdo, porque cada uno quiere ganar y eso desde el principio no era posible, ni es legal. Primero, porque ustedes saben que un acuerdo o un compromiso como el que ustedes hicieron tenían que haberlo hecho ante una autoridad, porque es un compromiso grande, de mucho dinero, y ustedes no lo hicieron así, ustedes solos se entendieron, y ahora vienen a ver a la autoridad porque ya hay problema entre ustedes. Segundo, tanto ustedes como demandantes y usted como demandado, saben que un puesto de maestro no se debe comprar nomás así, porque saben que para ser maestro se necesita estudiar, pues son los que van a educar a nuestros niños y jóvenes, entonces lo que ustedes hicieron como trato y lo que pretendían hacer, pues nos perjudica a todos porque es una falta. Ustedes como demandantes hicieron mal, porque saben que no se debe comprar un puesto de maestro; entonces si le dieron su dinero a este maestro pues lo invirtieron mal, porque ustedes saben que cuesta mucho juntar esa cantidad, y usted maestro cometió falta más grave, pues usted sabe que no está bien que se compren las plazas de maestro, porque así nomás llegan maestros que no saben enseñar y por eso nuestros niños y jóvenes, nuestros pueblos no avanzan, por gente como usted, que nomás le preocupa tener su dinero, y no le interesa que nuestros niños aprendan y se superen. Entonces, como autoridad pensamos que ambas partes cometieron falta y van a ir a la reeducación. Ustedes señores, van a ir un mes a trabajar en la comunidad y van a informar a la gente que no haga este tipo de tratos como ustedes lo hicieron. Y usted maestro, va a ir tres meses a la reeducación, además de que les va a devolver a estos señores su dinero. Le vamos a pedir que le avise a su familia que recupere el dinero de los señores y que lo presente en esta Casa de Justicia, para que cuando se liberen se les devuelva. También le vamos a avisar a su director y a su supervisor que usted va a estar este tiempo trabajando con nosotros para que lo tomen en cuenta y usted, en los pueblos donde ande trabajando y cuando salga libre, pueda decir que esto que hizo está mal, para que a la gente ya no la engañen con que puede comprar la plaza de maestro.
Taller de salud en la sede de la CRAC PC en San Luis Acatlán
2. No hay razón para que tú estés sufriendo aquí en la celda
Emilio, de 20 años, joven na savi de la comunidad de Cuanacaxtitlán, se fue como muchos jóvenes a trabajar en la construcción, por dos años, a la región de Los Cabos, en Baja California. Mientras trabajó por allá fue ahorrando, y como aun no tenía esposa, al regresar a su comunidad en el mes de agosto, durante la fiesta patronal, se dedicó a despilfarrar su dinero en bebidas alcohólicas, invitando a amigos de ocasión, desoyendo a su padre, quien le estuvo aconsejando que no se gastara su dinero, que lo invirtiera en comprar ganado o en mejorar su vivienda, ya que no tenía caso que se hubiera ido a trabajar por más de dos años para regresar solo a malgastarlo con gente que no le iba a agradecer o en cosas que no le iban a traer ningún beneficio.
Emilio, lejos de atender los consejos de su padre, se molestó con él y en la primera ocasión que pudo se le presentó en estado de ebriedad y le reclamó a su padre el que se estuviera metiendo en su vida, pues según sus razones, era ya mayor de edad, él mismo se había ganado su dinero y podía hacer lo que le viniera en gana. La discusión subió de tono, a grado tal que Emilio intentó golpear a su padre y si no lo logró fue por la intervención de su madre y un hermano menor, quienes lograron separarlo y llamar al grupo de Policía Comunitaria de Cuanacaxtitlán, que se llevó a Emilio a dormir a la celda de la Comisaría Municipal.
