Número 3

4 doblado, a su ramplón jefe en turno. Pero la lava es otra cosa: fluye desde dentro y tolera poco la mur - muración y la cobardía. Pero… ¿qué es un delegado ? No se trata del sentido originario en latín, cuya semántica une la procedencia, la legitimidad y la acreditada función econ base en la experiencia o saber. La película La Frontera (1991) que propone como plano secuencia principal el encuentro tragicómico entre un relegado y un delegado. Aquí en estas tierras, los sentidos de relegado y delegado se confunden, generan curiosos híbridos en el gobierno, en los partidos, en las insti - tuciones públicas y privadas. Bueno, la semántica es menos complicada que la realidad. Aquí, un delegado es alguien de poca mon - ta, definitivamente lejano de todo lo que de valor puede acompañar a la memoria de una hacienda, a una pieza de artesanía, a una narrativa de viaje: di - gamos que un delegado es una especie de franquicia minúscula, implantada sorpresivamente en una ofici - na, con el propósito de ignorar su propósito…. La frivolidad y la incompetencia de la burocra - cia estatal y federal no nos pueden hacer olvidar, al cerrar este tercer número de nuestra revista, que el crimen que ronda ciudades, regiones, carreteras, ba - rrios, esquinas, en esta guerra impuesta a los mexi - canos por quienes con ella se benefician, segó la vida de otro colega del campus de la UNAM en nuestro estado, en Cuernavaca, la ciudad en que vivimos. Y no es un caso aislado. Nuestra indignación y la pena que nos embarga, va a la par del abrazo solidario a sus colegas, familiares y amigos. El volcán Popocatépetl, la mañana del 17 de octubre. Foto de Ricardo Melgar Bao

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