Número 4

4 por supuesto, no es todo. Tenemos los asesinatos anunciados de luchadores sociales, integrantes del movimiento por la paz encabezado por Javier Sici - lia, homicidios perpetrados por paramilitares con la anuencia ominosa del Estado mexicano o en la figura de policías que se retiran convenientemente de sus puestos para permitir la barbarie. Estas nuevas vícti - mas no pueden solamente nutrir pronunciamientos: dejaron su vida por un México digno. Ese es el Méxi - co que debe responder por ellos. Convocamos a re - constituir el valor de la vida, en oposición a la guerra y su cultura de la muerte.

RkJQdWJsaXNoZXIy MTA3MTQ=