Al día siguiente, la autoridad de la comunidad citó al padre de Emilio para “arreglar” el asunto. Presentes los implicados ante el comisario, el padre de Emilio le relató los antecedentes de mal comportamiento de su hijo y las razones por las que habían discutido, ante las cuales Emilio había intentado golpearlo. Al preguntarle el Comisario a Emilio sus razones, éste argumentó que su padre no tenía por qué molestarlo en cuanto al uso de su dinero, pues a él le costó ir a ganarlo, y que además él ya es mayor de edad para tomar sus decisiones, y si su padre insiste en seguir tomando decisiones por él, van a seguir teniendo problemas. El Comisario Municipal le llama entonces la atención a Emilio y le dice que su padre tiene razón, pues sólo busca su bienestar y ninguno de sus consejos está de más, que debe hacerle caso y con mayor razón, porque su padre es una buena persona que no ha tenido problemas con nadie en la comunidad y lo que le está diciendo no le va a causar ningún perjuicio, que mientras viva en casa de su padre debe estar de acuerdo con él, pues ya cuando se busque a su esposa y salga a vivir aparte, entonces va a tener la decisión de cómo vivir. En ese sentido se pronuncian también los dos señores principales que acompañan al Comisario Municipal para atender este asunto.
Dirimiendo un caso
Sin embargo, Emilio está confundido y argumenta que él sabe que tiene derechos y que como mayor de edad él los puede hacer valer ante “otra autoridad”, porque no va a permitir que su padre le siga imponiendo las cosas y más aún, ahora que por culpa de su padre ya lo echaron preso y lo denigraron llevándolo a la celda de la comunidad.
El Comisario Municipal le informa al padre de Emilio que su hijo es muy necio y está muy lastimado, que lo van a dejar otro rato en la celda para que reflexione y que por la noche van a volver a platicar.
Por la noche, de nueva cuenta, Emilio y su padre son llamados ante el Comisario Municipal, quien está acompañado por algunos principales que intervienen en la plática, buscando que se logre un acuerdo conciliatorio entre ambos. Sin embargo, Emilio se encuentra seriamente molesto y no logra entender el sentido de las recomendaciones de su padre y de los señores principales; por ello, finalmente el Comisario Municipal, le autoriza al padre de Emilio para guardar el dinero que éste ha ido a ganar, en su calidad de padre y de hombre de razón para evitar que su hijo haga mal uso de dichos recursos. Emilio se inconforma y en presencia de la autoridad municipal y de los señores principales, lanza una amenaza en contra de su padre, quien le pide al Comisario que mejor turne el asunto ante la Coordinadora Regional de Autoridades, en San Luis Acatlán, pues tiene el temor de que su hijo vaya a causarle un daño más grave a él o a su familia.
Emilio es remitido, detenido, ante la Casa de Justicia en San Luis Acatlán. A los dos días, cuando su asunto va a ser atendido por las autoridades regionales, se presenta un abogado contratado por uno de los amigos de Emilio. Al momento de ser llamados al interior de la Casa de Justicia ante los coordinadores regionales, se presentan los padres de Emilio y éste es sacado de la celda. En ese momento, el abogado pide pasar a la “audiencia” pues su “cliente” debe estar “debidamente asistido”. Los coordinadores lo hacen pasar y le informan que en la justicia comunitaria no se permite la intervención de abogados, ya que es un acuerdo de asambleas regionales de autoridades y porque es bien sabido que los abogados, por lo general, lo que hacen es torcer la justicia para beneficiar a sus clientes, corromper autoridades o entorpecer los procedimientos, a fin de allegarse mejores ganancias económicas; sin embargo, le informan que le van a permitir estar presente durante la plática pero sin que pueda intervenir, sólo con la finalidad de que observe que en ningún momento se van a violentar los derechos de Emilio, pues lo que busca la justicia comunitaria es asegurar un buen acuerdo que devuelva la armonía entre las personas.
Hecho lo anterior, y ya con todos los involucrados ante la autoridad, los coordinadores regionales leen ante los presentes el acta de remisión del asunto que les fue entregada por el Comisario de la comunidad. Advierten que Emilio viene en calidad de acusado por su padre y le piden a éste que declare. El padre de Emilio les dice que le da mucha vergüenza estar ante ellos, pues la verdad él lo único que hizo fue decirle a su hijo lo que mejor le conviene, porque piensa que esa es su obligación como padre, pero si está equivocado, pues que sean ellos como autoridad quienes den su palabra, que le pide disculpas a su hijo.
