La ideología del mestizo

Los neoconservadores criollos[1], reciente producto de las oligarquías tradicionales latinoamericanas, que en diversos momentos de nuestra historia con maña han protegido grupos en todas las tiendas políticas, en este siglo con el soporte mediático que tienen a su disposición, complementado por las empresas educativas privadas, quieren consolidar su ideología del mestizaje, nacida para el caso del Perú como contra teoría social en la década de 1940 (ver Peruanidad, Víctor Andrés Belaúnde Diez Canseco), es el marco con que “explican” logros del momento y pretenden consolidarla como variable del cuestionario del Censo Nacional 2017 del Instituto Nacional de Estadística e Informática[2] -INEI-, siempre en la mirada racial y no cultural

Para ello alientan “estudios” desde la academia nacional avalados por historiadores, antropólogos, cientistas sociales de las “mejores” universidades y ONG donde exponen explicaciones supuestamente científicas sobre el “cruce de razas” desde la invasión española del siglo XVI que dio como producto una serie de variedades de linajes, universalizadas en el “mestizo” inicial del siglo XVII; ahora como una entidad diferencia de las otras presencias fenotípicas, pero por este unilateralismo racial y no cultural tiene el tono de ideología, una creencia falsa de hechos que sucedieron pero que los intereses en juego decidieron deberían ser entendidos de otro modo

Su representante teórico es Víctor A Belaúnde Diez Canseco[3] con su tesis del mestizaje nacional, rasgos sintetizados de por lo menos cien etnias pre coloniales y de las razas ibéricas invasoras, en una especie de retroceso eugenésico amancebado (ver Coronica y Buen Gobierno, Felipe Huamán Poma de Ayala) que daría como resultado otra raza que crea descendientes hasta nuestro siglo, sin considerar los nuevos “cruces”, ni los aportes culturales distintivos venidos de diversas costumbres y usos producto de las relaciones sociales progresivas en más de 500 años de exclusión y marginación de los híbridos eternos, según aquella ideología. Su máximo ejemplo el mestizo Garcilaso De la Vega[4] del siglo XVII, aunque el cusqueño no se autodefinió como tal y más bien sobrevaloró el pasado tahuantinsuyano.


Cholo peruano, tomado de la Internet

De esa interesada confusión derivan todos los neocon criollos que el Perú actual es una sociedad de mestizos mayoritariamente y por tanto en procesos de “síntesis existencial” con cerca de 200 años de esfuerzos. Tesis asumida por la clerecía en sus instituciones educativas y apoyada por las oligarquías nacionales y regionales dado que es coherente a sus intereses, cuidándose en su nicho de mistis[5] que sigue prevaleciendo en los gobiernos, hoy con la “mancha blanca[6] dirigiendo nuevamente los destinos del país.

De ese modo en las escuelas como en los medios de comunicación masiva se machaca a diario que somos una sociedad de mestizos, con ese enfoque racial separando las otras presencias africana o asiática que en el fondo recuerdan los corolarios de las tesis fascistas de aquella década de 1940. Así tomando como base el chapetón[7] la frase repetida “quien no tiene de inga[8], tiene de mandinga[9], culí[10] o ponja[11]”.

Para los intelectuales orgánicos de las oligarquías criollas con ocasión de los resultados del fútbol profesional es la insurgencia mestiza en el equipo de todos; recuerdan el fenotipo de este “mestizo”, trigueño, chato, aunado a un rasgo que las oligarquías intentan incorporar al imaginario nacional, emprendedor. Este mestizo ha pasado de ser el marginal, pobre, de mala educación, con cultura elemental, a ser ahora gracias a la ideología del mestizo que imprime o difunde, ser modelo a seguir y por tanto referente para las nuevas generaciones.

Por su parte el Estado, aquella ideología la quiere constituir como hecho social, cuando en la pregunta 25, 7 del cuestionario del Censo Nacional 2017 interrogará a los peruanos si por sus costumbres o ascendientes se consideran “mestizos” –entre otras opciones-, en un enfoque étnico no racial, pero con la carga ideológica contenida en la aparente sencilla palabra. Los expertos en preparar cuestionarios como los intelectuales orgánicos de las oligarquías criollas no consideran una situación que fue desde la presencia de la invasión colonial española para aquellos tempranos cruces de razas, el “cholo”, un hecho mucho más apegado y recurrente en el imaginario tanto por costumbre como por antecedentes étnicos. Los mestizos de aquellos siglos devinimos en cholos…, en la forja de una cultura nacional de choledad.

¿Por qué los intelectuales orgánicos como los expertos del INEI no utilizan cholo que es más cercano e incluso antropológicamente estudios realizados desde posesiones no conservadores sostienen cercanía a la realidad de las confluencias de las etnias en el país, que el mestizo no refleja?

Mestizo es académico, cholo es popular. Mestizo quiere abarcar todo, aunque en realidad de preferencia aristocrática españolizante, cholo es todas las sangres como lo apunta JM Arguedas[12]. Mestizo es neutro, cholo es combativo y crítico. Mestizo es cualquiera, cholo tiene identidad. No hay mestizo de mierda, pero si cholo de mierda que expresa el desprecio en el imaginario de las oligarquías de siempre.


Chola peruana, tomado de la Internet

La choledad viene desde etapas pre coloniales, en el XVI significaba perro, pero conforme fue dándose el proceso de migración acompañada a la dominante europea, las presencias africana y asiática, la choledad fue abriéndose paso hacia una nueva realidad, más nuestra, más vivencial. La semántica del término se resignificó. El país no es una república de mestizos sino de cholos, tal como nos conocen los chilenos, los argentinos o los ecuatorianos en Sudamérica. La choledad nos da una mayor carga de historia, de orientaciones y responsabilidades; cholo fue C Vallejo[13], cholo fue J Velasco[14], cholo fue A A Cáceres[15], cholo fue M Grau[16]; cholo es H Sotil[17]. Sería una irreverencia hablar del mestizo Vallejo, el mestizo Velasco, el mestizo Cáceres, el mestizo Grau, el mestizo Sotil, etc., etc., somos en este siglo millones de cholos que el Estado no quiere reconocer como los neocon tampoco. Allá ellos...

En eso precisamente se asienta la ideología del mestizo de las oligarquías criollas, pretender hacernos perder identidad a los cholos. La choledad es peruana, la escuela nacional y su magisterio la revindica a diario en las aulas. Así a la pregunta del censor este domingo 22 de octubre respondamos en el ítem 15.8 Otro: cholo soy…[18]

 

[1]    Hijo de español nacido en el Perú

[2]    Cada 10 años se hace en el Perú un censo de población

[3]    Mentor de la derecha conservadora, representante de la República Aristocrática de principios del siglo XX

[4]    Autor de Los Comentarios Reales en el siglo XVII

[5]    Blanco, en quechua

[6]    De fenotipo caucásico y migrantes que rodea al Presidente actual

[7]    Español peninsular

[8]    Indígena

[9]    Descendiente africano

[10]  Hijo de chino nacido en el Perú

[11]  Hijo de japonés nacido en el Perú

[12]  Escritor y docente de educación básica

[13]  Poeta, era conocido en su tierra como “shulca

[14]  Militar presidente del Perú entre 1968-1975

[15]  Militar ayacuchano, uno de los pocos héroes de la Guerra del Salitre con Chile incentivada por el imperialismo inglés

[16]  Marino peruano, otro de los héroes de la Guerra del Salitre

[17]  Jugador de fútbol en la década de 1970

[18]  Popular canción interpretada por el cholo Luis A Morales, recientemente fallecido; el verso dice “cholo soy y no me compadezcas…”