25, Septiembre de 2013

¿Qué les pasa a los maestros?

Trabajo cerca del Zócalo en el Centro Histórico de la Ciudad, como muchos de ustedes, he sido testigo de las movilizaciones y actos de protesta que han realizado en los últimos días los profesores de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE). He leído los periódicos y artículos de opinión, he visto las noticias en varios canales televisivos, pero hasta hace poco, seguía sin comprender completamente la naturaleza y razón de las demandas de esta organización de maestros.

Voy caminando por las calles del Centro y decido preguntarles directamente a ellos para qué están luchando. Me acerco a las casas de campaña y le pido a “Javier”, un maestro de la Sección 22 de Oaxaca, que me hable sobre sus demandas. Hay muchos profesores en ese lugar, con pequeñas casas de campaña hechas principalmente con bolsas de plástico, se preparan la comida en comales y conversan entre ellos. Pareciera que dentro de las dificultades de la época de lluvia y frío, intentan darle un poco de confort a ese espacio.

Javier y los demás profesores me reciben amablemente. Pregunta de dónde vengo, y cuando le digo que soy una civil interesada en escucharlos, sonríe, jala una silla para mí y nos ponemos a platicar, casi como si estuviéramos en cualquier cafetería de la ciudad. Entonces escucho.

 

“No es una Reforma Educativa, es una Reforma Laboral”

Uno de los temas que se han discutido es la naturaleza de la reforma: ¿por qué se dice que en realidad es una Reforma Laboral? La nueva ley estipula que después de realizar tres evaluaciones y no pasarlas con la puntuación requerida, el maestro es dado de baja y no puede volver a dar clases. Anteriormente, cuando un profesor no incrementaba su puntuación en las evaluaciones, no se le permitía subir en el tabulador ni recibir mejores prestaciones, sin embargo podía seguir en la docencia ya que estaba capacitado para el año escolar en el que se encontraba. Ahora, los maestros no sólo quedan desempleados irrevocablemente, sino que por ley tampoco pueden acudir a ninguna instancia gubernamental o sindical para defender sus derechos laborales y no reciben ninguna liquidación por los años de docencia servidos. Lo anterior contraviene los principios de los artículos 3, 17(garantías individuales y derechos humanos),   y 173 (Ley de Amparo) de la Constitución.

Con rostro indignado Javier dice “la nueva ley no contempla la calidad educativa, si lo hiciera, modificaría los planes, contenidos y programas de estudios que se han mantenido iguales desde 1993”. Gran parte de los maestros a nivel nacional fueron educados en las mismas escuelas en las que actualmente dan clases y su posible déficit educativo viene de la estructura del sistema y programas educativos deficientes: “muchas veces nosotros cambiamos y complementamos los contenidos de los planes porque suelen ser muy deficientes”.

Aunque algunos medios de comunicación  no especifican las diferencias que existen entre los distintos estados mexicanos referente a la organización educativa, cada uno de ellos se maneja de manera distinta. En el caso de Oaxaca, en el año 2011, la Sección 22 realizó diversas propuestas para modificar algunos puntos del plan educativo de su estado. “Se dan propuestas, no se lucha por luchar”, sostiene el maestro de Oaxaca con quien platico.

 

 

No a la evaluación universal

“Nosotros no le corremos al examen”

Hasta hace dos años, los maestros eran evaluados cada 24 meses para mantener un estándar educativo. Se medía su rendimiento, y a aquellos que querían mejorar en su tabulador, tenían que cumplir con puntuaciones específicas. Esta era una evaluación obligatoria incluso para aquellos que no tenían la intención de dar clases en un año escolar distinto: debían demostrar que estaban capacitados para hacerlo. Sin embargo, el gobierno anuló este mecanismo, y ahora lo reactiva con modificaciones que al parecer afectan los derechos laborales de miles de maestros.

“Nosotros no le corremos al examen”, comenta, “los hemos realizado por voluntad propia durante muchos años”. Según Javier, lo que piden los maestros es que las evaluaciones no estén estandarizadas: “en un Estado pluricultural, es inútil que todos respondan a la misma evaluación”. En cada estado de la República los programas de estudios son distintos, normalmente se amoldan a las necesidades y realidades que la zona en particular necesita. No es lo mismo dar clases en la sierra de Guerrero que en una escuela del Distrito Federal. Por lo anterior, los maestros y alumnos se preparan de manera distinta, y una evaluación estandarizada no corresponde a la realidad de una nación tan heterogénea.