Asamblea regional de la CRAC PC
Los coordinadores le dan la palabra a Emilio, quien se mantiene en su argumentación de que él ya es mayor de edad para tomar sus decisiones y sobre todo para gastar su dinero en lo que decida, pues él mismo lo fue a ganar y su padre lo ha expuesto a la vergüenza en la comunidad al ser enviado a la celda. Sin embargo, los coordinadores advierten inmediatamente que la razón le asiste a los padres de Emilio y les dan de nuevo la palabra. Habla entonces la madre de Emilio y le dice, como si solo se encontrara ante él:
Tienes razón de molestarte hijo, porque nosotros queremos seguirte tratando como cuando eras niño, y no nos damos cuenta de que ya eres un hombre, con fuerza y con razón, y tienes razón: no podemos quitarte nada de lo que tú te has ganado, porque tú sabes por qué lo quieres gastar como lo quieres gastar. Nosotros pensamos que tenemos un derecho sobre tí, pero tal parece que estamos equivocados, porque nuestra obligación es ayudarte, apoyarte, pero solo hasta donde tú quieras y hoy, quizá nosotros queremos ayudarte, pero para tí ya no hacemos falta. Solo te pido que no le vayas a hacer daño a tu padre, porque yo sí lo necesito y tus hermanos más chicos todavía lo necesitan
En seguida, los coordinadores le dan la palabra al padre de Emilio, quien de igual manera se dispone a hablar no a la autoridad presente, sino a su hijo:
Mira Emilio, lo que tu mamá ha dicho es la razón, ella y yo ya platicamos mucho y pensamos que no hay razón para que tú estés sufriendo aquí en la celda. Nosotros te hicimos crecer y ora que tú ya eres grande, nos espanta de lo que tú haces o de lo que quieres hacer. Pero tus razones has de tener para pensar como piensas, porque ya fuiste a vivir de otro modo en otro lugar. Yo te pido disculpas, porque no quiero que quedemos como enemigos, si ora no me puedes ver como padre, te pido que seamos como amigos, como compañeros y si un día necesitas consejo me lo pides, como compañeros. Aquí ante la autoridad voy a entregarte tu dinero y tú sabrás lo que vas a hacer con él. Si quieres seguir viviendo en la casa, tú ya sabes que puedes llegar, que ahí siempre va a haber lugar para tí y un taco, pues así como dijo tu mamá, en lo que podamos te vamos a seguir apoyando, pero solo si tú quieres
Emilio se mantiene callado y reflexivo todo este tiempo, y en seguida los coordinadores regionales, le piden que analice lo que sus padres le han hablado, que muy pocos padres tienen ese respeto y cariño por sus hijos, y que si han llegado a estar ante la autoridad, ha sido por su propia necedad, pero que debe poner de su parte para que su familia encuentre la tranquilidad, ya que todos sus hermanos menores lo estaban esperando para que los ayude, no para que se venga a enfrentar con su padre, que no desaproveche el lugar que se ha ganado entre sus hermanos a los que les puede dar un buen ejemplo y que así como tuvo la fuerza para ir a ganarse su dinero, que haga uso de razón para gastarlo en cosas útiles.
