Esta última erupción del año está dedicada a Ricardo Melgar Bao, cofundador de nuestra revista, quien, a pesar de su intensa lucha por la vida, finalmente nos dejó precisamente en este año 2020, el que de manera intempestiva se ha llevado a tantas personas que no tenían por qué haberse marchado, y no lo han hecho en muchos sentidos.
De su infatigable andar, Ricardo ha dejado una huella de la que dan cuenta los testimonios, remembranzas y materiales que conforman este número. Queremos agradecer a todos los colaboradores que han aportado con cariño, desde los diversos parajes compartidos de la vida del compañero Melgar, una corriente de memoria que se ha ido engrosando día a día hasta conformar este flujo de lava multicolor que hoy compartimos con nuestros lectores.
Hacemos patente nuestro agradecimiento también a Dahil Melgar y a Marcela Dávalos por su valioso apoyo en la convocatoria para el acopio de los textos que siguen; Dahil ha seguido también el proceso aportando imágenes fotográficas y pertinentes sugerencias.
Ricardo Melgar, 1967. Foto: Archivo familiar
Los textos tienen un orden cronológico y remiten a diversas facetas de la amplia gama no sólo de temáticas que fueron motivo de interés del Chino, sino de relaciones humanas, denotando la importancia que les confería, algo que sin duda constituye una marca característica de su andar latinoamericano por este mundo. A su vez, incluimos algunos materiales escritos por nuestro homenajeado.
Ricardo impulsó, respecto al Volcán Insurgente, la idea no sólo de generar una revista que vertiese materiales de relevancia en torno a la crítica cultural entendida como un todo que permea tantas realidades interconectadas, sino la aspiración de conformar un grupo de colegas en continua reflexión, un foro de interlocución enmarcado en un colectivo de seres humanos en afecto, de amigos, pues. Eso hemos sido y seguiremos siendo, porque las ideas no son nada si no se encarnan en las vicisitudes, las esperanzas y las luchas y prácticas de cada día, convicciones de por medio.