Cultura política y producción simbólica de la alienación: El “deformatorio de menores”
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- Categoría de nivel principal o raíz: Ediciones
- Creado: Martes, 01 Enero 2013 06:00
- Publicado: Martes, 01 Enero 2013 06:00
- Escrito por Ricardo Melgar Bao
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Los reformatorios y correccionales de menores están invisibilizados en la agenda académica y política de Nuestra América no obstante sus excrecencias públicas y privadas. El estado de Morelos tiene el suyo bajo el nombre de Centro de Ejecución de Medidas Privativas de la Libertad para Adolescentes (CEMPLA), el cual debería avergonzarnos como ciudadanos porque las denuncias de 2011 quedaron en el aire y porque la Comisión de Derechos Humanos de Morelos (CDHM) pone el énfasis en la seguridad autoritaria de dicho ergástulo y no en las condiciones deleznables de vida y operación. Nadie se pregunta de fondo ¿por qué se fugaron tres menores de dicho antro? La respuesta anémica de que los fugados son irredimibles resulta anémica y ridícula. El CEMPLA definitivamente no reeduca. Nadie se pregunta: ¿por qué el reformatorio de Cuernavaca o de otras ciudades mexicanas o de otros países son un dechado de violaciones a los derechos humanos y generador de procesos de envilecimiento inducidos por la maquinaria judicial, pedagógica y de control disciplinario. Los estudios críticos brillan por su ausencia no sólo en México sino también en otros países. Han sido los géneros de la novela y del cine que han narrado la degradación de los adolescentes y jóvenes en dichos antros. Nosotros hemos elegido como pretexto la novela Larvas (1931) por haber sido pionera en este tema en América Latina.
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