Promotoras de salud de la CRAC PC preparando materiales sobre la causalidad del daño evitable
Durante casi dos horas, los coordinadores se turnan para hablar con Emilio, quien cada vez se muestra más arrepentido de haber expuesto a sus padres a la pena de estar discutiendo ante la autoridad. En ese momento, el abogado pide la palabra a los coordinadores, quienes se la niegan, ya que desde el principio le habían advertido que no podía participar. Por unos momentos más, los coordinadores siguen instando a Emilio a que haga propuestas para resolver el asunto de manera favorable para todos. El abogado insiste por lo menos dos veces más, pidiendo la palabra. Como ve que no se la van a dar, se levanta entonces de su asiento y visiblemente afectado, con lágrimas, toma la palabra:
Señores autoridades de la justicia comunitaria, amigo Emilio, señor y señora padres de mi amigo, me van a disculpar que de manera atrevida tome la palabra y lo hago aun sabiendo que pueden mandarme a encerrar porque me dijeron que yo no podía participar como abogado; pero no puedo dejar de decirles lo que siento, no como abogado, sino como persona. Hoy entiendo claramente cómo es la justicia comunitaria, y qué bueno que así sea. Aquí no cuenta nada, ningún dinero, ningún código, sino la razón, la verdad y el respeto. Yo no tengo nada en qué ayudarte Emilio: tú tienes todo para ganar este asunto, porque aquí vas a ganar junto con todos, con tus padres, porque aquí las autoridades te están dando todo el derecho y toda la posibilidad de que seas una buena persona. No desaproveches lo que te están dando. Tal vez si este asunto lo hubiéramos llevado al ministerio público o a derechos humanos, yo habría hecho cualquier cosa, pero no arreglarlo como aquí se está arreglando; yo quiero ser franco, a mí me ofrecieron dinero para venir a defenderte, pero no tengo nada de qué defenderte, porque lo que te están ofreciendo tus padres y las autoridades es que seas una buena persona. No lo desaproveches. Yo no voy a cobrar nada, más bien creo que desde hoy les debo a todos ustedes haber aprendido a hacer justicia. Emilio, te pido que como hombre de bien, le pidas perdón a tus padres, porque ellos tienen la razón. Y a ustedes señores autoridades, les pido disculpas por interrumpir su labor
En ese mismo momento Emilio, de manera espontánea, se levanta de su silla, se hinca ante sus padres y tomándoles la mano a ambos les pide perdón y les dice que nunca se va a perdonar haberles faltado al respeto, y que en lo futuro les pide que siempre le llamen la atención por todo lo que haga, que él va a ser obediente, y pide a las autoridades regionales que quede establecida esa decisión en el acta como un compromiso.
Los coordinadores regionales, mientras se termina de elaborar el acta para que la firmen todos, le hacen la recomendación a Emilio y a sus padres de que vayan juntos a ver a su comisario municipal y le informen del acuerdo que están tomando, y al abogado lo invitan a que informe “donde usted trabaja” de cómo se hace la justicia comunitaria, y que “cuando quiera regresar por aquí, puede usted hacerlo”.
3. Así así como para tanto… pos no
Un oficial del ejército se presenta para interceder de parte de un amigo suyo, propietario de varios negocios importantes en la ciudad de Copala, en la Costa Chica, ya que es el padre de un joven que se encuentra en proceso de reeducación en el marco de la CRAC PC. Y es que a este hijo de familia con recursos, paseando en su auto de modelo reciente en la cabecera municipal de San Luis Acatlán, se le hizo fácil impresionar a una jovencita indígena para luego abusar sexualmente de ella, situación que fue denunciada por la familia de la agredida. Los coordinadores de la CRAC determinaron, luego de consultar con la familia y acordar medidas de compensación del daño, someter al transgresor al significativo proceso de reeducación en una comunidad, lo que implicaba no solo realizar bajo supervisión diversos trabajos comunitarios que a su vez solventaran su alimentación, sino recibir consejo cada día por parte de las autoridades de la comunidad receptora, a fin de orientar al reeducando.
El militar, aceptando la petición de su compadre en Copala, expuso a los coordinadores de la CRAC que conocía desde hace años al joven, el cual es una persona buena y decente, y que consideraba que el tiempo que llevaba detenido era ya suficiente para dejarlo libre. A ello se le respondió que si el joven era tan bueno como afirmaba el militar dado que lo conocía personalmente, en efecto podría ser liberado, a condición de que fuese el militar mismo quien terminara de cumplir el tiempo de reeducación determinado, en lugar del muchacho. “Bueno… sí es correcto el muchacho o lo quiere ser, pero así así como para tanto, pos no” arguyó titubeante y sorprendido el militar, quien ya de regreso en Copala pero sin el muchacho, comentaba compungido a su compadre: “esos indios no entienden nada”.
Procurar justicia: una buena idea
La justicia no se garantiza con sueldos insultantes a los jueces, con títulos o retórica. Y los procesos organizativos como el de la CRAC que generan experiencias referenciales respecto a la impartición de justicia, merecen en sí mismas justicia y reconocimiento, no represión del Estado ni de los gobiernos.
Desde ahí, dos puntos reclaman reflexión por su actualidad: el primero sobre la iniciativa en curso a nivel federal de sanear de raíz al poder judicial y el segundo, respecto a la situación que atraviesa la CRAC-Policía Comunitaria de Guerrero en su región de origen.