Además, la evaluación es ‘discrecional’, lo que significa que si las reprueban, nunca sabrán por qué razones o en qué áreas tienen que incrementar su conocimiento. En la nueva Reforma Educativa, el manejo de ingreso de maestros e impartición de clases quedará sujeto a un equipo de gobierno que los seleccionará, esto preocupa a los maestros: “¿cómo sabremos con qué criterios se dan las plazas si no podemos ver los resultados de nuestras evaluaciones?”. Para ellos, este factor abre la posibilidad de que se incremente la corrupción en la selección del profesorado.

 

Plazas heredadas

Una de las demandas que más controversial ha resultado es la herencia de plazas. Javier sostiene que a nivel nacional una vez terminada la Escuela Normal o la Universidad Pedagógica, deben ser evaluados por el CENEVAL y les dan una plaza por 6 meses, después te pueden dar una de base, pero no significa que te garantiza el trabajo. Las plazas se heredan en todo el país, y el que la obtiene esta obligado a estudiar.

En Oaxaca, dan contratos anuales que se renuevan únicamente si los maestros comprueban que han continuado su preparación y estudios. Las herencias no son definitivas, los maestros deben tener el 75% de sus estudios para que se les contrate definidamente, de no presentar su título de estudios y cursos, se le vuelve a bajar al estatus de contratación anual. Aunque estos son acuerdos de la Asamblea Estatal en la Sección 22, cada estado lo maneja de distintas maneras.

Respecto a este punto, Javier comenta que ellos no creen que la Reforma Educativa vaya a acabar con este ciclo. Aparentemente, la nueva ley perpetuará la herencia de plazas mediante la elección de “profesores preparados” sujeto a un equipo de gobierno que podrá despedir con facilidad y sin ningún tipo de protección laboral a los profesores que política e ideológicamente les parezcan incómodos para dárselas a otros con un perfil más convenientes.

 

¿Y las clases?

“Por cada estado hay de 10 a 15 maestros en paro, los cuales se van rotando para venir a apoyar”. Aunque la organización de cada sección de maestros es diversa, en general intentan hacer rotaciones para concentrar las horas de clase matutinas o vespertinas. En caso de que no haya capacidad para completar la rotación, las ausencias son por pocos días, no permanentemente.

No obstante, resulta necesario hablar con maestros de distintos estados para poder conocer la manera en la que se coordinan, así como la manera en la que se están manejando en cada caso en particular. En esta ocasión, sólo tuve la oportunidad de hablar con una de las voces de Oaxaca, sin embargo espero poder hacerlo con algunas otras regiones del país.

 

“Defendemos nuestros derechos”

Las demandas principales de la  CNTE son:

  1. Mejorar la infraestructura de las escuelas a nivel nacional: “Si la educación es gratuita, el Estado debería dotar de todo” sostiene Javier, “no deberían hacer que los Directores cobraran una cooperación ‘voluntaria’ a los padres de familia.” De acuerdo con la Ley, el Estado construye pero no mantiene
  2. Modificar y mejorar los planes educativos a nivel nacional
  3. Exigir los derechos laborales y humanos más fundamentales
  4. Implementación de evaluaciones focalizadas dependiendo de las necesidades de cada región
  5. Defensa de sindicatos y organizaciones que los representan

La platica entre Javier y yo concluye. Cuando termina de contarme y contestar todas mis dudas le pregunto si puedo escribir un artículo sobre las demandas de la CNTE. “Claro que si” dice, “lo que queremos es hablar con la ciudadanía, poder dialogar con el gobierno y la gente”. Pregunto si puedo usar su nombre y apellido: “preferiría que no utilizaras mi apellido, la represión desde hace varios años esta muy fuerte”. Le agradezco mucho haberme recibido y salgo de la zona donde están las campañas improvisadas. “Seguimos en la lucha” me dice antes de salir de ahí.