A las 2 y 46 minutos de la tarde del viernes del 2011, las fuerzas de la naturaleza demostraron su poderío. Fueron tres o cinco minutos y tres movimientos sísmicos que según los geólogos han movido varios metros la costa oriental japonesa, minutos después un Tsunami arrazo con kilómetros de la costa nororiental japonesa, con olas de 10 a 40 metros que levantaron casas como juguete y dejaron peladas las estructuras de los edificios. Suman miles de personas afectadas y miles continúan todavía viendo en casas provisionales.
Pero el Tsunami desato los perros de furia de la contaminación nuclear, la central nuclear Fukushima Daichi, en la prefectura de Fukushima colapso ante la fuerza de las olas gigantescas que desactivaron todos los sistemas eléctricos y de seguridad. El mismo día y en días posteriores dos de los cuatro reactores nucleares explotaron y contamino el agua y la tierra. Ocasionando todo esto que todos los pueblos pesqueros y agrícolas vecinos fueran obligados a abandonar sus casas, sus vidas. Ofreciendo en la actualidad el panorama surrealista de ver por la televisión pueblos “fantasmas”, con animales paseando por sus calles y la hierba y el abandono ocupando las villas.
Fukushima es el rostro más duro de la tragedia del 11 de marzo, pese a que centenas de ciudades todavía no han podido retomar su ritmo normal de vida o no se han reubicado y las tareas de limpieza no terminan. No solamente el área de exclusión de seguridad alrededor de la Central nuclear que es de 30 kms, en la zona prohibida y de 60 kms del área restringida, sufre de la discriminación. Toda la prefectura de Fukushima es para los efectos prácticos zona de peligro para el resto de los habitantes, a causa de la contaminación nuclear. Por esos motivos la actividad agrícola, pesquera, avícola, y otras esta prácticamente detenida, por más que se garantice que esta libre de contaminación.
Por esos motivos el evento principal de memoria y recuerdo a las victimas fue en Fukusima. En la ciudad de Koriyama, 16 mil personas se congregaron para recordar a las victimas de esa tragedia y al mismo tiempo alzar su voz de protesta por el uso de las centrales nucleares japonesas, que ponen en peligro la vida y el medio ambiente. El acto organizado por diversas organizaciones civiles, sindicales y educativas fue presidido por el Premio Nobel de Literatura japonés Kenzaburo Oe. Hay que resaltar que en diversas ciudades japonesas se realizaron actos de recuerdo a las victimas del terremoto.
El mitin se celebró en un estadio de béisbol, desde la una de la tarde hasta las 3 y 30 de la tarde, pese al frío inclemente y las amenazas de nieve que había. En otras ciudades japonesas se hicieron actos similares, en Tokyo, en Yokohama y en Osaka.
Primer aniversario del Gran terremoto de Tohoku en Japón
A las 2 y 46 minutos de la tarde del viernes del 2011, las fuerzas de la naturaleza demostraron su poderío. Fueron tres o cinco minutos y tres movimientos sísmicos que según los geólogos han movido varios metros la costa oriental japonesa, minutos después un Tsunami arrazo con kilómetros de la costa nororiental japonesa, con olas de 10 a 40 metros que levantaron casas como juguete y dejaron peladas las estructuras de los edificios. Suman miles de personas afectadas y miles continúan todavía viendo en casas provisionales.
Pero el Tsunami desato los perros de furia de la contaminación nuclear, la central nuclear Fukushima Daichi, en la prefectura de Fukushima colapso ante la fuerza de las olas gigantescas que desactivaron todos los sistemas eléctricos y de seguridad. El mismo día y en días posteriores dos de los cuatro reactores nucleares explotaron y contamino el agua y la tierra. Ocasionando todo esto que todos los pueblos pesqueros y agrícolas vecinos fueran obligados a abandonar sus casas, sus vidas. Ofreciendo en la actualidad el panorama surrealista de ver por la televisión pueblos “fantasmas”, con animales paseando por sus calles y la hierba y el abandono ocupando las villas.
Fukushima es el rostro más duro de la tragedia del 11 de marzo, pese a que centenas de ciudades todavía no han podido retomar su ritmo normal de vida o no se han reubicado y las tareas de limpieza no terminan. No solamente el área de exclusión de seguridad alrededor de la Central nuclear que es de 30 kms, en la zona prohibida y de 60 kms del área restringida, sufre de la discriminación. Toda la prefectura de Fukushima es para los efectos prácticos zona de peligro para el resto de los habitantes, a causa de la contaminación nuclear. Por esos motivos la actividad agrícola, pesquera, avícola, y otras esta prácticamente detenida, por más que se garantice que esta libre de contaminación.
Por esos motivos el evento principal de memoria y recuerdo a las victimas fue en Fukusima. En la ciudad de Koriyama, 16 mil personas se congregaron para recordar a las victimas de esa tragedia y al mismo tiempo alzar su voz de protesta por el uso de las centrales nucleares japonesas, que ponen en peligro la vida y el medio ambiente. El acto organizado por diversas organizaciones civiles, sindicales y educativas fue presidido por el Premio Nobel de Literatura japonés Kenzaburo Oe. Hay que resaltar que en diversas ciudades japonesas se realizaron actos de recuerdo a las victimas del terremoto.
El mitin se celebró en un estadio de béisbol, desde la una de la tarde hasta las 3 y 30 de la tarde, pese al frío inclemente y las amenazas de nieve que había. En otras ciudades japonesas se hicieron actos similares, en Tokyo, en Yokohama y en Osaka.