En cuanto a lo primero, el licenciado Ramiro González Casales, guerrerense de origen campesino, por muchas generaciones reconocido y muy apreciado profesor de derecho en la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, cuando llegaba a los juzgados formulaba, a menudo y en voz alta, una pregunta: ¿A cómo está hoy el kilo de justicia? Y es que vulnerar la impartición de justicia mercantilizándola no era entonces ni lo es ahora ocurrencia ni contingencia, sino contradicción.
Analizando situaciones que atañen a la organización comunitaria
En un país como el nuestro, donde la desigualdad sigue siendo escandalosa, ¿Cuál es el monto salarial de quienes se encargan de impartir “justicia”? ¿Cuál es la justificación de tal desmesura? ¿Se les paga ese elevado monto y se les brindan prebendas para que no se corrompan, y todo ello determinado por los mismos beneficiarios de esas medidas? Es decir, en el colmo del absurdo, ¿Se les corrompe para que no se corrompan? No son raros los juzgados, lo sabemos, que funcionan a menudo pagando a empleados o funcionarios con el propósito de agilizar los procesos y orientarlos en la dirección acorde con el poder económico o político, para colocar arriba del resto de los expedientes el propio, aquel que es patrocinado a fin de que los asuntos se resuelvan a conveniencia del pagador de “favores”.
En cuanto a la CRAC, la conformación inicial de la Policía Comunitaria de Guerrero fue una respuesta de defensa de los pueblos originarios de la región Costa Chica y Montaña ante la corrupción, el abuso y la violencia ejercida sistemáticamente por las policías del gobierno, sus ministerios públicos y jueces; exacerbada en los años ochenta y noventa del siglo pasado, pero basada en el abandono, la explotación y el racismo de siglos en esa región, como en otras numerosas del país.
No fue una casualidad dicha respuesta. La región ha sido base de desarrollo de procesos organizativos de alcance nacional, y en su historia reciente, fue protagonista en el movimiento guerrillero en los años setenta, encabezado por Genaro Vázquez, oriundo de San Luis Acatlán, localidad base de la CRAC PC desde su nacimiento en 1995.
La Policía Comunitaria surgió, se extendió y afianzó a partir de ese contexto, mediante la participación voluntaria y sostenida de los pobladores desde la base de su cultura, integrándose al sistema de cargos que las comunidades han creado y recreado para darse a sí mismas la atención que no reciben del Estado, como son precisamente la seguridad y la justicia.
Los poderes locales, regionales y estatales y su venal sistema judicial no pudieron con eso ni con la contundente eficacia y legitimidad de la operación y arraigo de la CRAC. Y tuvieron así que tolerar un sistema que los ponía en cuantificable evidencia, al grado de que la legislación estatal en Guerrero se vio orillada a reconocerlo formalmente en 2011, a través de la ley 701, como un sistema de Seguridad y Justicia de los pueblos originarios, dando fe de la existencia del sistema de reeducación, que permite a las asambleas de los pueblos sancionar los delitos que se cometan en su ámbito territorial.
En su proceso organizativo, la CRAC PC llegó a plantearse construir un modelo autonómico de gobierno comunitario, estableciendo formalmente, en asambleas regionales, operar diversas comisiones además de las encargadas de seguridad, justicia y reeducación, entendiendo que los problemas de seguridad y justicia remiten, a su vez, a otros ámbitos sustantivos, como la producción agrícola y la comercialización justa de los productos del campo, la educación y la salud, llegando en esta última vertiente a generar comités de salud con programas de promoción y capacitación en diversas comunidades, con casas de salud y farmacias vivas (Hersch et al, 2013a y b; Hersch y Sedano, 2013) y en apoyo a la participación de la CRAC PC contra las concesiones de minería a tajo abierto (González Chévez et al, 2011). En el ámbito de la comunicación, se establecieron varias radiodifusoras comunitarias operadas por jóvenes de las propias localidades, con los ejes de educar en lo comunitario, difundir las problemáticas y organizar las respuestas comunitarias; como tal, a través de las radios y luego en asambleas comunitarias, se ha logrado hasta la fecha tener el territorio comunitario libre de minería, poniendo un alto a las concesiones de minería a tajo abierto, otorgadas por el gobierno federal en la región (Barrios, 2020).
