Vincular, articular y fusionar en la lucha popular, lema del extinto Taller de Arte e Ideología, es problema del día. Sin partido leninista de vanguardia, la insurrección marcha a tropezones con los partidos financiados por el Estado y sujetos a su calendario electoral mientras los movimientos más avanzados construyen la democracia desde abajo y a la izquierda con sus policías comunitarias, sus asambleas, sus consejos y comisiones con cargos móviles y sujetos a destitución, todo como construcción de lo común. Lo importante es que la consigna +43 de “Fue el Estado” resulta clara para el poder creciente que reconoce a la CNTE como vanguardia. Que alcaldes de la Mixteca decidan acordar con la dirección del magisterio en lucha, es una señal importante del cumplimiento de la consigna “todas las formas de lucha” con todos los recursos al alcance. Medios Libres entrevista con teléfono móvil para transmitir en tiempo real. Desinformémonos transmite imágenes y comentarios a las redes sociales, de manera semejante a como lo hacen otros periódicos electrónicos, para oponer las imágenes de la represión a las mentiras oficiales. Sobre la marcha, las solidaridades nacionales e internacionales crecen. Estas tienen la clásica dimensión internacionalista porque apuntan contra el capitalismo globalizado en razón de que por todas partes, los gobiernos proclaman austeridad en perjuicio de los derechos humanos de los explotados en condiciones precarias de educación, salud, vivienda, alimentación y vida plena. El planeta protesta a su manera con terribles y devastadores cambios climáticos, contaminación, inminente desaparición de bosques, selvas, costas e islas. Desiertos como el de Atacama ahora florecen. Es tan amplia la devastación que se asume por grupos muy diversos sumados a la solidaridad insurgente denunciante: fue el Estado.
En la reciente jornada “Compartamos por lo común”, el campamento de profes frente a La Ciudadela en el D.F., destinó un pequeño espacio cubierto con plásticos y un equipo de sonido elemental, para recibir cantores contestatarios al ritmo cansino del rap. La Resistencia D´México ofreció el disco Sin Música no hay revolución en $20 pesos, la mitad para los profes que han hecho suyo el chileno canto “Venceremos” de Quilapayún rapeado en primer lugar. Todos esperábamos a Lengualerta que no fue el único pero si el mejor en narrar el terrorismo de Estado y el repudio consiguiente. El anunciador Mc Lokoter, había advertido que el uso del lenguaje grosero es propio de la banda por lo que ofrecía disculpas a los profes más bien ausentes del sitio poblado por extravagantes contestatarios y jóvenes comunes y corrientes que seguían el ritmo monótono con movimientos de cabeza y brazos y un reiterado ir del apoyo de un pie al otro con gritos para subrayar alguna frase. A los que esperábamos al lado con León Chávez Teixeiro la llegada de Francisco Barrios “El Mastuerzo”, nos preocupaba el grupo fumando marihuana y bebiendo cerveza y comentamos con un profesor de Oaxaca y las compañeras que nos guarecían de la lluvia menuda e intermitente, lo grave de la ausencia de brigadas de orden en el campamento. Finalmente no pasó nada más que el buen rato de reunión compartiendo lo que le es común a la banda: el repudio al orden capitalista con todo su cuerpo inhabilitado a propósito para el empleo productivo con sus tatuajes, sus peinados y teñidos estrafalarios, sus ropas deliberadamente descuidadas. Mas bien pasivo, este anarquismo tosco es autocomplaciente pero solidario con los profes. A la par, Cuaderno Común ofreció biodanza en otro espacio donde los participantes aliviaron sus cansados cuerpos y sus traumas profundos, al menos en una efectiva sesión.
“Repolitizar lo no serio” es un subtítulo de Ricardo Melgar Bao, autor de una excelente historia de la prensa comunista en América y de un escrito sobre la “Práctica cultural disidente en la subcultura de la izquierda latinoamericana” (en Risa y humor zurdo en Nuestra América de Francisco Amezcua, Ezequiel Maldonado y R. Melgar, Taller Abierto, Grupo Académico La Feria, 2016). Los nombres editoriales son claros en la posición que se remite a las figuras de Tin Tan, Durito y Chaplin. En la tapa del libro de 144 páginas se apunta: “que la multitud gane los espacios del relajo y de la creatividad. Que nuestra osadía se apropie del porvenir”. A manera de ilustración, Melgar incluye entre otras, una caricatura de José Clemente Orozco en El Bonete de 1926 con el lema “unidad, organización, actividad, con estas armas podemos vencerlo”, al Tío Sam posado sobre América con un cura gordo en brazos. Melgar reflexiona sobre escritos de Mariátegui, el comunista más americano e indígena de Amauta, sobre Cesar Vallejo exagerado al proclamar comunista a Chaplin, sobre Siqueiros, sus caricaturas inéditas, y sus humoradas no gratas para los soviéticos. Más allá de la referencia histórica al socialismo real y de la ausencia de los trabajos críticos del cubano René de la Nuez sobre el “periodo especial” en Cuba, Melgar afirma el humor carnavalesco y efímero estudiado por Bajtin “mostrando descarnadamente las fisuras decisivas de la nueva vida moral”. Es este el sentido vigente originado en la formación del Estado mexicano luego del asesinato de Zapata y Villa y de la muerte de Ricardo Flores Magón en una cárcel yanqui. Autoexcluida de toda otra organización, la bandaencuentra en sus ritos rebeldes lo común contra el Estado. Refugiados en barrios bravos y en territorios procreados por la urbanización salvaje como los bajopuentes y callejones sin salida, ejercen sus repudios y solidaridades a su manera.
“El sentido del humor es una alternativa a la falsa seriedad y a una solemnidad rampante” afirma Ezequiel Maldonado para concluir: “la risa representa un triunfo sobre el miedo”. En su aparente aislamiento compartido, la banda contribuye a lo común.