Número 3

32 can realizar un “vivir bien” que no es como nuestro “vivir mejor”, que implica que muchos vivan peor.” Y añade: “El vivir bien” es la búsqueda permanente del equilibrio mediante la participación de todos, equili - brio entre hombre y mujer, entre ser humano y na - turaleza, equilibrio entre la producción y el consumo en la perspectiva de una economía de lo suficiente y de lo decente y no de la acumulación”. Raúl Zibechi, por su parte ha destacado con razón que, a diferen - cia de las anteriores luchas por las tierras y los te - rritorios, las actuales “están promoviendo un nuevo patrón de organización del espacio geográfico, don - de surgen nuevas prácticas y relaciones sociales”. Ca - racterística de todos los movimientos es el respeto a la autonomía de los gobiernos locales. Estos exigen la construcción colectiva de una nueva organización social que tiende a superar los fracasos anteriores de “la comuna”, “el municipio libre”, o el “soviet” como base del poder del estado de una Nación-Pueblo hecha de muchas naciones y muchos pueblos. Tales parecen ser las características realmente nuevas del pensamiento crítico que tiene como antecedentes el pensamiento tradicional de los pueblos indígenas, y el revolucionario del poder que se construye y con - trola desde abajo, en busca de una sociedad alterna - tiva de transición al socialismo, a la democracia como poder de los pueblos y de los trabajadores, y al plura - lismo ideológico y religioso. Lo nuevo en la lucha por la tierra, por el territorio, y por el planeta tierra es que concibe y practica una compleja lucha de clases, que también es lucha nacional contra el imperialismo y contra las mega-empresas, sus asociados y subor - dinados, y una lucha cultural o guerra de las ideas y las imágenes que busca la paz y la supervivencia de la tierra, con la difícil lógica del poder de “todo el pue - blo”, base ineludible para la victoria. Esta se logrará si se abandona el indianismo y el aldeanismo en la defensa de los pueblos indios y si deja de enfrentar - se la democracia ciudadana a la comunitaria, en vez de combinar - las dentro de una lógica nacional y mundial en que los intereses de clase y sus media - ción no pueden olvidarse. Entre los otros movimien- tos del Sur de América, destaca el de Venezuela por el hecho de que un militar de alta graduación, entrenado profe- sionalmente para la lucha contra el pueblo, se pone Hugo Chávez. Foto de Miguel Gutiérrez / AFP

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