Asamblea sobre temas de salud en la Comisaría de bienes comunales de Buenavista
Sin embargo, como corolario de un embate oficial sostenido abierta o solapadamente en contra, en 2018, la llamada Ley 701 que reconocía legalmente la existencia y operación de la CRAC PC, fue modificada de manera regresiva, a fin de restarle legitimidad jurídica al Sistema, desapareciendo la figura de las policías comunitarias e invalidando el sistema de justicia y reeducación, con lo que se permitió además la persecución judicial arbitraria de integrantes de la CRAC PC. Paradójicamente, fue durante los gobiernos priístas, tanto federales como estatales, cuando el sistema comunitario, a través de su lucha tenaz de organización y resistencia, logró un mínimo reconocimiento legal y sin embargo ha sido durante los llamados gobiernos progresistas que se ha regateado el valor y la capacidad organizativa de los pueblos de la Costa Montaña, dando una connotación profunda y así distante a la oficial, a la frase de que solo el pueblo apoya y defiende al pueblo. La actual legislatura estatal 63, cuya composición mayoritaria es morenista, ha mantenido la vulneración de la Ley 701, restándole reconocimiento al sistema de seguridad y justicia de los pueblos.
Ante ello, desde abril de este año, representantes de la CRAC PC, procedentes de las cinco Casas de Justicia correspondientes a las comunidades de San Luis Acatlán, Espino Blanco, Zitlaltepec, Caxitepec-Las Juntas y El Paraíso, han emplazado a los diputados estatales para que concreten la iniciativa actual de ley en materia de Derechos y Cultura de los Pueblos Indígenas y Afromexicanos que en los hechos han obstaculizado. El contexto de ello se ubica en una política federal actual de rechazo a las iniciativas y procesos autonómicos en todo el territorio nacional. Al carecer de reconocimiento oficial, se coloca en una posición de vulnerabilidad a la CRAC, ya que las policías gubernamentales, la Guardia Nacional y otros agentes, han comenzado a hostigarla por diversos medios. A lo anterior se suma, como efecto de lo mismo y desde hace tiempo, la inseguridad creciente provocada por la operación de la delincuencia organizada.
Por otro lado, en la actual discusión sobre la reforma constitucional relativa al poder judicial, que se sustenta en la necesidad de hacer más asequible la justicia a la población y desterrar la corrupción del sistema estatal de justicia que históricamente ha sido señalado como el más corrupto y corruptor de los órganos del Estado, deberá armonizarse la Constitución federal y las leyes para incorporar la visión de los pueblos originarios y afrodescendientes, en el sentido de que así como se ha reconocido ya a nivel constitucional el carácter pluriétnico y multicultural de la nación mexicana, en consecuencia deberán reconocerse sus diferentes visiones, sistemas y órganos de justicia de cada uno de los pueblos que así lo reivindiquen. De lo contrario, se propiciará la represión a los pueblos y a sus sistemas propios de justicia y se mantendrá latente la eventual confrontación con el Estado.
Promotoras de la Comisión de Salud de la CRAC PC
En ese sentido, y con ánimo de abonar al debate sobre el tema, los legisladores deberían de tener en cuenta estas otras maneras de hacer justicia, como la que propone el sistema comunitario de seguridad, justicia y reeducación de la CRAC desde 1995, mediante una especie de jurado popular electo por las propias autoridades comunitarias, integrado por ciudadanos reconocidos por su probidad y honestidad, que conocen a sus vecinos y son conocidos por ellos, que investigan en su contexto los hechos que les son planteados y toman determinaciones de manera ágil y transparente, alejados de tecnicismos procesales que retrasan la justicia y propician la corrupción.
Se trata de una especie de jurado popular adaptado a las condiciones culturales y del sistema de cargos propio de los pueblos originarios que integran la CRAC, nombrado para un periodo de tres años, durante el cual deberá estar rindiendo cuentas de su labor a la Asamblea Regional de Autoridades Comunitarias, la cual valora su buen desempeño y resuelve su permanencia o revocación, y en caso necesario, su enjuiciamiento si es sorprendido en prácticas corruptas.
La compañera Teresa Guerrero Zavala da lectura a las conclusiones de la mesa de salud, XV aniversario de la CRAC PC, San Luis Acatlán, 2010.
Marcha de la CRAC PC
Aunque los defensores del llamado derecho positivo, que hegemonizan la configuración del sistema judicial en nuestro país, han proscrito y hecho caer en desuso la institución del jurado popular, consideramos que sería valioso, en este proceso de discusión para la reforma constitucional respecto del poder judicial, revisar los debates respecto del jurado popular y su inclusión en las constituciones federales de 1857 y 1917 de nuestro país, en donde se ponderan básicamente dos cuestiones: agilizar la justicia y desterrar la corrupción, como tal es el propósito actual.
Así se observa en la vigencia del dictamen de la Comisión que presentó el proyecto de Constitución de 1857, presidida por el célebre legislador Don Ponciano Arriaga:
(…) La soberanía del pueblo, base fundamental de los principios republicanos, punto de partida para todas sus aplicaciones, regla segura para la solución de todos sus problemas, no se comprende, ni siquiera se concibe sin la institución del jurado.
En vano se repite que la ignorancia del pueblo es un obstáculo para el establecimiento del sistema de jurados. En todas partes se han ponderado y exagerado lo mismo, olvidando que al instituir el jurado no se trata sino de la evidencia del hecho, para cuya calificación basta siempre el sentido común, guía mucho más segura que el saber de un juez, acostumbrado a querer encontrar culpables en todas partes.
Asamblea regional de la CRAC PC
El bien de la sociedad exige que por lo menos se intente una reforma, y ninguna como el jurado es más conforme y adecuada a las instituciones que profesamos. No ya en un sistema republicano y democrático, sino en el representativo solamente, donde la ley hecha por los delegados del pueblo y la justicia administrada por los del poder son incompatibles (…).
Hagamos, pues, un ensayo en que poco o nada puede perderse, y adoptemos una institución que completa los atributos del pueblo, devolviéndole, además de la parte más o menos directa que tiene ya como legislador, la que le corresponde como juez (…).”
El jurado popular en las constituciones de 1857 y 1917.
UNAM. )
El reconocimiento verdadero de la experiencia no idealizada de los pueblos no puede ni debe ser meramente discursivo, proyectando una diversidad cultural a modo, parcial y selectiva, instrumental y folclorizada, es decir, una diversidad etnocosmética, etnorentable y etnopublicitaria que no incomode; en síntesis, funcional a los intereses dominantes, lo que constituye no solo un desperdicio de saberes, imaginación y memoria, sino una exclusión de posibilidades.
¿Cuál será el derrotero previsible de estos procesos?
Referencias
- Barrios Salvador, M. (2020). Reconstrucción de la trayectoria del sistema de comunicación comunitaria de la CRAC-PC durante el periodo 2012-2018. Tesis de maestría, Universidad Autónoma Metropolitana (México). Unidad Azcapotzalco. Coordinación de Servicios de Información.).
- Chavelas Mendoza, J.A. (2017), La Policía Comunitaria de Guerrero. Análisis de coyuntura 2012-2015, Tesis de maestría en Humanidades, Instituto de Investigación en Humanidades y Ciencias Sociales, Universidad Autónoma del Estado de Morelos.
- Gasparello, G. (2007). Administración autónoma de la justicia y su relación con el Estado. El Sistema de Seguridad y Justicia Comunitaria en la Costa-Montaña de Guerrero, México, Tesis de doctorado, Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa.
- _______ y J. Quintana (Eds.). (2018). Raíces de nuestra justicia: testimonios de justicia indígena e intercultural. Serpaj México.
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1. Ex asesor jurídico de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (Policía Comunitaria de Guerrero).
2. Ex asesor de la Comisión de Salud de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (Policía Comunitaria de Guerrero). Programa Actores Sociales de la Flora Medicina en México, Instituto Nacional de Antropología e Historia. Fotografías: Programa ASFM-INAH.
3. Consultar también, entre otros, testimonios de diversos participantes sobre la organización, incluídos los de V. Hernández Chapa, recabados en Gasparello y Quintana, 2019 (pp. 79-103), así como los trabajos de Sierra en el contexto de violencia en el estado de Guerrero (2018) y de Melgarito y Pérez, con un análisis semiótico sobre expedientes (2019).